Los blancos constituyen una maravillosa excepción en Priorat. La adusta tierra de pizarra del interior de Tarragona no se limita a hablar el lenguaje de garnachas y cariñenas, pero marca -y mucho- las escasas expresiones blancas de la zona.
Una de las baterías más interesantes que me tocó catar en la pasada edición de los premios Decanter reunió un excelente puñado de blancos de esta denominación. No son vinos que se puedan calificar de frescos o aromáticos, pero sí profundos, sápidos y minerales. Con personalidad marcada, a menudo rotundos, y gracias a su buena estructura, más aptos para acompañar la comida.
Este vino de municipio que Vall Llach elabora desde 2021 es una buena introducción a lo que puede ofrecer la región. Está elaborado con garnacha blanca, la variedad blanca más abundante en Priorat, procedente de tres parajes de Porrera: Mas d’en Peri, Trossos de la Sentiu y el cada vez más famoso Coma d’en Romeu. Hay un trabajo de fermentación con pieles que no marca mucho el paladar y un breve envejecimiento en foudre.
El vino ofrece un perfil de fruta madura (pera, melocotón blanco), notas de cera y un fondo de almendra cruda que lo sitúan en un entorno mediterráneo. En la boca tiene entidad y peso, con la calidez que da la pizarra, pero suficiente frescura, notas de hierbas y un final seco que le da mucha personalidad.
Vall-Llach, la bodega fundada en los años noventa en Porrera por el cantautor Lluís Llach y el notario Enric Costa, está liderada desde 2013 por el hijo de este último Albert Costa. Además de haber llevado a cabo la evolución natural de estilo de los prioratos poderosos y concentrados de aquella época a expresiones más sutiles y envolventes apoyadas en variedades locales, Costa ha convertido todo el viñedo a ecológico y mantiene su compromiso con el paisaje, el territorio y sus gentes. A menudo recuerda que “si los ‘cinco magníficos’ [René Barbier, José Luis Pérez, Daphne Glorian, Carles Pastrana y Álvaro Palacios] hicieron la revolución enológica del Priorat, Lluís Llach hizo la revolución social”.
Albert Costa también está dando una vuelta importante a la gama de vinos, pasando muchas de las marcas a botella borgoña y abrazando la clasificación de la zona después de que el top Mas de la Rosa fuera reconocido entre los primeros Gran Vinya Classificada de la denominación. Tanto Vall Llach Porrera Vi de Vila como el blanco de paraje Horta Colomer (en este caso elaborado con cariñena blanca y gris) son creaciones suyas y van un paso más allá de Aigua de Llum, el primer blanco que elaboró la bodega con viognier.
14,5% vol.
10.000 botellas
28 €
Puntuación: 92
Amaya Cervera
Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023
Manuel Cantalapiedra: verdejos de libertad y precisión en La Seca
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