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Blanc de Closos 2024 Blanco

El pequeño nicho de los blancos de Priorat nos sigue sorprendiendo por la gran personalidad de sus vinos. Tienen a su favor la concentración que se consigue de forma natural en la región, el carácter de sus suelos con dominio de llicorella (pizarra) y un buen ramillete de variedades capitaneada por la garnacha blanca y la macabeo, pero con rarezas como la pedro ximénez, la chenin blanc o la escanyavella. Ahora hay muchas esperanzas puestas en la cariñena blanca, después de que el Consejo Regulador aprobara su incorporación al pliego de condiciones en 2024, aunque la medida está aún pendiente de ratificación por parte de instancias superiores. 

La cariñena blanca es una mutación de la cariñena tinta de la que ya existen referencias a comienzos del siglo XX en Cataluña, pero ausente del registro nacional de variedades comerciales hasta 2018. Según datos de 2024 del Ministerio de Agricultura, había 25 hectáreas en Cataluña y cuatro en Aragón. La zona de mayor concentración es Empordà, pero también estaba presente de manera muy minoritaria en otras regiones catalanas. Desde que Familia Nin Ortiz elaborara el primer monovarietal en Priorat, ha llamado la atención de otros productores como Vall-Llach o Mas Alta por su excelente acidez y moderado grado alcohólico; excelentes herramientas ambas para capear el cambio climático.  

El vino que destacamos esta semana, elaborado por Costers del Priorat, ofrece un buen acercamiento a la expresión de la variedad en esta región agreste y montañosa que tanto ha sufrido la sequía en los últimos años. La bodega, de hecho, tuvo que dejar de elaborar su Blanc de Closos tal como lo había concebido hasta entonces: un ensamblaje de las variedades blancas repartidas por sus viñedos más viejos con dominio de la garnacha blanca. Según explica su director y enólogo José Mas, “las producciones han sido tan pequeñas que se han incluido en el coupage de los tintos parcelarios”. La oportunidad vino con una finca adquirida hace unos años en una de las zonas más frescas de Porrera en la que se reinjertaron unos bancales de cabernet sauvignon con cariñena blanca. “Son plantas de 30 años con poco vigor donde conseguimos una acidez estupenda”, explica Mas.

De ahí que en la cosecha 2024 decidiera reconvertir el Blanc de Closos en un monovarietal de cariñena blanca. La etiqueta se ha rediseñado ligeramente para diferenciarse de las cosechas anteriores, elaboradas con garnacha blanca. El problema en este primer embotellado de cariñena blanca es que todavía no especifica el nombre de la variedad porque está pendiente de ratificación.

Para Mas, “la cariñena es una variedad tímida frente a la garnacha que es más exuberante; y en blancos pasa igual, más aún en una zona fresca”. En elaboración ha utilizado una barrica de 225 litros de La Grange que casi no cede aromas, pero da peso en boca, y el resto del vino ha permanecido en acero inoxidable. Ha embotellado relativamente temprano, en primavera, inspirándose en algunos blancos que probó en un viaje reciente a Australia y que conseguían excelentes desarrollos en botella. “Trabajando con volúmenes pequeños se corre más riesgo de oxidación. Por otro lado, lo bueno de Priorat es que podemos anticipar la vendimia sin perder densidad de fruta. En botella, al final, el vino va ganando madurez, de modo que si recogemos muy maduro, ¿qué recorrido va a tener? Vendimiando antes conseguimos más complejidad y frescura, y tenemos el peso necesario en boca para conseguir que el vino se estire”, explica.

Ciertamente, hay aún una sensación muy juvenil en el vino, con sus notas de fruta blanca, almendra cruda, heno y membrillo. El gran potencial está en el paladar, no solo por su buena acidez, sino por la textura, y la envolvente calidez que distingue a los mejores blancos del Priorat. Es un blanco de otoño que guarda, sin embargo, una parte brillante y luminosa, aunque lo que marca al final es la rotundidad del suelo imponiéndose sobre la fruta. Habría que seguirle la pista durante los próximos cuatro-cinco años.

13,5% vol.
900 botellas
30 €
Puntuación: 93

Firma

Amaya Cervera

Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023