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Dominio do Bibei 2020 Tinto

Dominio do Bibei es una de las grandes bodegas de Galicia y el vino que lleva su nombre uno de los tintos imprescindibles de la región. Aunque hoy se encuentran tintos serios en Ribeiro, Valdeorras y Rías Baixas, Ribeira Sacra es la denominación gallega con mayor proporción de viñedo tinto. La variedad más plantada es la mencía, pero los matices que pueden aportar otras castas locales son extraordinarios.

El proyecto está liderado por Javier Domínguez, hermano del diseñador gallego Adolfo Domínguez, y representa una apuesta firme por recuperar las raíces familiares en la orilla izquierda del río Bibei, en torno a los municipios de Manzaneda y Pobla de Trives. El río marca la línea divisoria entre Valdeorras y Ribeira Sacra, lo que sitúa sus viñas en el extremo occidental de la denominación. Es un paisaje montañoso y agreste, de pronunciadas pendientes, donde la falta de relevo generacional ha llevado al abandono de la viticultura. La adquisición de pequeñas propiedades desde 1995 ha permitido reunir una finca de 140 hectáreas con algo más de 30 de viñedo. Más difícil ha resultado recuperar los bancales abandonados y retomar el cultivo hasta conformar un bello oasis de viñas que asciende desde los 350 a los casi 900 metros con preferencia por una gran ladera que mira al norte. Los suelos, como ocurre en otros lugares de Galicia, son de esquisto y granito.

Dominio do Bibei es el tinto más ambicioso de la bodega y el único que obvia la mencía. Aquí todo el protagonismo es de la brancellao, variedad local de ciclo largo que representa el 95% del ensamblaje. El 5% restante se completa con mouratón (juan garcía) y grao negro, cepa tintorera de pulpa coloreada.

El científico gallego Antonio Casares, originario de Monforte de Lemos y autor en 1843 del libro Observaciones sobre el cultivo de la vid en Galicia, escribía lo siguiente sobre la brancellao: “Este vidueño es el más abundante en Galicia, i el que puebla casi todas las viñas del Rivero, Amandi, Lemos, Quiroga, Valdeorras i valle de Monterrei. No es mui esquilmeño, pero si de larga vida, i su fruto bien sazonado produce un vino fuerte i de aguante, tarda bastante en madurar, por cuya razón no conviene sino para los sitios cálidos”. 

Pese a las dificultades que pueda tener para completar el ciclo, la calidad y expresividad de la variedad están fuera de toda duda. Y precisamente por este ciclo largo es una gran apuesta en un contexto de cambio climático. 

Este vino se elabora con uvas de brancellao cultivadas entre los 250 y 550 metros. Son cepas conducidas tanto en espaldera como en vaso y con edades comprendidas entre los 15 y los 65 años. Aunque la 2020 se considera una añada cálida, la vendimia se realizó entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre, y hubo lluvias abundantes en los momentos adecuados. Se trabaja con racimos despalillados y selección grano a grano. El vino fermenta en tinas de madera con levadura indígena, hace la maloláctica en barricas francesas de 500 litros y pasa 24 meses más en barrica y seis en foudre antes del embotellado.

Pese a que pueda parecer una crianza muy larga para un tinto gallego, la madera no tiene ningún tipo de protagonismo. La brancellao tiene una elegancia innata, alejada de la rusticidad que aporta en ocasiones la mencía. En este vino se muestra jugosa, fragante, con carácter de frutillos del bosque, notas especiadas (pimienta negra) y de flores secas. No es un tinto estructurado, pero sí profundo, con suficiente peso para evolucionar en botella y muy buena acidez. Una joya en el panorama de los tintos gallegos a un precio bien sensato para todo lo que ofrece.

14% vol.
3.000 botellas
55 €
Puntuación: 95

Firma

Amaya Cervera

Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023