Es posible que algunos de los lectores de Spanish Wine Lover pasen sus vacaciones en Canarias. Nuestra recomendación, en ese caso, es que aprovechen para explorar los vinos locales y descubrir algunos de los fantásticos paisajes vitícolas de las islas; incluso que se animen a visitar alguna bodega.
Uno de los grandes atractivos vínicos del archipiélago es su riqueza varietal, construida fundamentalmente a partir de cepas llegadas de la Península y Portugal, más algún cruzamiento local posterior que ha dado lugar a nuevas castas. El aislamiento no solo ha permitido conservar cepas que han perdido peso o se encuentran prácticamente desaparecidas en la Península, sino que ha mantenido los viñedos canarios libres de filoxera.
Uno de los productores que más se ha preocupado por explorar esta riqueza en el cuadrante noroccidental de Tenerife es Borja Pérez. Además de trabajar las dos variedades mayoritarias de la zona de Ycoden-Daute-Isora, listán blanco y listán negro, elabora monovarietales bajo la marca Ignios Orígenes. Casi siempre son producciones muy limitadas, como en el caso de las tintas vijariego, que comparte ADN con la sumoll catalana, y baboso negro (la alfrocheiro preto portuguesa y la bruñal de la zona de Arribes). En blancas, trabaja la marmajuelo, que no ha podido elaborar desde 2019 porque es una variedad que necesita mucha agua y se ha visto muy afectada por la sequía de los últimos años; y, desde la cosecha 2022, la albillo criollo, más habitual en viñedos de altitud en la zona norte de La Palma, con la que reinjertó una de sus parcelas en 2016.
Otro elemento que ha comenzado a explorar es cómo se expresan las variedades dominantes, listán blanco y listán negro, en distintos terruños. En la cosecha 2023 saldrá al mercado el parcelario Ventura, un original field blend de 60% listán blanco y 40% listán negro, y desde 2016 elabora el listán blanco de paraje Llanito Perera, que es el vino que recomendamos esta semana. Estas dos últimas referencias se comercializan en la gama Artífice, que se nutre de viñedos viejos de pequeños viticultores locales, y son también los dos únicos vinos de la bodega que salen sin el sello de la DO Ycoden-Daute-Isora.
Llanito Perera es un barrio del municipio de Icod de los Vinos, localizado en el mapa inferior a partir de un pantallazo del Sigpac, el Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas.

El elemento diferencial de esta zona son sus suelos, muy pedregosos y con alto contenido de basalto. Por lo visto, los viticultores locales consideraban que este terreno era el más adecuado para la listán blanca. La semana pasada tuvimos la oportunidad de catar la gama completa de la bodega con el propio Borja y lo más llamativo fue la diferencia de textura con respecto al resto de sus blancos. Frente a algunos perfiles más verticales, este Llanito Perera es más fluido y amable, casi resbaladizo y con abundantes notas de piedra seca en final de boca. En nariz mostró más finura y algo menos de reducción que otros blancos de la bodega -es habitual en los vinos canarios encontrar esas notas de fósforo-, con algo de pedernal y pipa de girasol, pero también fruta blanca y notas especiadas.
Para este vino Pérez utiliza dos parcelas del paraje que vendimia con la uva lo más tersa posible y cría en un fudre de 2.500 litros y el resto en barricas de 500 litros. Junto con 2022, 2021 fue una añada más fresca frente a las muy cálidas y secas 2023 y 2024.
12,5% vol.
3.900 botellas
32 €
Puntuación: 93
Amaya Cervera
Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023
Consejos para sacar el máximo partido a tu Coravin
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