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Pur Brisat 2022 Blanco

“Hemos ido arrinconando las variedades tintas para centrarnos en blancos y espumosos”, nos contaba hace unos días Joaquín Gay de Montellá, en nuestra visita a Torre del Veguer. La magnífica propiedad, presidida por una masía fortificada y con vistas al mar, está en el municipio de Sant Pere de Ribes, en la subzona de la Marina del Garraf, la parte costera de esa gran masa de roca calcárea que es el Macizo del Garraf.

Con casi tres hectáreas de viñedo en producción, la malvasía de Sitges es la nueva estrella de esta bodega que también ha apostado en los últimos años por la xarel.lo y la xarel.lo vermell, y que continúa trabajando la moscatel de grano menudo -era la variedad favorita de la madre de Joaquín y, probablemente, su mejor expresión es Marta, el espumoso matizado y salino que lleva su nombre. 

La malvasía es una variedad difícil de cultivar, tanto por su alta sensibilidad al oídio como por su imparable crecimiento vegetativo. De ahí que se conduzca en espaldera y con poda de guyot simple. Resulta muy reconocible, por otro lado, por su hoja muy lobulada y sus racimos sueltos y particularmente alargados.

La bodega elabora tres malvasías. La primera es un blanco seco que se fija en la parte más fragante y fresca de la variedad. La visión más extrema es un vino naturalmente dulce (todo el alcohol y el azúcar vienen de la propia uva) que se comenzó a elaborar en 2016 a modo de solera y que aún no ha salido al mercado. Con el envejecimiento, ha desarrollado notas muy complejas de caramelo tostado sin perder la dimensión fragante y la buena acidez que caracteriza a la variedad. Y la última es un blanco brisado fermentado con sus pieles, que es la que hemos querido destacar esta semana. 


Pur Brisat se embotella sin clarificar ni filtrar y sin añadir sulfuroso, por lo que puede considerarse a todos los efectos un vino natural, aunque las tres-cuatro semanas que pasa en contacto con los hollejos y la buena acidez de la variedad ejercen un efecto protector sobre el vino. El trabajo con pieles luce mucho en variedades aromáticas como la malvasía para dar lugar a una versión más atrevida y hasta un punto salvaje.

A la vista, estamos ante un orange con todas las letras y con el color que se espera de la categoría. Destaca la intensidad aromática, con mucha fruta de hueso, toques herbales y leves notas dulces. En el paladar es enérgico, con taninos presentes pero no agresivos y un agradable amargor final. 2022 fue un año muy cálido, lo que queda reflejado en el perfil de fruta madura, pero también hay estructura y viveza para contrarrestar estas sensaciones.

Durante la visita pudimos probar también un 2019, añada que ya no está en mercado, pero que prueba la evolución que pueden tener estos vinos. Con un color muy parecido, baja la intensidad aromática pero se gana refinamiento. Los sabores siguen la línea de la fruta de hueso, pero aquí con sensaciones de fruta desecada (orejón) y se mantienen las notas de hierbas mediterráneas.

Estos blancos con estructura y toques fragantes pueden muy bien sustituir a los tintos durante las semanas más calurosas del verano.

Firma

Amaya Cervera

Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023