Bodegas Moraza es un caso único en Rioja. Viticultores y cosecheros de seis generaciones en San Vicente de la Sonsierra, trabajan con viñas de este municipio y del pueblo vecino de Ábalos, ambos en Rioja Alta. Todos sus vinos están certificados en ecológico y biodinámico, y son más fáciles de encontrar fuera de España, donde venden el 96% de su producción.
Como recuerdan Alberto Gil y Antonio Remesal en su obra Rioja. Vinos silenciosos, Jesús Senén Moraza y Víctor Moraza fueron de los primeros cosecheros de Rioja en comercializar con marca propia en los años ochenta. Ellos ya trabajaban en ecológico, pero la siguiente generación, los primos Janire e Ismael y Mario, junto al marido de la primera, Patricio Brongo, dio el salto a la biodinámica.
La aplican en sus 23 hectáreas situadas entre los 400 y los 650 metros de altitud, con superficies que van de los 2.000 m² a las cinco hectáreas. Trabajan exclusivamente con variedades locales. La tempranillo es la uva más importante, pero también cultivan garnacha y graciano, y las blancas viura y tempranillo blanco.
Situada en el paraje del mismo nombre, Cuatro Caminos es su finca más grande. Muy aireada y con suelos arcillosos, las cepas de tempranillo que se destinan a este tinto están plantadas en espaldera porque se encuentran muy expuestas a los vientos del norte.
Moraza Cuatro Caminos es un vino de municipio de San Vicente y un excelente ejemplo del estilo que defiende la bodega: perfiles frescos que conservan la fruta, con grados alcohólicos muy moderados cada vez más difíciles de encontrar en Rioja. Un tinto ligero, pero no sencillo, con delicadas notas florales y de frutos rojos, y un tanino crujiente y ligeramente herbal bien equilibrado con la estructura del vino. Fácil de beber, versátil en la mesa y, desde luego, con un perfil más liviano que la media en Rioja. Tiene su mérito en la tórrida cosecha 2022, una vendimia muy temprana que comenzaron el 27 de agosto.
Con una maceración muy sutil de cuatro días, las uvas despalilladas fermentaron de manera espontánea en depósitos de hormigón sin revestir. La crianza se prolongó durante dos años, también en hormigón.
Entre los restaurantes y wine bars que hacen un hueco a este estilo en sus cartas de vino están Arzak, Atea o Gandarias en Gipuzkoa; Mina en Bilbao, Ita en Madrid, y Denassus, Glug o Bodega Amposta en Barcelona.
Algunos de sus importadores de referencia son La Cantina del Mulino, en Suiza; Vivant Selections, en Australia; Bowler en Nueva York; o La Cabane, en Hong Kong.
12% vol.
3.000 botellas
36 €
Puntuación: 91
Amaya Cervera
Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023
El estado de la biodinámica en España: 3.500 hectáreas y creciendo
NEWSLETTER
Únete a nuestro grupo de Spanish wine lovers
