
Mientras los precios se desploman en Burdeos, los pocos vinos que se venden a la avanzada en España se mantienen estables o suben ligeramente, a juzgar por la evolución de las tarifas de las añadas 2022 a 2024 ofrecidas por la distribuidora Vila Viniteca, principal impulsor de la venta en primeur de vinos españoles.
En esencia, no hay cambios en los precios de salida de Dominio de Pingus y Dominio de Es en Ribera del Duero, Descendientes de J. Palacios en Bierzo o bodegas de Rioja como Contador o Cuentaviñas. Mientras tanto, todos los vinos del grupo Eguren, tanto de Viñedos Sierra Cantabria y Viñedos de Páganos en Rioja, como Teso La Monja en Toro, aplican subidas de entre el 10% y 12%. Los vinos que más se encarecen son La Nieta (14%) y Teso La Monja (19%) y el que menos Mágico (5%). También hay subidas del 10% en dos tintos de Álvaro Palacios: La Baixada en Priorat y Quiñón de Valmira, su icónica garnacha de Rioja Oriental.
Los saltos más significativos, sin embargo, se producen en referencias de Comando G, confirmando la tendencia alcista de las garnachas que elaboran en Gredos Dani Landi y Fernando García. Tumba del Rey Moro y El Tamboril Tinto incrementan un 17% sus precios de salida del primeur, Las Iruelas un 70% y Rumbo al Norte casi un 90%.
Junto a Vila Viniteca, que organiza anualmente sendas catas de venta a la avanzada en Madrid y Barcelona, tampoco falta a la cita del primeur la importadora Primeras Marcas, que incluye en su porfolio bodegas españolas como Artadi, Viña Sastre o Dominio de Calogía. En ambos eventos pudimos charlar con algunos productores e intercambiar impresiones sobre la cosecha 2024.
Gredos
Para Fernando García, 2024 es algo más cálida que 2023 y más fría que 2022. Curiosamente, la temperatura media fue inferior a la de 2023, pero la cosecha estuvo marcada por el calor de agosto y septiembre, y faltó un poco más de amplitud térmica en las últimas fases de maduración. Por la parte positiva, tuvieron una vendimia cómoda y la uva entró en un excelente estado sanitario. Una helada en primavera redujo ligeramente la producción de los vinos de municipio y premier cru. Habitualmente combaten el hielo colocando velas en sus parcelas más emblemáticas, pero no tienen capacidad para cubrir los estadios inferiores de la pirámide.
Los vinos se mostraron bastante abiertos y expresivos, sin las reducciones que suelen marcar habitualmente la zona y el estilo de elaboración de la bodega. En este sentido, puede ser una buena añada para atraer consumidores algo más clásicos, por ejemplo gracias a la amplitud y buen peso de fruta de La Breña 1er (71,12 €, Villanueva de Ávila). Los terruñistas disfrutarán más de las sensaciones de piedra seca de Peña La Mora 1er (mismo precio y viñedos de Navatalgordo). Las garnachas parcelarias se encarecen notablemente. En la banda de 142 €, la disyuntiva está entre el carácter más frío, herbal y crujiente de Las Umbrías y el espíritu mediterráneo de Las Iruelas que este año se mostraba muy vivaz, con notas de pimienta casi rayando en lo picante. El top Rumbo al Norte (más de 330 €) mostraba más materia de lo habitual y gran potencial.
Quienes busquen opciones más asequibles en Gredos pueden decantarse por el nuevo Canto Platero (36,72 €) de Vitícola Mentridana. Procede de la viña del Fin del Mundo que Dani Landi elaboró en la bodega de su familia entre 2007 y 2011 y que luego se destinó a Las Uvas de la Ira. Es una garnacha sabrosa, amable y bastante cristalina.
Ribera del Duero
Peter Sisseck describe 2024 como una cosecha compleja con un 20% menos de producción para Psi debido a la helada de finales de abril que afectó a muchos de sus viñedos. Las cepas de Flor de Pingus se salvaron gracias a las velas, pero para el próximo año se contará ya con torres anti helada. Otro factor que complicó la vendimia fueron las lluvias de septiembre. Sisseck nos adelantó que hay un depósito de Pingus en “cuarentena”. Si finalmente no se incluye en el ensamblaje final, la producción de su tinto top en 2024 se reducirá en algo más de 1.000 botellas.
La compra más inteligente de la bodega es Flor de Pingus (101,58 €). En 2024 han hecho un vino elegante, sabroso y luminoso; firme pero nada pesado. El más económico Psi mantiene un estilo relativamente liviano para los estándares dominantes de Ribera del Duero; de ahí que el 80% se venda en exportación. Para acceder a la gran amplitud de matices que regala Pingus hay que pagar un poco más de 1.000 € la botella, algo que está al alcance de muy pocos bolsillos.
En Dominio de Calogía, José Manuel Pérez Ovejas cifra la pérdida de producción por la helada en un 40%, pero está encantado con el perfil de frescura que tienen los vinos y la moderación en el grado. Por debajo de 50 € en primeur, el tinto central Dominio de Calogía permite entender muy bien el estilo de la bodega: extracción de aromas en frío, potencia bajo control y búsqueda de elegancia. Los amantes de la Ribera con cierto presupuesto deberían decantarse por el Cuvée S (en torno a 115 €). Elaborado con su viña más vieja, procede de una parcela de 80 años en Pedrosa del Duero que apenas da 1,5 kilos por planta. Es un tinto profundo y elegante que se apoya en una materia prima excelente y que merece ocupar un lugar propio entre los mejores tintos de la región.
Rioja
Para Álvaro Palacios, 2024 es una añada caliente y de sequía que, no obstante, se vendimió en fechas habituales y que gracias al agua que cayó en septiembre, mantuvo un buen equilibrio entre azúcar y acidez. A diferencia de 2023, que fue bastante más cálida, sus viñedos del monte Yerga, en Rioja Oriental, se beneficiaron de diferencias térmicas entre el día y la noche en la fase final de maduración. Encontramos mucha más definición y expresión (fragante, especiado, largo) en el Valdelarreina 2024 (117,45 €) frente a su añada inaugural 2023. Quiñón de Valmira (350,9 €) se mostró magnífico, más frutal que especiado y casi explosivo en boca. Palacios está buscando más concentración retrasando la poda verde y, en esta añada en particular, el calor y un cuajado irregular han contribuido a incrementar esta sensación.
En la Sonsierra, Eduardo Eguren cree que ha elaborado los mejores vinos de su proyecto Cuentaviñas en 2024, aunque para conseguirlo, según contaba, tuvo que adelantarse a las lluvias y vendimiar en apenas tres días, entre el 18 y el 20 se septiembre. Además de los 2024, Eguren llevó algunas muestras de la cosecha anterior para mostrar la evolución de los vinos. Frente al 2023, el blanco Arriscado 2024 (39,81€) se mostró bastante cerrado, y en el caso del tinto Septeno (56,81 €), el 2024 se encontraba en fase muy primaria y no había desarrollado aún las notas herbales frescas que caracterizan al paraje de La Canoca gracias a su altitud, menor insolación y exposición al viento. Dentro de un nivel general muy alto, mi vino favorito fue Los Yelsones (97,41 €), tanto por su jugosidad como por el carácter tizoso en final de boca -el suelo de esta viña del paraje de La Rad está compuesto por roca caliza en un 50-60%.
Fue interesante comparar los Cuentaviñas con los vinos de otros productores que también centran su trabajo en San Vicente de la Sonsierra, empezando por Viñedos Sierra Cantabria, la bodega de la familia de Eduardo. Nos gustaron sobre todo El Bosque (87,54 €), con fruta a raudales, profundo, serio, jugoso y muy equilibrado; y Mágico (algo más de 470 €), el tinto más delicado y vibrante de la casa. A diferencia de su hijo Eduardo, Marcos Eguren resume 2024 como una sucesión de ventanas de vendimia entre las abundantes lluvias. Los problemas de botritis obligaron a seleccionar mucho, pero las condiciones fueron infinitamente mejores que en 2014, otra cosecha que se fastidió en el último momento y en la que, según Marcos, llovía todos los días. Respecto a Contador, otro clásico de San Vicente de la Sonsierra, siempre nos parece más asequible en cata a la avanzada La Cueva del Contador (65,34 €). La cosecha 2024 tiene un perfil serio y firme, y muy buen potencial.
En Viñedos de Páganos, la bodega de la familia Eguren en Laguardia, vendimiaron La Nieta (117,79 €) antes de las lluvias de octubre y han conseguido un vino profundo, fragante y con bastante energía.
En sus viñedos de Álava, la familia López de Lacalle no se sintió perjudicada por la lluvia; al contrario, creen que las precipitaciones de septiembre ayudaron a adelantar la vendimia, con lo que se redujo el rendimiento, pero aumentó la calidad. También valoran positivamente los saltos térmicos que favorecieron una buena maduración, un buen afinamiento de los taninos y dieron grados más moderados. Artadi ofreció una de las gamas más sólidas en la venta a la avanzada. Dejando de lado Viña El Pisón, que se va acercando ya a los 250 €, encontramos dos favoritos claros: Valdeginés (floral, frutal, luminoso y crujiente) como opción asequible por debajo de 40 € botella; y El Carretil (142,28 €) como vino completo, preciso y elegante, de gran recorrido y final de boca. Artadi abandonó la DOCa. Rioja en diciembre de 2015.
Priorat
2024 fue un año muy seco en Priorat, aunque, según Sara Pérez de Mas Martinet, se benefició de unas diferencias térmicas entre el día y la noche que brillaron por su ausencia en 2023. Esto le convierte, desde su punto de vista, en una añada de energía en oposición al concepto de materia (austeridad, concentración) que fue la nota dominante en 2023. Clos Martinet (43,32 €) es un buen ejemplo de estas sensaciones, con concentración natural, profundidad de sabores y mucha autenticidad. Respecto a los parcelarios de la bodega, la elección es ya una cuestión de estilo: la mayor delicadeza de la garnacha de Els Escurçons, con cierto toque de misterio en esta añada, y la profundidad azul de la cariñena Camí Pesseroles. Ambas se venden a 64,37 € a la avanzada.

Amaya Cervera
Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023
Terroir Sense Fronteres Brisat 2022 Blanco
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