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Esteban Celemín y su flechazo con la albillo real de Toro

Esteban Celemin es ingeniero, pero su afición al vino le ha atrapado hasta tal punto que dedica gran parte de su tiempo libre a recuperar la variedad albillo real, una uva que estaba prácticamente desaparecida en la zona de Toro.

Un fijo en las catas de la Unión Española de Catadores, Celemín tiene muchos buenos amigos entre compañeros aficionados. Uno de ellos iba repartiendo la semana pasada por el Salón de los Mejores de la Guia Peñín la octavilla que aparece más abajo. Para despertar la curiosidad no está nada mal.
La albillo real, que es diferente de la albillo mayor que tanto se stá potenciando en la Ribera del Duero, llegó a tierras del Duero en el siglo XVIII procedente de Cebreros y San Martín de Valdeiglesias, en la sierra de Gredos. Era muy apreciada como uva de mesa y, según Celemín, llegó a haber 1.000 hectáreas en la zona de Toro, de las que se ha arrancado prácticamente todo.

Con material vegetal recuperado realizó una plantación en suelo calizo en 2014 de la que sale Señora Vale (2.000 botellas, 22 €). Es un blanco poderoso, profundo, con toques cítricos confitados y un largo final salino; en una comida navideña iría fantástico con una pularda. 


Pero además, Celemín realiza embotellados minúsculos para mostrar aspectos concretos bajo el paraguas Últimas Huellas. Se puede ir de la mayor tensión de la arena de Argujillo al carácter glicérico que aporta el canto rodado en El Pinar. Mención especial merece el parcelario A Horquilla (30 €), capaz de llenar con su opulencia hasta el último rincón del paladar.


Firma

Amaya Cervera

Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023