
¿Tienen futuro los cosecheros de Rioja? Esto es lo que planteaba Yolanda Ortiz de Arri en un artículo publicado en SWL en 2021 que analizaba la adaptación a los nuevos tiempos de los vitivinicultores de la Sonsierra y sus típicos tintos de maceración carbónica de venta habitual en la puerta de bodega o a nivel local.
Una de las historias del reportaje era la de la familia Eguíluz, en Ábalos (La Rioja). Javier Eguíluz se quedó con la bodega de elaboración que compartía con sus hermanos para convertirla en un negocio familiar. Él se encarga del campo, su mujer de la administración y su hijo Israel, en la treintena, de la elaboración y comercialización. Vendían vino a granel a otras bodegas y elaboraban como propio un joven de maceración carbónica y un crianza de tempranillo que también fermentaba en lagos abiertos de hormigón con racimos y pisado de la uva. Tras el mal trago de la ralentización de ventas que trajo la pandemia, Israel tuvo claro que había que buscar salidas comerciales fuera del ámbito local y en la exportación.
En enero pasado participó en Madrid en el Salón de los Vinos Radicales, donde pudimos comprobar la manera en la que la bodega ha renovado y ampliado la gama. Diferencia entre vinos tradicionales, joven, crianza y reserva, todos con base de maceración carbónica y presentados en botellas burdeos; y vinos de selección de parcelas de Ábalos en botella borgoña. Si Las Preferidas, en versión blanca y tinta, se presenta como el mejor ensamblaje posible de sus viñedos del municipio, El Refugio del Robleñal se elabora con la viña de tempranillo que está junto al lugar donde se cobijaban antiguamente las cabras que pastaban por la finca, y que es una parcela de especial valor sentimental para la familia. El tinto más ambicioso, y también el más estructurado, es Carrapeciña (35 €), un tempranillo de tres parcelas colindantes en la zona más fresca y elevada del municipio. El packaging y las etiquetas, muy cuidadas, han sido diseñadas por la agencia Calcco, cuya mano está detrás de muchos de los rioja de nuevo cuño.
Recomendamos seguir la pista a Bodegas Eguíluz, porque su evolución es de lo más interesante, pero hoy hemos querido destacar su tinto más básico, donde está el germen y el sello de su ADN. En su caso, con pisado tradicional que busca que la extracción sea lo más suave y amable posible. Luego, lo que llega a la botella es solo la parte central del lago, lo que en Rioja se denomina habitualmente “corazón”.
Nos parece uno de los maceraciones carbónicas destacados de la Sonsierra, con fruta vibrante que recuerda mucho la mora, tonos de regaliz en el fondo, y un carácter fresco y equilibrado a lo que debe contribuir el 10% de viura que se incluye en el ensamblaje. Porque a veces lo que más apetece es un chute de fruta y sentirse lo más cerca posible de la uva.
85% Tempranillo, 10% Viura, 5% Garnacha
7 €
Puntuación: 89

Amaya Cervera
Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023
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