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1. Nuevas añadas de Tempos Vega Sicilia. 2. Gonzalo Iturriaga, su mano derecha Juan José Parra y David Velázquez, bodeguero, en Bodegas Pintia. 3. Botellero de Pintia. Fotos: A.C.

Bodega destacada

Tempos Vega Sicilia cabalga hacia la sutilidad

Amaya Cervera | Martes 09 de Julio del 2024

La llegada del verano marca la fecha tradicionalmente elegida por Tempos Vega Sicilia para presentar las nuevas cosechas de sus vinos a los profesionales del sector. El lanzamiento oficial al mercado se adelanta este año a diciembre para el mercado internacional, enero de 2025 para el canal horeca en España y febrero de ese mismo año para clientes particulares.

Los vinos españoles que estarán disponibles en esas fechas son Macán Clásico 2021 y Macán 2020 del proyecto conjunto con Benjamin de Rothschild en Rioja, Pintia 2020 en Toro, y en Ribera del Duero Alión 2021, Valbuena 2020, Vega Sicilia Único 2015 y un ensamblaje de las cosechas 2011, 2012 y 2013 para el Vega Sicilia Único Reserva Especial. 

Como a menudo explica Gonzalo Iturriaga, director técnico del grupo Tempos Vega Sicilia, si en la casa madre de Ribera del Duero existe poco margen de maniobra por una definición más estricta del estilo, en el resto de bodegas es donde hay más espacio para innovar y evolucionar. Lo cierto es que en la cata conjunta de las nuevas añadas, aun tratándose de diferentes cosechas y regiones, hemos apreciado un hilo conductor común: paladares menos estructurados y texturas refinadas que se concretan en vinos en general más accesibles y bebibles. 

La tendencia es global. Nos lo han reafirmado las catas de los primeurs 2023 organizadas en Madrid por Vila Viniteca y Primeras Marcas en las últimas semanas. Las gamas altas de las dos orillas de Burdeos resultan cada vez más comedidos en su extracción, y en ocasiones son incluso amables. 

¿Envejecerán igual de bien estos vinos que las versiones más estructuradas del pasado? Según Iturriaga, se ha trabajado la textura buscando la elegancia pero sin prescindir de la estructura. “Estos vinos tienen mayor capacidad de envejecimiento. Los Únicos antiguos eran tintos con poco grado y concentración que envejecen maravillosamente. Con equilibrio, una buena textura y frescura se consiguen mejores resultados que con potencia. Los taninos marcados y rústicos no ayudan a envejecer”, explica. 

Pone como ejemplo una reciente vertical de Macán en la que la cosecha 2010, que se vendimió más madura, se notaba un tanto cansada en contraposición a la 2013, muy complicada y con menores expectativas de calidad pero que mostraba más viveza y una textura más elegante. “Buscando ese momento fresco de vendimiar al dente tampoco vas a tener acideces mucho más altas, pero sí un elemento de fruta roja o azul que aporta más equilibrio que la fruta muy madura”, añade el director técnico.

Hormigón, tinajas, granito y cofermentación

Quizás el ejemplo más evidente de evolución dentro del grupo es Pintia. Desde la incorporación de Gonzalo Iturriaga en 2015, la línea de trabajo se ha orientado a refinar el vino. Ya en esa añada se dejaron de sangrar depósitos, se redujeron los remontados y se anticipó la retirada de las lías gruesas. Hoy los vinos no hacen maceración post-fermentativa y se descuban al acabar la fermentación o incluso antes.

En 2018 se remodeló completamente la bodega para adecuarse a un nuevo protocolo de elaboración. El objetivo: aumentar la capacidad de fermentación, tanto en tinos de madera como acero inoxidable, apostando por depósitos más pequeños. En Alión se siguió exactamente la misma estrategia pasando de 20 a 42 depósitos. La propia Vega Sicilia había marcado la nueva línea con la inauguración de una nueva bodega unos años antes (aquí el salto fue mayor: de 20 a 81 tanques de fermentación). Trabajar al detalle permite afinar más. Se adquiere un mayor conocimiento de la uva y las viñas para caracterizar mejor los distintos ingredientes, definir calidades, identificar carencias y, en general, contar con la información necesaria para seguir evolucionando. 

La segunda línea de trabajo importante en el grupo, de acuerdo con otra tendencia generalizada, es la reducción del impacto de la madera. En Pintia hoy el grueso de los vinos realizan la maloláctica en acero inoxidable y solo entre un 10 y un 20% lo hace en barrica, casi siempre partidas procedentes de suelos arenosos de la zona de Morales de Toro. Asimismo, se han introducido otros recipientes para la crianza más allá de la barrica, desde el acero inoxidable y los fudres a tinajas italianas Tava de 1.700 y 750 litros (¡quién hubiera dicho hace unos años que veríamos tinajas en una bodega de Tempos Vega Sicilia!). Estos “otros materiales” vienen a representar entre el 15 y el 20% de la crianza. La filosofía es similar en Alión y Macán, donde se han introducido fudres para la crianza. En el caso de Alión hay además dos depósitos de cemento que suman en conjunto 15.000 litros. 


La experiencia estrella de la cosecha 2023 en Pintia es un huevo de granito que se había adquirido para la bodega de Galicia (aún sin vinos en el mercado) y cuyas primeras impresiones para tintos de Toro son muy positivas. La muestra que probamos, aunque ensamblada con otra partida en madera, daba algo más de definición frutal, aligeraba el centro de boca y marcaba algo más el tanino. También se ha probado a cofermentar tinta de toro con garnacha. Comparado con el mismo vino sin garnacha, hay un matiz aromático de herbales frescos, la percepción de la estructura es menos pastosa y aumenta la sensación de frescura. En Macán también se han hecho experiencias de cofermentación con garnacha y graciano y la próxima vendimia probarán también con variedades blancas.


En la crianza, el porcentaje de roble nuevo y americano se regula en función de las características de la cosecha. En Pintia el primero oscila entre 65 y 80% y el segundo se sitúa entre el 10 y 20%, pero ambos se limitan mucho en las añadas cálidas. Otro elemento clave es la reducción de los tiempos de envejecimiento a 10-11 meses y la ampliación de la estancia en botella que ha pasado de 18 a 30 meses. “Nos dimos cuenta de que Pintia necesitaba mucho más reposo antes de salir al mercado”, señala el director técnico del grupo. Con el Macán a secas se aplicó la misma estrategia de los 30 meses a partir de la cosecha 2016, por lo que Macán Clásico le precede siempre en una añada.

Complementar los viñedos propios

Los ajustes realizados en la bodega compartida al 50% con Benjamin de Rothschild en Rioja no solo tienen que ver con la filosofía de crianza, sino con un mejor conocimiento de la zona. El grueso de sus poco más de 100 hectáreas propias están concentradas en San Vicente de la Sonsierra, que supone el 80% de la superficie, junto con partidas menores en Labastida, Ábalos, Navaridas o Elvillar. En la práctica se han ido descartando proveedores y sustituyéndolos por otros nuevos. Uno de los parajes favoritos de Iturriaga en San Vicente es El Bardallo, del que valora su profundidad y la tensión que se consigue gracias a la altitud. La selección de viñas tiene mucho que ver con la calidad de la fruta y la búsqueda de texturas refinadas.

Alión ya inició un proceso similar varios años antes cuando se puso a mirar más allá de sus fincas de Pesquera, Padilla o de las hectáreas que se destinan a esta bodega de la finca de Vega Sicilia. Algunos de los primeros puntos de atención para uvas de proveedores fueron el páramo de Moradillo de Roa y La Aguilera en Burgos y en 2018 se amplío la búsqueda dentro de esta provincia a Peñaranda, zona alta con un buen patrimonio de viña vieja, e incluso en Soria, en el extremo oriental de la denominación donde han comprado en feudos de viñedo viejo como Atauta o Villálvaro. Hoy puede decirse que Alión es un ribera regional en el más puro sentido del término ya que combina uvas de las tres principales provincias de la DO Ribera del Duero. 

Y lo mismo podría decirse de Pintia de cara a ir introduciendo algo de garnacha en el ensamblaje. De hecho, Iturriaga confirma que, en el futuro, seguirá intentando disponer del máximo de herramientas para interpretar las añadas. Eso pasa por las cofermentaciones o field blends y por el capítulo microbiológico. Ahora mismo tienen levaduras propias en todas las bodegas del grupo excepto en Oremus y están trabajando con la Universidad de Castilla y León en varias cepas no saccharomyces.

La anécdota de la próxima vendimia 2024, aunque más como divertimento que con propósitos científicos, será hacer un field blend de la viña más vieja de la finca de Vega Sicilia en Valbuena del Duero, una parcela centenaria en la que conviven 26 variedades de uva diferentes.  

Los vinos

A continuación, reproducimos nuestras impresiones y notas de cata de las nuevas cosechas del grupo.

Macán Clásico 2021. Con algo de garnacha y graciano en cofermentación, 2021 es también la primera cosecha en la que trabajan con las dos levaduras que han seleccionado en sus viñedos.

El vino refleja la tensión y frescura de la añada. Hay un cambio importante respecto a cosechas anteriores en cuanto a la presencia de la madera. Nariz limpia con dominio de la fruta roja, con algunos toques cárnicos que aportan relieve. Es un tinto de cuerpo medio, bastante fluido y con los taninos bien integrados, listo para beber y disfrutar.

 “2021 es mi añada favorita con diferencia desde que estoy en la bodega”, confiesa Iturriaga. En Rioja la pluviometría fue superior a la media, por lo que la viña dispuso de suficientes reservas hídricas. No hubo grandes incidencias en un ciclo de temperaturas moderadas salvo algunas tormentas a mediados de junio que afectaron a siete hectáreas de su viñedo. Se vendimiaron uvas sanas, frutosas y de hollejo crujiente.

14% vol.
222.532 botellas de 75 cl
.


Macán 2020. Primer año que se introdujo algo de cofermentación aunque apenas representa un 1% en el ensamblaje final. Más decisivo puede ser la aportación de uva de El Bardallo y otros parajes que Iturriaga considera de especial valor cualitativo.

Picota violáceo, más cubierto que Macán clásico, con aromas de fruta negra y sensación de profundidad ya en nariz sobre fondo de leves tostados y toques de cacao. El paladar es menos opulento y más refinado de lo que parece anunciar la nariz. Cuerpo medio, incluso sutil, destaca por su textura sedosa y taninos bien fundidos. 

La cosecha 2020 fue algo más madura, aunque se benefició de las lluvias en primavera. El verano fue más caluroso que la media con una primera quincena de septiembre con vientos cálidos del sureste. La parte fresca, según la bodega, viene del momento de vendimia y la introducción de graciano.

14% vol.
98.835 botellas de 75 cl.


 
Pintia 2020. Muy cubierto con borde granate. Alta maduración, domina la fruta negra (ciruela), con recuerdos de aceituna negra, regaliz y café. Opulento en boca y algo cálido pero con muy buena textura. Se moderó la potencia todo lo posible reduciendo las extracciones, limitando las maderas tostadas e incorporando la crianza en ánfora.
 
Aun así, no es quizás la vendimia “al dente” con la que sueña Iturriaga teniendo en cuenta las rápidas maduraciones finales que caracterizan a Toro y que fueron la nota distintiva de 2020, frente a un 2022 más marcado por los bloqueos de la planta debido a las altas temperaturas y el adelanto de la vendimia por el calor en 2023 que llevó a vendimiar por primera vez en agosto. Para probar una añada casi perfecta habrá que esperar a 2021.

15,5% vol.
209.009 botellas de 75 cl.



Alión 2021. Fue el vino en el que noté un mayor cambio de estilo, posiblemente acentuado por el perfil fresco de la cosecha 2021 que arrancó con la borrasca Filomena y llevó el termómetro hasta los 15ºC bajo cero. La primavera tuvo suficientes precipitaciones y el verano fresco ralentizó el ciclo. Las uvas se beneficiaron de una maduración lenta con marcados contrastes térmicos entre el día y la noche.

Negro apicotado. Fruta bien madura pero sin excesos y manteniendo una buena frescura; leves notas especiadas en el fondo. Muy sabroso en el paladar, con fruta muy presente pero bastante más pulido de lo habitual en la marca. Marcado por una textura muy agradable, con buena dimensión aromática y una persistencia que no es fácil conseguir en la Ribera del Duero. Se ha renunciado algo al centro de boca para ganar en longitud y elegancia y construir una ribera más democrática.

14,5% vol.
244.244 botellas de 75 cl
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Valbuena 5º Año 2020. Cereza granate vivo. Profundo, fruta negra, con recuerdos de mina de lápiz, regaliz y chimenea. Paladar refinado con fruta negra, buena concentración, amargosos finos y textura aterciopelada. Muy serio y con vida por delante.

En el año del Covid, la humedad no fue excesiva en primavera en comparación con otras zonas. La mayor incidencia de la vendimia 2020 en Ribera fueron las copiosas lluvias que cayeron en septiembre y que obligaron a retrasar la vendimia y a estar muy pendiente de la sanidad de la uva para evitar posibles diluciones. El resultado, desde luego, es sobresaliente. Por cierto, en esta añada hay un 3% de merlot acompañando a la tinto fino.

14% vol.
186.286 botellas de 75 cl
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Vega Sicilia Único 2015. Cereza intenso con borde granate. Profundo, con bastante fruta negra presente todavía en un punto perfecto de maduración y una nota cárnica que le da profundidad y relieve aromático; fondo levemente tostado. Sorprendentemente elegante en boca, profundo y refinado a la vez. Mantiene esa parte austera del paisaje castellano, pero también se eleva sobre ella para expresar un lado sutil y pleno de finura.

La cosecha 2015 fue de muy buena calidad en Ribera del Duero, sin incidencias destacadas y muy agradecida para la viña. Año seco con lluvias a final de primavera que aceleraron el ciclo de la planta y un verano soleado que trajo buenas maduraciones y sanidad a la uva en una vendimia algo más adelantada de la media.

Esta añada tiene un 4% de cabernet sauvignon. Si queréis profundizar en la elaboración de Único, os recomendamos este artículo que explica los secretos de un tinto de tan largo envejecimiento.

14.5% vol.
84.184 botellas de 75 cl
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Vega Sicilia Único Reserva Especial 2025. El vino de producción más limitada de Tempos Vega Sicilia es un compendio de añadas de Único. La “edición 2025” se ha construido a partir de 2011, 2012 y 2013. Las dos primeras, y en especial 2011, fueron cosechas de muy buena calidad en Ribera del Duero, mientras que 2013 hizo honor a la maldición de las cosechas acabadas en 3 en la región, es este caso por fría y lluviosa. 

De color cereza granate, tiene un carácter más especiado que el Único de una sola añada, con un fondo herbal que hace pensar en la cabernet sauvignon (hay apenas un 4%), pero que también puede deberse a la influencia de la cosecha 2013. En boca es más serio y austero, con un punto oscuro (café), recuerdos de licor de cereza, fruta desecada (ciruela) y regaliz. Se mantiene el perfil de la textura envolvente y destaca la persistencia del vino. Muy entero todavía y con más firmeza que los Reservas Especiales de antaño.

14.5% vol.
18.518 botellas de 75 cl
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Finalmente, y aunque no resulte pertinente dentro de Spanish Wine Lover porque no es un vino español, nos queríamos dejar de recomendar la nueva añada 2017 de Oremus Aszú 5 Puttonyos que, a diferencia de España, fue fría y lluviosa y generó cantidades muy generosas de uvas botritizadas. Tiene el carácter cítrico, el equilibrio y la acidez vibrante de las grandes cosechas en la región (Iturriaga la asoció a otras excelentes como 1999 o 2013) y cabe augurar idéntica capacidad de guarda.

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