A continuación reseñamos distintas novedades que han llegado a nuestra mesa de cata en los últimos meses. Una gran mayoría responden a los estilos más en boga, con dominio de vinos blancos y rosados. Abundan también las etiquetas conmemorativas y de línea experimental, orientadas tanto a dar notoriedad a los productores como a explorar las posibilidades de distintas variedades de uva, protocolos de vinificación o recipientes de crianza.
Hasta ahora solo publicábamos puntuaciones en nuestra base de datos de “Vinos”, pero a petición de algunos lectores, las incluiremos a partir de hoy en algunos artículos utilizando el sistema que se ha impuesto entre la crítica sobre 100 puntos. La intención es que, para 2025, nuestra base de datos utilice también este mismo criterio.
El primer blanco que Cortijo Los Aguilares elabora en Ronda lleva muchos años de preparación a sus espaldas. La bodega contó con el asesoramiento de la familia Bourguignon para identificar los suelos más adecuados de la finca de cara a la plantación de uvas blancas. Se decantaron por un terreno calcáreo y posteriormente se experimentó con distintas variedades. La casta central es la garnacha blanca, una variedad que la enóloga Bibi García conoce de su época en Priorat y de la que es una gran defensora. Hay también pequeños porcentajes de viognier y de la blanca vijiriega, que forma parte del grupo de variedades minoritarias recuperadas en Andalucía. Todo ello pasado por el filtro de la altitud, que marca mucho la viticultura en Ronda, en este caso más si cabe porque las uvas proceden de la parcela más elevada de la bodega, situada a 900 metros. El vino se ha criado durante seis meses con sus lías, parte en barrica y parte en acero inoxidable.
Arranca con una nariz fina y perfumada (flor blanca, lavanda), con notas de fruta blanca y leve fondo ahumado. En boca es amplio y fresco a la vez, con recuerdos de hierbas silvestres y un toque especiado de pimienta blanca. Muy equilibrado, con textura envolvente e impecable elaboración. Se beneficiará de un desarrollo de dos a tres años en botella. Una gran incorporación a la interesante línea de trabajo de Cortijo Los Aguilares.
Variedades: Garnacha blanca, viognier y vijiriega
Botellas: 3.000
Alcohol: 13,5% vol.
Precio: 29 €
Puntuación: 93
El año en que Rueda ha autorizado la godello como variedad secundaria, Martina e Ignacio Prieto Pariente, segunda generación de Bodegas José Pariente, han añadido un blanco elaborado con esta variedad a su proyecto de exploración de territorios en Castilla y León que hasta ahora elaboran bajo la indicación genérica de VT. Utilizaban uvas de Gredos y de distintos municipios de Valladolid, pero en esta ocasión se han ido a León a trabajar bajo el sello de la DO Bierzo.
Las uvas proceden de un viñedo plantado en 1986 en ladera de montaña a 607 metros de altitud en la localidad berciana de Cabañas Raras. Son suelos de cuarcitas y pizarras con textura franco-arcillosa y los rendimientos se sitúan en torno a los 6.500 kilos por hectárea. Es el segundo blanco del proyecto “Viñedos Únicos” de Prieto Pariente tras el viogner que producen con uvas de La Seca. En la elaboración también combinan madera y acero inoxidable. La nariz se caracteriza por su fruta blanca carnosa sobre un fondo de heno y hierbas secas. En boca es fresco, con cierto volumen, un punto balsámico, pero sin perder seriedad. Una elaboración muy limpia y una buena aproximación a la variedad.
Variedades: Godello
Alcohol: 12,5% vol.
Precio: 16 €
Puntuación: 91
Este vino marca una nueva etapa en el trabajo con blancos en Dominio de Tares. No solo sustituye al antiguo fermentado en barrica sino que se convierte en vino de municipio de Bembibre, localidad del llamado “Bierzo Alto”, con viñedos de notable inclinación y altitud en el entorno de los 700 metros. A este vino se destinan los godellos más viejos plantados a principios de los 90, mientras que las viñas jóvenes (12-15 años) van a La Sonrisa de Tares. El siguiente paso, desvela el enólogo Rafael Somonte, será seleccionar alguna de las mejores parcelas de godello para hacer un blanco de paraje o viña. Tras la conversión a ecológico de los viñedos de Bembibre, el vino podrá llevar el sello correspondiente a partir de la cosecha 2024.
Elaborado con levadura natural, la fermentación arranca en depósito y se traslada a barricas de roble francés de 500 litros donde se cría con lías finas durante seis meses. El objetivo es buscar la tipicidad de las zonas altas combinando la buena maduración de la parte alta de la ladera con predominio de suelos de pizarra y guijarros con la parte inferior arcillosa que aporta frescura. Marcan mucho los toques cítricos (piel de limón) sobre un ligero fondo de hierbas secas y con protagonismo de la fruta por encima de la madera. Entra en boca muy nítido y casi afilado para dar paso a una nota caliente de pizarra y recuperar la nota cítrica en final de boca. Buen potencial de desarrollo en botella y buena compra porque no ha incrementado demasiado su precio con respecto al antiguo fermentado en barrica.
Variedades: Godello
Alcohol: 13,5% vol.
Botellas: 12.400
Precio: 18,50 €
Puntuación: 93
Compartir la experimentación o las experiencias más exitosas de I+D que realizan las bodegas ha pasado de ser algo exótico a convertirse en práctica habitual. En Arínzano, el enólogo José Manuel Rodríguez lleva varios años trabajando con la chardonnay, la variedad estrella de la finca, en casi todas las direcciones posibles. De este trabajo ha nacido una trilogía compuesta por Pureza, versión criada en depósito esférico de hormigón; Armonía, que mezcla roble nuevo francés y de segundo uso con ánfora de arcilla, y Eternidad, que propone una mezcla de añadas a modo de solera.
La complejidad que resulta de combinar cuatro cosechas (2015, 2016, 2017 y 2018) sitúa al blanco Eternidad en otra dimensión aunque con la contrapartida de la escasez (apenas hay 500 botellas) y de un precio elevado apto para pocos bolsillos. Funcionan bien los toques oxidativos (frutos secos, almendra salada) sin arrinconar a la fruta de hueso y las notas de mantequilla que se identifican con una versión bien opulenta de la variedad. La elaboración, que aporta gran sapidez y hasta tiene sus guiños jerezanos, da sentido a un grado alcohólico que en las otras experiencias, particularmente en Pureza, se siente un tanto excesivo. Un chardonnay muy diferente y que destaca por su profundidad y persistencia.
Variedades: Chardonnay
Botellas: 500
Alcohol: 15,5% vol.
Precio: 200 €
Puntuación: 94
Tanto la bodega de La Rioja Alta, S.A. en Rías Baixas como el grueso de sus viñas se encuentran en la subzona de O Rosal, donde se está llevando a cabo una importante reestructuración de viñedo para elevar el nivel del albariño Lagar de Cervera y del Pazo de Seoane, que sigue la receta de esta subzona de incluir otras variedades en el ensamblaje. Sin embargo, el nuevo top de la bodega, un albariño de crianza sobre lías, se ha apoyado en un viñedo de Cambados adquirido en 2021 que lindaba con una parcela de su propiedad (de ahí que se haya elegido el nombre Lindeiros). Se trata de una viña de 3,8 hectáreas plantada en 1987 en los clásicos suelos graníticos de la subzona del Salnés. La elaboración sigue la tendencia de combinar distintos recipientes para conseguir mayor complejidad; en este caso, la crianza de 12 meses se realizó en huevo de hormigón (25%), barrica de roble francés de 400 litros (otro 25%) y el resto en acero inoxidable.
El vino tiene todas las características de la categoría, con aromas de fruta de hueso, hierbas secas y un toque de escabeche que enlaza con el mejor carácter salino y de mar del Salnés. En boca es envolvente, con acidez bien integrada; fresco, pero no afilado y con un perfil elegante bien conseguido. Se presenta con gran ambición, algo que se refleja en el precio, y buenos mimbres para desarrollarse en botella.
Por otro lado, el lanzamiento de Lindeiros consolida la línea ascendente de los productores riojanos asentados en Rías Baixas, con los nuevos parcelarios de Mar de Frades (Zamora Company) que no renuncian a la botella azul marca de la casa y, sobre todo, la exitosa renovación llevada a cabo por Murrieta en Pazo de Barrantes. Mientras se espera la llegada del nuevo albariño de Vega Sicilia, una parte de Rías Baixas aspira a ser cada vez más premium.
Variedades: Albariño
Botellas: 3.800
Alcohol: 13% vol.
Precio: 50 €
Puntuación: 93
Una parte de Castilla-La Mancha se va reinventando poco a poco y está bien que la región descubra que tiene ingredientes y capacidad para producir etiquetas que están en sintonía con las tendencias del mercado. En el nuevo vino que ha lanzado este año Finca Antigua, la bodega conquense del grupo Martínez Bujanda, confluye el sello ecológico que conecta con un público cada vez más amplio y un trabajo prolongado con las pieles que alcanza los seis meses.
Aunque no se ha buscado una expresión demasiado extrema de la categoría, no hay posible confusión sobre el espíritu “Orange” de este vino gracias a su color naranja casi cobrizo. Hay toques de fruta de hueso, pomelo y confitura de piel de naranja, con una tanicidad presente pero en absoluto excesiva. Lo mejor es tener un vino de Castilla-La Mancha (aunque se comercializa sin indicación geográfica) de graduación moderada que huye de sensaciones cálidas y pesadas y ofrece una arquitectura totalmente diferente en el paladar, pero con la suficiente estructura para acompañar una comida de principio a fin.
Variedades: Viura
Botellas: 4.000
Alcohol: 12% vol.
Precio: 14 €
Puntuación: 89
Tras unos años pilotando la transición de las bodegas familiares tras su compra por parte del Grupo Perelada, Julián Chivite abandona la presidencia de Chivite para regresar a los lugares que mejor conoce: el rosado y los viñedos de su Cintruénigo natal en la Ribera Baja de Navarra. Para ello, se ha asociado con sus hijos y ha recuperado la marca Unzu que ya había utilizado en un viejo proyecto personal.
Se estrena con un rosado sobre lías de tonos pálidos que sigue la estela de Las Fincas de Chivite y que al igual que éste se acoge al paraguas VT 3 Riberas (la DO Navarra solo permite el método del sangrado en la elaboración de rosados y rechaza los prensados directos). Las uvas proceden de viñas de unos 30 años cultivadas en suelos carcillo-calcáreos con abundante cascajo en los parajes de Carratudela y Molengo dentro del municipio de Cintruénigo. La nariz es muy sutil con notas de hierbas aromáticas, pétalos, talco y leves notas especiadas. En boca es consistente, con textura envolvente y buen carácter de frutos rojos. Un rosado de estilo gastronómico en una de esas botellas que no pasan desapercibidas y que emulan las presentaciones de los rosados super premium de la Provenza.
Variedades: Garnacha
Botellas: 19.000 botellas
Alcohol: 13,5% vol.
Precio: 17 €
Puntuación: 91
Es curioso cómo la moda de los rosados está llevando a algunos productores a sumergirse en la categoría con variedades que hasta ahora eran ajenas a la misma. Es lo que ocurre con esta propuesta de Ánima Negra, bodega mallorquina pionera en el trabajo con la callet, que ha lanzado este año el primer rosado elaborado con su uva fetiche.
Para su elaboración han utilizado viñas de Son Negre, una pedanía de Felanitx en la zona meridional de la isla, con los clásicos suelos rojizos de call vermell. Enfrían las uvas en cámara hasta los dos grados, realizan una maceración de unas 20 horas y fermentan en acero inoxidable. Posteriormente, el vino se ha criado durante cuatro meses en hormigón. Es significativo el uso creciente de este material en España para la elaboración de blancos y rosados. Inspirado también en los tonos pálidos provenzales y con una presentación que cede todo el protagonismo al color, es un rosado muy fresco y fácil de beber con aromas de granada y hierbas silvestres y una nota salina en final que invita a tomar otro trago.
Variedades: Callet
Botellas: 9.000
Alcohol: 11,5% vol.
Precio: 20 €
Puntuación: 91
No todos los vinos que llegan a nuestra mesa de cata son de productores consolidados. Temerario Vinos es un nuevo proyecto de viticultores y cooperativistas de Aldeanueva de Ebro que quieren dar viabilidad a viñedos viejos al borde del arranque y poner el nombre de su pueblo en el mapa. La cabeza visible es Alejandro Perfecto, técnico de productos enológicos que se ha liado la manta a la cabeza para elaborar algunas de las viñas familiares.
2023 es su primera cosecha y este rosado es el primer vino que ha salido al mercado. Procede de una viña de garnacha plantada en 1960 en el paraje Lobera que no da más de 3.500 kilos por hectárea. Con cinco meses de crianza con lías en acero inoxidable, es un vino de color rosa frambuesa, con fruta roja viva y recuerdos de fresas con nata. Lo mejor está en el paladar, sabroso, con buena acidez pese al calor y la sequía en las últimas fases de maduración en 2023, y peso y entidad suficiente para sustituir a un tinto cuando nos apetece acompañar la comida con un trago más fresco.
Variedad: Garnacha
Botellas: 1.719
Precio: 15 €
Puntuación: 90
La última entrega de los vinos experimentales o efímeros de Bodegas Queirón que se agrupan bajo el paraguas de “Ensayos Capitales” se apoya en el intercambio de mostos y hollejos durante el proceso de fermentación. Parte de tres fermentaciones independientes de tres variedades: tempranillo, graciano y garnacha. Al cabo de seis días, se añadió el mosto del graciano sobre el sombrero del tempranillo y posteriormente ese mismo mosto al sombrero de la garnacha para finalmente completar el mosto de graciano la fermentación con sus propios hollejos. De esta manera, se realiza un ensamblaje durante la fermentación de manera distinta a un field blend en el que las distintas variedades fermentarían conjuntamente.
El resultado es un tinto muy cubierto y profundo de color picota violáceo, con un carácter muy primario de frutas azules (arándano, mora) y toques herbales. La boca, con gran intensidad frutal también, está marcada por la acidez y un tanino firme que debería redondearse. Un vino para amantes de la fruta y de los tintos briosos. Como ejercicio técnico puede resultar interesante para tener un ingrediente en bodega que permita aportar punch y viveza en ensamblajes.
Variedades: Graciano, tempranillo, garnacha
Botellas: 7.425
Alcohol: 14% vol.
Precio: 36 €
Puntuación: 91
Como gran amante de Burdeos que era, Alfonso Cortina habría estado muy orgulloso de que su finca de los Montes de Toledo diera un tinto con la calidad y el perfil de este vino con el que sus hijos le han rendido homenaje tras su muerte en 2020 a causa de la Covid. Fue el propio Cortina quien en la cosecha 2019 propuso al enólogo Adolfo Hornos que incorporará dos barricas de cabernet franc, una de sus uvas favoritas, al ensamblaje de Hipperia. Lo que sale ahora al mercado bajo su nombre es un ensamblaje de esas dos barricas junto a otras tres que formaban parte del tinto Hipperia, dejando el 79% de la mezcla en manos de la cabernet franc.
Es un gran descubrimiento cómo se expresa la variedad, con tensión y firmeza, muy alejada de sensaciones de fruta dulce, y su gran potencial para hacer vinos de corte fresco y actuales en esta región de Castilla-La Mancha. Con claras reminiscencias bordelesas (grosella, pimiento rojo asado) y notas de bosque mediterráneo, se desmarca por su carácter especiado (pimienta negra). En boca es oscuro y profundo, potente, pero a la vez fluido y con textura aterciopelada. Un tinto excelente con una presentación lujosa (y pesada) y un precio acorde con su ambición y carácter excepcional.
Variedades: 76% Cabernet Franc, 24% cabernet sauvignon
Botellas: 1.370
Alcohol: 14,5% vol.
Precio: 150 €
Puntuación: 94