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1.Rafael García. 2. La finca. 3. Material vegetal por municipios. 4 y 5. Bodega experimental. 6 y 7. Instalaciones de Dominio d'Echauz. Fotos. A.C.

Personajes

El viaje de Rafael García: de viverista de referencia a productor de vino

Amaya Cervera | Lunes 17 de Junio del 2024

Cuando se pregunta a elaboradores españoles por el origen del material vegetal de sus nuevas plantaciones, un porcentaje muy alto señala a Vitis Navarra. Este vivero familiar fundado en 1906 en la localidad navarra de Larraga se ha convertido en cómplice imprescindible de muchos de ellos; tanto si necesitan clones cualitativos, como si quieren analizar el material vegetal de sus parcelas más viejas o asegurarse de que implantan una diversidad suficiente de biotipos en sus nuevas viñas.

Uno de los elementos que más valoran es la capacidad de Rafael García, propietario y alma máter de Vitis Navarra, para establecer una correspondencia clara entre un material vegetal concreto y las características del vino final. Ahora, y gracias a la bodega que ha edificado en su nueva finca soriana de Zayas de Báscones, un enclave adscrito al municipio de Alcubilla de Avellaneda en la DO Ribera del Duero, puede mostrar esta correlación con mayor detalle y precisión.

Las ventajas que ofrece Soria son evidentes. “Aquí no hay vectores de contaminación, la altitud [cercana a los 1.000 metros] nos permite realizar fermentaciones más naturales y además nos ofrece una plataforma atractiva para enseñar al público. Queremos convertirnos en un escenario de intercambio de conocimiento”, explica García.

En un lugar de Soria

Las dimensiones del proyecto son considerables. La propiedad, de 787 hectáreas, es un coto redondo, un conjunto de fincas rurales próximas asociadas a un único propietario. Fue adquirido por la familia Marichalar tras la desamortización de Madoz y se mantuvo en sus manos hasta la venta a una empresa resinera a mediados del siglo XX. El vizconde de Eza, su propietario más insigne, dejó la marca de su corona en el mojón de piedra junto al que hemos fotografiado a Rafael García. 

Las 120 hectáreas de viñedo que se han plantado hasta ahora contienen la colección Basajaun, la herramienta de prospección de material vegetal de Vitis Navarra. En la mitología vasca, el basajaun es el señor del bosque que habita en entornos naturales como el Gorbea o la selva de Irati; protege los rebaños y alerta a los pastores de las tormentas y de la presencia de lobos. Rafael García ha trasladado esta figura a la austeridad del paisaje castellano, a una finca atravesada por la ruta jacobea de la Lana y el Camino del Cid y cuyo objeto es caracterizar, conservar y custodiar el material vitícola recuperado y clasificado por Vitis Navarra. 

La consecuencia inmediata de la extensión y capacidad productiva del viñedo es que el viverista se convierte en viticultor y proveedor de uva -de ahí el interés en que la propiedad se encontrara dentro de los límites de una DO de prestigio-, y en última instancia, en productor. La bodega ya está registrada en el Consejo Regulador de Ribera del Duero como Dominio d’Echauz. La idea es procesar 100.000 de los aproximadamente medio millón de kilos que produce la finca.
“Vender cinco millones de plantas al año y contar con buenos clientes nos permite amortizar un proyecto de estas características. La finca nos ayuda a trabajar más estrechamente con los productores y descubrirles el mundo del material vegetal”, asegura el viverista navarro.

Un arca de Noé vitícola

¿Cuáles son los fondos del proyecto Basajaun? Vitis Navarra lleva varios años seleccionando y coleccionando material vegetal, ya sea mediante proyectos desarrollados para clientes tan relevantes como Numanthia, Comando G, Alma Carraovejas,  Gramona, Casa Castillo o Albamar, o a través de colaboraciones con universidades y administraciones públicas. De ahí que cuente con material vegetal del ITACYL (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León) y con la colección completa de variedades del IVICAM (Centro de Investigación de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha) tras su cesión al vivero navarro para su gestión y conservación.

Entre las prospecciones de material vegetal llevadas a cabo en los últimos años destacan la selección de tempranillo de Toro, donde obtuvieron unos 2.000 biotipos, y Ribera del Duero, con más de 1.600, en este caso clasificados por municipios y que incluyen otras variedades asociadas en coplantación. Vitis Navarra también ha realizado un trabajo similar con tempranillos de Rioja Alta y Alavesa y de la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha). 

Otro gran bloque está conformado por los biotipos de garnacha recogidos en Navarra, Aragón, Cataluña y Gredos. También hay una importante prospección de palomino realizada por pagos en 2023 con ayuda de Barbadillo. Otros proyectos apuntan a la xarel.lo del Penedès, a una selección específica en los viñedos prefiloxéricos de Atauta en la vertiente soriana de la Ribera del Duero o a una mazuelo resistente al oídio. “Se puede dar la vuelta a las variedades mejorando lo que hay gracias a la variabilidad de biotipos”, enfatiza Rafa.

Las prospecciones en viñedos históricos se suelen realizar de forma aleatoria tomando un máximo de muestras de 10 plantas por hectárea. Posteriormente se testa la presencia de virosis, se descarta el material afectado y se multiplica el que está libre de virus en sus campos de Navarra para que pase a formar parte de la colección de biotipos que se ha establecido en Soria. 

¿Qué clon elegir?

Las selecciones clonales certificadas que comercializa Vitis Navarra se dividen en clones individuales o selecciones masales policlonales. Para Rafael García, una selección masal no consiste en coger sarmientos de una viña y llevarlos a un vivero para su reproducción. “Hay que marcar las cepas con criterio fijándose en el hollejo, la tipología del racimo, etc. pasar una selección de control de virus y luego establecer cabezas de clon y realizar microvinificaciones de cada clon para poder decidir la selección policlonal. Es un proceso que puede tardar de seis a siete años. La OIV está debatiendo el mínimo de clones para hacer un protocolo y poder homologar estas selecciones”, explica.

En la bodega de Dominio d’Echauz se puede catar parte de este material vegetal y comparar por ejemplo tres clones de tempranillo originarios de Rioja. El VN33, recogido entre Briones y Hormilla, se caracteriza por su racimo pequeño y suelto y ciclo muy corto adecuado para zonas frías y de pH bajo. Ofrece mucha firmeza y tensión. El VN11, originario de Páganos, se recomienda para vinos jóvenes y de maceración carbónica; es muy amable y con fruta roja, pero coge rápidamente el tanino de la madera. El VN21 es una mutación de pulpa coloreada hallada en viñedos de Domecq en Rioja Alavesa, muy expresivo en nariz, con notas de zarzamora y regaliz y taninos granulados. En el ICVV (Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino de Rioja) le llaman el “tempranillo negro”.

Uno de mis favoritos fue el VN100 de La Horra (Ribera del Duero) catado de foudre. Es un tempranillo de un viñedo de la familia Balbás que aporta mucha sabrosidad y frescura y destaca por su textura envolvente. El VN69, procedente de una espaldera con riego y cubierta vegetal ganaba mucho con una aportación de 25% de garnacha que le daba un toque más lleno, tanino más refinado y toques florales y de fruta roja.

Es significativo que garnacha y albillo, ambas variedades al alza en Ribera del Duero, sean de las uvas más demandadas de la finca; la primera por su amabilidad y pH bajo, que contrarresta los efectos del cambio climático; la segunda, por la demanda creciente de vinos blancos y la originalidad y excepcionalidad que ofrecen en una región tan centrada en los tintos.

El propio diseño del viñedo está orientado a que los técnicos puedan apreciar diferencias. La 60 hectáreas de la cara sur de la finca están plantadas en espaldera, con riego y cubierta vegetal para sujetar el suelo. La cara norte son vasos de secano con plantaciones clásicas y en keyline.

La bodega está asesorada por Patricia Benítez, una buena conocedora de la Ribera del Duero tras su experiencia en Dominio de Pingus y Milsetentayseis. En la cosecha 2023 se realizaron 37 microvinificaciones experimentales y 15 vinificaciones de las mejores parcelas y clones a partir de su potencial enológico y zonificación por suelo.

Dominio d’Echauz arrancará en la añada 2023. La gama inicial incluye un vino de finca, que recogerá lo que consideren más característico o definitorio en cada nueva añada, además del parcelario El Terción y el prometedor clarete de producción muy limitada María d’Echauz. La salida al mercado está prevista para 2025. A partir de entonces Rafa García dejará de mirar al vino desde un solo lado de la barrera y se calará también el sombrero de productor.

LOS DOCUMENTALES BASAJAUN 

Una buena manera de conocer el trabajo de Vitis Navarra y, en especial, la manera en la que conecta con los productores, es a través de los dos documentales que han grabado hasta la fecha con testimonios de muchos de ellos, expertos en suelos o en viticultura y las propias reflexiones de Rafael García.

El primero, titulado Basajaun, preservando el origen, se puede ver en el canal de Youtube de Vitis Navarra. Cuenta, entre otros, con la participación de Dani Landi de Comando G, Fernando Mora de Frontonio, Julián Palacios de Viticultura Viva, Pedro Ruiz Aragoneses de Alma Carraovejas, Bertrand Sourdais de Dominio de Es, el asesor vitícola Julio Prieto o Ricardo Pérez de Descendientes de J. Palacios. Dirigido por Salvador Arellano y Miguel García Iraburu, se hizo con el Premio del Público Biznaga de Plata en la sección Cinema Cocina del Festival de Málaga.


La segunda parte, Basajaun, el regreso al terruño, se estrenó en marzo pasado en el Festival de Cine de Málaga. Con la misma dirección, se centra algo más en el suelo (aparece el experto chileno Pedro Parra) y en paisajes de gran personalidad como las albarizas jerezanas contadas por Willy Pérez y Ramiro Ibáñez, el Priorat más adusto de la mano de Sara Pérez, o el paisaje verde y húmedo de Domaine Arretxea en Irouléguy. Muestra también el arraigo de José Luis Mateo (Quinta da Muradella) a su tierra en Monterrei, la obsesión de Álvaro Palacios por la parcela perfecta o la Ribera diferente de Milsetentayseis en los suelos cargados de minerales de Fuentenebro. Se espera que esté pronto disponible en alguna plataforma digital.

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