Este viernes 19 se celebra en todo el mundo el día de la garnacha (#GrenacheDay), fruto de una iniciativa de Grenache Symposium Association que en 2010 reunió en el Ródano a elaboradores y comunicadores de distintos países con el objetivo de dignificar las virtudes y la versatilidad de esta uva a menudo considerada de segunda categoría. Desde entonces tenemos un día de la garnacha (el tercer viernes de septiembre) y las “noches de garnacha” (G-Night) en las que se catan vinos elaborados con esta uva. La asociación catalana Terra de Garnatxas, por ejemplo, organiza un evento de este tipo en Barcelona coincidiendo con la feria Alimentaria y para el próximo viernes se están preparando catas en distintas bodegas, mientras que una larga lista de restaurantes de Catalunya ofrecerá a sus clientes vinos de garnacha.
Se pueden seguir todas las actividades organizadas a nivel internacional desde la web de la Grenache Association. En España está previsto unir vino y literatura en el evento “El vino y la palabra” que se celebrará en la Bodega Garnacha Alto Alberche en Navalengua (Ávila) y en Aragón, a través de "La ruta de la Garnacha" están previstas distintas catas y eventos de enoturismo para todo el fin de semana.
Quienes prefieran simplemente descorchar una botella, tienen casi un país entero donde elegir. A lo largo de la década de los 2000 y hasta ahora, los vinos de garnacha (fundamentalmente tintos, aunque los blancos están también en importante movimiento) han dado un enorme salto cualitativo que incluye el resurgimiento de regiones enteras como Gredos, la preocupación por trabajar la variedad en solitario (sobre todo en Catalunya y Rioja, pero también en zonas donde la garnacha tiene una presencia residual) y la mejora cualitativa (muy marcada en las denominaciones aragonesas desde el cambio de siglo). Y eso pese a que la tempranillo no sólo le ha quitado el puesto de variedad tinta más cultivada de España, sino que le lleva varios cuerpos de ventaja en lo que a superficie de viñedo se refiere. Hemos perdido decenas de miles de hectáreas de garnacha, viñedos históricos y material vegetal que ya no podrán volver a recuperarse. Pero hemos ganado en calidad y en diversidad. No hay mejor muestra que las recomendaciones que siguen, todas ellas vinos tintos, que además tienen la ventaja de ser compatibles con casi todos los bolsillos.
Borsao Selección 2013 (Campo de Borja). De Bodegas Borsao. No es un 100% Garnacha ya que lleva algo de syrah y tempranillo pero la relación calidad-precio que ofrece es arrolladora. Su principal virtud es no tener grandes pretensiones y centrarse en ofrecer un chorro de fruta bien madura (ciruela, mora) con una elaboración impecable y a un precio imbatible. La buena definición frutal le permite competir sin problemas con marcas de precio más elevado.
Entre 4-4,5 € en Vinissimus, Santa Cecilia y Decántalo, y oferta de 3,95 € en Enterwine. A nivel internacional según Wine Searcher.
Artazuri 2013 Tinto (Navarra). El tinto joven que elabora la firma riojana Artadi en Navarra dentro del proyecto de Artazu (subzona de Valdizarbe) se ha merecido la distinción de vino de la semana por su inconfundible y delicada fragancia de garnacha. Y vuelve a merecerse un hueco aquí por su gran relación calidad-precio. Una de las mejores añadas de la marca, con excelente expresión aromática y distintivas notas florales, a lavanda y arándanos. Un vino “azul” que refleja la elegancia de una garnacha cultivada en latitudes septentrionales.
Entre 6,40 y 6,65 € en Vinissimus, Ideavinos, Decántalo, Vila Viniteca. En UK, en BBR (10,95 libras). Más lugares según Wine Searcher.
Baltasar Gracián El Político Garnacha 2013 (Calatayud). Una de las grandes virtudes de la garnacha es lo deliciosa que puede ser como vino joven sin muchos más aderezos que sus bayas bien maduradas. El clima de sierra de la más montañosa de las denominaciones aragonesas y la importante altitud a la que se encuentra el viñedo permite construir en esta añada fresca un tinto de corte más bien ligero, de gran expresividad aromática, con evocadores y refrescantes notas florales y herbáceas. Lo firma Bodegas San Alejandro, una de las bodegas de referencia de la DO que elabora para el gigante norteamericano Gallo (Las Rocas de San Alejandro) y el importador también en USA Eric Solomon (Evodia).
Entre 6,10-6,15 € en Vinissimus y Decántalo.
Treinta Mil Maravedíes 2012 (Vinos de Madrid). Este vino elaborado por Bodega Marañones en San Martín de Valdeiglesias se ha ido desprendiendo de syrah para convertirse en una base de garnacha con un 15% de morenillo, variedad delicada y minoritaria con cierta presencia en Terra Alta y muy anecdótica en los viñedos de Gredos. Con la syrah se han ido las notas de mermelada, el vino se ha aligerado, pero también se ha hecho más evocador en aromas (granada, especias, florales) y sale claramente el final salino de muchos viñedos de San Martín.
Entre 10,70-10,95 € en Vinissimus, Lavinia, Enterwine. En Estados Unidos, Astor Wines (18,99 dólares).
Coto de Hayas Garnacha Centenaria 2012 (Campo de Borja). Garnacha estructurada con breve paso por madera (4 meses) y una de las marcas pioneras en reivindicar elaboraciones de altura con esta uva en Aragón. Procede de viñedos viejos de secano plantados en suelos pizarrosos y de tierra rojiza en las estribaciones del Moncayo. Participa del estilo de la zona de abundante color, carnosidad y en este caso gran cantidad de fruta negra.
Entre 8,30 y 9,75 € en Decántalo, Vinissimus y Enterwine. Ver puntos de venta en Estados Unidos a través de Wine Searcher.
Barón de Ley Varietales Garnacha 2011 (Rioja). Forma parte de la nueva colección de monovarietales de Barón de Ley, gracias al desarrollo de sus viñedos propios, en este caso de la Finca Los Almendros, situada en el municipio de Ausejo. El estilo es de una garnacha muy fresca, en clave aromática y marcada por su carácter balsámico (farmacia, romero). Según el enólogo de Barón de Ley Gonzalo Rodríguez, el material vegetal para las plantaciones de garnacha realizadas entre 2004 y 2005 procede de clones franceses poco productivos.
A 10,60 € en Vinissimus.
La Montesa Crianza 2011 (Rioja). Este vino resulta extremadamente fácil de beber y refleja la nueva dirección emprendida por Álvaro Palacios desde que se hiciera cargo de la bodega familiar de Alfaro (Rioja Baja). Aunque incluye un pequeño porcentaje de tempranillo y mazuelo, la garnacha plantada en altura, en las faldas del monte Yerga, es la base indiscutible. Este tinto ligero amable, balsámico y sugerente, no sólo es una buena introducción a la variedad, sino también al mundo del vino en general.
Entre 11,20 y 10,50 € en Vila Viniteca y Vinissimus, y oferta de 8,95 € en Decántalo. 16,95 libras en BBR (UK). Ver puntos de venta en USA a través de Wine Searcher.
Altaroses 2012 (Montsant). El giro de la firma Joan d’Anguera, en manos ahora de los hermanos Joan y Josep (séptima generación) hacia las variedades autóctonas se concreta en vinos como éste, procedente de suelos de arcillas blancas. Es un ejemplo también de viticultura biodinámica y de índices muy moderados de sulfuroso. La marca seguirá evolucionando para incluir raspón en la vinificación y buscar bocas más aéreas, pero ya se aprecia una agradable fruta roja jugosa. En final de boca, un toque de tiza o textura caliza aporta personalidad y le ayuda a diferenciarse.
Entre 11,50 y 11,95 € en Enterwine y Vinissimus. 18,99 dólares en Astor Wines (Estados Unidos). Más opciones internacionales en Wine Searcher.
Navaherreros 2011 (Vinos de Madrid). Es el tinto de inicio de gama de Bernabeleva en San Martín de Valdeiglesias. La bodega, una de las pioneras en el resurgimiento de Gredos participa de la nueva corriente de elaboraciones con raspón y crianzas en barricas de gran tamaño para respetar al máximo la expresión de la garnacha. Pese a no ser estructurado, el vino es intenso, con notas de fruta roja y toques terrosos y salinos que demuestra que sí es posible beber vinos de terruño a un precio muy razonable.
Entre 11,90 y12,90 € en Tomevinos, Santa Cecilia, Vinissimus, Lavinia. Ver opciones internacionales en Wine Searcher.
El Molar 2012 (Jumilla). Casa Castillo sorprendió hace un par de años al lanzar al mercado el que es probablemente el primer monovarietal de garnacha de Jumilla. En la tierra de la monastrell era lógico pensar que también podría encajar esta variedad de ciclo largo que aguanta como nadie el calor. Se elabora con raspón y se cría en fudres y es capaz de conseguir, en una añada tan cálida como 2012, que se exprese en notas almibaradas y fruta de hueso, con buenos destellos de frescor (acidez de frambuesa) en el paladar. Toda una rareza.
Entre 10,58 y 12,50 € en A por vino, Grau Online y Vinissimus. Ver opciones internacionales en Wine Searcher.