En nuestra cuenta de Twitter nos definimos, entre otras cosas como “garnachistas”. La verdad es que es casi imposible no serlo ante la enorme revitalización que ha vivido esta variedad en España durante la última década. 

Una prueba irrefutable de ello: el año pasado escribí un amplio reportaje sobre la variedad para la revista inglesa The World of Fine Wine y recuerdo perfectamente que en los poco más de dos meses que pasaron entre la entrega del artículo y su publicación pude catar por lo menos tres o cuatro nuevos vinos del más alto nivel. La idea central era la gran paradoja existente entre el arranque masivo de cepas de garnacha (100.000 hectáreas desde 1990 que han hecho que la variedad caiga en el ranking de tintas españolas del primer al cuarto puesto) y la enorme vitalidad de muchas de las nuevas elaboraciones, dignas de ocupar un puesto entre los mejores vinos españoles.

En 2014 también publicamos en SWL dos temas relacionados: uno en torno a los suelos en los que se cultiva la garnacha y las características que le aportan cada uno de ellos; y el segundo una selección de tintos por debajo de 12 €, pues otro de sus indudables atractivos es la capacidad que tiene en algunas zonas para ofrecer calidad a precios increíbles.

A menudo se ha descrito la garnacha como una Cenicienta moderna, pero yo la veo más como una dama sexy: divertida y algo llamativa, pero sin llegar a ser exagerada. Probablemente su gran virtud cuando está bien elaborada son esas bocas tan sabrosas y agradables de beber, simplemente deliciosas que le llenan a uno de satisfacción. 

España, por otro lado, no es sólo es una de las grandes especialistas en la variedad, sino que muy probablemente también su país de origen ya que en ningún otro lugar se ha encontrado semejante diversidad clonal. 

Geografía: los viñedos de la garnacha en España

Teniendo en cuenta su antigua posición de dominio como primera variedad tinta española, lo cierto es que se encuentra repartida por toda la Península, salvo Galicia (que se llenó de Alicante Bouschet tras la filoxera), Bierzo y Andalucía; sí aparece en las dos Castillas, sobre todo Castilla La Mancha, Extremadura y Levante, aunque en esta última región tiene bastante más peso la monastrell. Pero sus tres grandes feudos que, en cierto modo, se corresponden con distintos perfiles de garnacha son los siguientes:

El Sistema Ibérico. La cadena montañosa que discurre de forma paralela al valle del Ebro podría describirse muy bien como un viaje hacia la garnacha. Iniciando el recorrido de oeste a este tenemos primero a Rioja donde la variedad ha perdido mucho terreno en favor de la tempranillo. Un ingrediente habitual en el coupage de la región, ha participado de ese renacimiento generalizado con un aluvión de nuevos vinos monovarietales que pueden proceder prácticamente de cualquier lugar de la denominación y que da lugar a una sorprendente variedad de estilos. Las zonas de mayor concentración son el valle del Alto Najerilla (carácter más frío) y toda la Rioja Baja con algunos focos muy significativos en esta última en Tudelilla y las laderas del monte Yerga, donde las garnachas son más poderosas pero el factor altitud juega en favor de la calidad.

Siguiente parada: Navarra, uno de los lugares donde más hectáreas de la variedad se han arrancado. Por suerte vuelve a florecer gracias al renacimiento de sus garnachas septentrionales de la zona de Artazu (Valdizarbe, con tensión, frutas y flores azules y carácter atlántico) y San Martín de Unx (Baja Montaña, también frescas y con notas de hierbas aromáticas) y también de las más meridionales de la Ribera que se adentran ya hacia territorio aragonés, donde se siente a sus anchas bajo la inmensa presencia del Moncayo. 

En Aragón, Campo de Borja (potencia, carnosidad y mineralidad distintiva en la zona de Tabuenca) y Calatayud (con mayor frescura por su clima de sierra) enarbolan la bandera de la garnacha en lo más alto; se elabora muy frecuentemente como monovarietal y se alcanzan cotas a veces increíbles de relación calidad-precio. En Cariñena es raro que vaya por separado, pero participa activamente en los coupages de esta DO; y en Somontano están recuperando su pequeño patrimonio de garnachas de montaña. La estrella emergente es la zona de Valdejalón gracias al trabajo de Bodegas Frontonio para recuperar sus viejos viñedos de garnacha. 

Cataluña y la franja mediterránea. La garnacha es una de las variedades mediterráneas por excelencia, ampliamente cultivada en Italia, muy significativamente en Cerdeña, y sur de Francia. En España está muy presente en Empordà, bastante menos en Penedès, pero se recupera en las denominaciones más meridionales catalanas: Priorat, Montsant y Terra Alta (en esta última con abundante presencia también de garnacha blanca). Aunque al alza, los monovarietales son sin embargo una excepción relativamente reciente, la mayoría de las veces asociados a suelos y parajes muy concretos. Las diferencias entre arcillas, pizarras y suelos calcáreos y la altitud determinan en gran medida la personalidad de la variedad que, en términos generales, se expresa con abundantes notas de hierbas mediterráneas (romero, tomillo) y frutas de zarza.

Gredos. El Sistema Central es el siguiente gran eslabón de la variedad en España y una de las zonas más prometedoras y evocadoras en lo que atañe a esta variedad. Los viñedos se extienden desde Ávila, pasando por San Martín de Valdeiglesias y otros municipios de la Sierra de Madrid hacia Toledo, donde está presente también en cotas inferiores de la DO Méntrida. El lugar es una auténtica encrucijada de comunidades autónomas y denominaciones de origen, aunque los aficionados probablemente disfruten mucho más comparando las garnachas de suelos de granito con las que proceden de las zonas pizarrosas de Cebreros y El Tiemblo. La mineralidad está siempre muy marcada en los vinos y las garnachas que aquí se producen son realmente diferentes de las del resto del país.

¿Qué es lo que tiene la garnacha?

Parece que su buena resistencia a la sequía y al oídio fueron las causas de su rápida expansión desde Aragón a lo largo del siglo XIX. Durante mucho tiempo, sin embargo, la gran crítica a la variedad fue su escaso color y, especialmente, el alto carácter oxidativo que dificultaba la elaboración de vinos de calidad y la hacía más apta para los rancios y dulces tan típicos de Cataluña. Pero también hay ventajas: su ciclo largo es perfecto de cara al cambio climático y su bajo pH (equilibrio entre alcohol y acidez) una bendición en los tiempos que corren. 

El panorama ha cambiado en gran medida gracias a unas vinificaciones mucho menos agresivas. Algunos elaboradores, sobre todo de Gredos y algunos lugares de Cataluña, fermentan la garnacha con raspón para conseguir mayor frescura y un aporte de estructura extra. Es una técnica tradicional que influye bastante en el estilo final del vino, pero que si se practica con delicadeza puede dar lugar a tintos evocadores, muy aromáticos y con largos finales de boca. 
La garnacha, por otro lado, es una de las uvas que mejor sintetizan el azúcar. Los aficionados no deben sorprenderse de la alta graduación que figura en la etiqueta ya que, en este caso, es una característica que forma parte de su naturaleza y lo mismo se alcanzan 14 grados en zonas cálidas mediterráneas que en otras regiones frescas de montaña. 

Su renacimiento también ha generado interés fuera de sus zonas más tradicionales de cultivo y, como veréis en el listado de elaboradores que figura a continuación, se encuentran garnachas muy interesantes en distintos lugares de España. Además, la variedad ha visto reforzado su papel en las mezclas. En un momento en que la tendencia general es hacia vinos más bebibles, una participación de garnacha en el ensamblaje añade amabilidad, textura y proporciona bocas más redondas y jugosas. 

Al rebufo de la garnacha tinta, el resto de la familia también ha levantado la cabeza. La garnacha es una variedad muy antigua, cuyos padres aún se desconocen, pero sí están documentadas las mutaciones de color (garnacha blanca y garnacha gris o roja) y de características de la hoja (garnacha peluda) que ha sufrido a lo largo del tiempo. La garnacha gris tiene muy poca presencia en España, pero asoma en algunas elaboraciones de Cataluña, sobre todo Empordà (Mas Estela, por ejemplo), Montsant (Siurana Gris) y también en el blanco El Tamboril de Comando G en Gredos. La garnacha blanca está mucho más extendida por Cataluña y parte de Aragón (más en Teruel), pero tiene su gran feudo en Terra Alta, de donde salen vinos marcados por la fruta blanca en su juventud y mucho más corpulentos y glicéricos si se envejecen en madera. La peluda tampoco tiene mucha presencia aunque elaboradores catalanes como Vinyes Domenech en Montsant y Edetària o Altavins en Terra Alta empiezan a reivindicar su carácter diferencial.

Elaboradores destacados

Rioja. Bodegas Palacios Remondo, Juan Carlos Sancha, Tentenublo, Vivanco, Contino, Sierra Cantabria, Paisajes, Barón de Ley, Bodegas La Emperatriz, Gómez Cruzado, Bodegas Bilbaínas, Basilio Izquierdo, Arizcuren, Bodegas Valdemar.

Navarra. Viñedos y Bodegas Artazu, Domaines Lupier, Viña Zorzal, Emilio Valerio, La Calandria. Pura Garnacha, David Sampedro, Bodegas San Martín, Gonzalo Celayeta, La Casa de Lúculo, Baja Montaña Viñedos y Bodegas.

Aragón. En Campo de Borja: Bodegas Borsao, Bodegas Alto Moncayo, Bodegas Aragonesas, Coop. Santo Cristo, Cuevas de Arom; en Calatayud: El Escocés Volante, Bodegas San Alejandro, Bodegas Ateca; en Somontano: Secastilla (Viñas del Vero); en Cariñena: Mancuso, Bodegas Paniza; en V.T. Valdejalón: Frontonio.

Cataluña. En Priorat: Álvaro Palacios, Terroir al Límit, Scala Dei, Cims de Porrera, Mas Martinet, Familia Nin Ortiz; en Montsant: Spectacle Vins, Alfredo Arribas-Trossos, Joan d’Anguera, Celler Acústic, Vinyes Domènech, Josep Grau Viticultor; en Empordà: Castillo de Perelada, Mas Estela, Espelt; en Terra Alta: Bàrbara Forés, Celler Piñol, Edètaria, Lafou, Celler Frisach, Altavins (sobre todo blanca y en algunos casos tinta y peluda)

Gredos. Comando G, Dani Landi Viticultor, Bodega Marañones, Bodegas Bernabeleva,  Cía. de Vinos Telmo Rodríguez, Bodegas Canopy, Jiménez Landi, Bodegas Arrayán, Rubor Viticultores, 4 Monos.

Otras zonas. Bodega de Mirabel (Extremadura), Casa Castillo (Jumilla), Bodegas Mustiguillo (Valencia), Finca Sandoval y Altolandon (Manchuela), Alfredo Maestro, Vizcarra (Castilla y León).