Tras nuestro paso por Innoble a finales del mes pasado, el impecable salón para wine lovers que organizan en Sanlúcar de Barrameda Armando Guerra de la Taberna Der Guerrita y el distribuidor y ahora también productor de vino canario Rayco Fernández, hemos necesitado unos días para poner en orden nuestras notas de cata, pero creemos que el resultado ha sido interesante.
Lo que sigue es una selección de novedades que pudimos probar directamente de mano de sus productores y que tienen la virtud de reflejar tendencias bastante interesantes dentro del vino español. Hay vinos de casi todos los tipos y estilos que van por su primera añada, llegan estos días al mercado o se lanzarán a la vuelta del verano o, como muy tarde, a tiempo para las celebraciones navideñas. También alguno que no es novedad, pero que no nos hemos resistido a incluirlo.
Hemos dividido la información en dos artículos. Este primero recoge espumosos, blancos no andaluces y un rosado. En el próximo nos centraremos en blancos y generosos del sur, y vinos tintos.
En un sector como el del vino, que demanda constantes novedades e inmediatez, la paciencia es una virtud en general poco valorada. Por suerte hay bodegas como Recaredo que no solo apostaron hace 60 años por las largas crianzas de sus espumosos Brut Nature con variedades autóctonas —su primer Reserva Particular se elaboró en 1962— sino que continúan con esa filosofía llevando los envejecimientos hasta nuevos extremos.
Esta añada 2004, marcada por las lluvias y las temperaturas moderadas, procede de tres viñedos plantados entre 1950 y 1955 de xarel.lo y macabeo y salió al mercado por primera vez con 110 meses de crianza en una primera de tres ediciones con 1.200 botellas numeradas cada una. La segunda entrega, lanzada a finales de 2020, cuenta con una crianza en botella de 185 meses y es la que probamos en Innoble. Profundo, con textura sedosa y gran complejidad, es un vino con una energía y una delicada pureza mineral fantástica y derrocha clase.
Con ese envejecimiento tan largo, el precio lógicamente sube, pero sigue siendo mucho más asequible (y fácil de encontrar) que espumosos de otras latitudes con crianzas similares. Cuvée 3000 lo vende en su web por 126,90 € pero si no dispones de esa cantidad de dinero ahora, siempre puedes ahorrar y esperar a adquirirlo a finales de 2023 o principios de 2024, cuando se prevé que salga la tercera edición limitada.
La tintilla fue la primera variedad que los hermanos José y Miguel Gómez comenzaron a trabajar dentro de su proyecto Vinifícate, lanzado en 2011. La elaboraron como un tinto seco pero con el paso de los años y la buena aceptación de su proyecto han ido expandiendo su gama de variedades, estilos y referencias.
Dentro de esta expansión, los espumosos ancestrales son los que más terreno van ganando dentro de Vinifícate y ya representan un tercio de su producción total de 30.000 botellas. Uno de los últimos en llegar es Amorro Rosado, cuya añada 2020 se acaba de lanzar al mercado. Como su propio nombre indica, es un vino ágil y fácil de beber, de burbuja ligera, con notas de fruta fresca y pensado para el disfrute inmediato.
Procede del pago Añina en Jerez, de una viña de tintilla plantada en suelos de albariza que han incorporado recientemente al proyecto. Se elabora solo con el mosto yema que fermenta de manera espontánea en recipientes de plástico y pasa ocho meses en rima. En su afán por trabajar de la forma menos intervencionista posible, los hermanos Gómez solo añaden sulfuroso en el embotellado. De esta tercera añada se han producido 1.500 botellas y se puede comprar en la web de la bodega a 12 €.
Este es uno de los nuevos blancos parcelarios del proyecto que iniciaron hace unos pocos años los primos Leo y Roc Gramona, sexta generación de una de las firmas más reputadas de vinos espumosos y vinos tranquilos en el Penedès. L’Enclos de Peralba forma parte de los equilibrios del relevo generacional. Mientras toman el testigo de dos figuras de tanto peso como son sus respectivos padres, Jaume y Xavier Gramona, han creado esta ventana fuera de la bodega familiar para dar rienda suelta a su creatividad. De momento, el porfolio incluye algún ancestral y vinos tranquilos elaborados con variedades autóctonas que proceden de viñedos de la familia o de viticultores locales.
Els Presseguers (“los melocotoneros” en catalán) se enmarca en el segundo caso y lleva el nombre del viticultor que cuida la viña en la etiqueta. La parcela está situada en el Ordal, una de las zonas altas del Penedés, a unos 450 metros de altitud. El vino es fresco, aromático, con buena definición, peso, seriedad en el paladar y buen potencial de desarrollo en botella. Se han elaborado algo menos de 2.000 botellas que se venden a 16,90 € en Decántalo. Sin duda, contribuye a definir perfiles más específicos de la variedad blanca reina del Penedès, asociándola a un terruño muy concreto de la región.
Con salida prevista al mercado en septiembre a un precio de entre 28 y 29 €, Dominio de Atauta es una de las bodegas que se ha lanzado a elaborar blancos de albillo mayor tras la reciente aprobación de la variedad por parte del Consejo Regulador de Ribera del Duero. En su caso, con el aliciente de seleccionar las cepas de blanco intercaladas en algunos de sus más famosos viñedos centenarios: La Mala, Llanos del Almendro y Valdegatiles.
En esta primera añada se ha experimentado con distintos puntos de vendimia y elaboraciones variadas (con y sin maceración con pieles, fermentación en inoxidable y crianza con lías, fermentación con pieles, fermentación en barrica para las uvas que se recogieron más tarde… aunque trabajando siempre con levadura autóctona) y luego se han seleccionado las partidas más interesantes para el ensamblaje final. En la copa es un poco más aromático que la media de vinos elaborados con esta variedad, con toques cítricos y anisados, más verticalidad que opulencia en el paladar, con tensión y buenos mimbres para desarrollarse en el futuro. La oferta de blancos en Ribera del Duero empieza a ser lo suficientemente amplia como para plantearse ya una buena cata comparativa de zonas y estilos, ¿no creéis wine lovers?
Probablemente uno de los blancos más exóticos y escasos que probamos en Innoble, no solo por las variedades con las que se elabora —forastera blanca, gual, baboso blanco, listán y vijariego blanco— sino por su origen en el Hierro, la isla más remota y desconocida del archipiélago canario.
Además de distribuir vino y co-organizar Innoble, el inimitable Rayco Fernández es el impulsor de este proyecto que recupera algunas de las 167 hectáreas de viñedo que quedan en este pequeño territorio con una gran diversidad de suelos y climas. Cuenta con el apoyo del enólogo Pablo Matallana, quien también estuvo en Innoble presentando sus vinos Taro de Lanzarote, y de un equipo de viticultores y cuidadores como Esaú Suárez, ingeniero y hippy a partes iguales.
Este blanco nace de una sola parcela con suelos volcánicos cultivada en ecológico en el noreste de la isla a 650m de altitud. Para su elaboración, las uvas despalilladas fermentan y se crían durante 10 meses en una barrica de roble francés. Lo que más llama la atención de este vino es su increíble acidez (10,5g) envuelta en notas salinas y de recuerdos volcánicos. Lejos de ser un vino agresivo, ofrece un perfil cristalino y refrescante, con gran tensión. La única pega es su baja producción de menos de 400 botellas pero todavía se puede comprar alguna botella en Mentta por 39 €.
No es exactamente un vino nuevo, pero creemos que ofrece una perspectiva interesante porque consigue unir la tradición de la zona con la filosofía de David Sampedro de fermentar casi todos sus blancos con pieles. Lo que en elaboraciones más jóvenes se acerca mucho a vinos naranjas que no son fáciles de asimilar en Rioja, aquí en cambio se presenta con una dimensión totalmente distinta gracias al factor tiempo.
Tras una fermentación con pieles de unos siete días, el vino se prensa y pasa seis años en barrica. El envejecimiento aporta glicerina y una textura cremosa y envolvente, así como el carácter oxidativo (prácticamente no se toca durante todo el tiempo que reposa en madera) que le conecta con los riojas clásicos de largas crianzas. Tiene el encanto de reunir dos mundos, el de la modernidad y el de la tradición, dentro de la misma botella. También recupera una gran idea como es la mención de sexto año que se utilizaba para aquellos vinos embotellados y puestos en el mercado en su sexto año de crianza. Se vende a 73,25 € en Tanino Wines.
Cádiz no es una tierra en la que se prodiguen mucho los vinos rosados pero Alejandro Narváez y Rocío Áspera, la pareja que está detrás de Forlong, no tienen reparos a la hora de experimentar con variedades, coupages y recipientes para embotellar los vinos que les gustan y adornarlos con unas divertidas etiquetas. Este Forlong Rosado es sin duda original ya que combina un 60% de Cabernet Sauvignon —en añadas anteriores era un 100%— con un 40% de tintilla de rota cultivadas en ecológico en el pago de Balbaína.
De tono intermedio entre los rosados de piel de cebolla al estilo provenzal o los más oscuros de Navarra (es un rosado de prensa, no de sangrado), destacan las notas de fresa con leves recuerdos vegetales. El paso de boca es fresco mientras que el final, salino y tizoso, invita a beber. Perfecto para el verano y a un precio asequible para todos los bolsillos (10,90 € en Dealbariza).