La llegada de Álvaro Palacios al Bierzo en compañía de su sobrino Ricardo Pérez a finales de los noventa significó un enorme revulsivo para una región que empezaba ya a mirar a su gran variedad local, la mencía, con unos ojos más adaptados a la sutil personalidad de esta uva tinta.
Lo que permitió que el proyecto de los Palacios se desmarcara del resto fue por un lado, una activa búsqueda de los viñedos más viejos, abruptos y situados a mayor altitud en torno a la villa de Corullón; y por otro, una elaboración menos focalizada en la extracción y que realzara la personalidad de los diferentes terruños. Otro elemento diferencial tiene que ver con el trabajo en biodinámica en sus viñedos propios a cargo de Ricardo, uno de los primeros elaboradores en defender esta práctica en España.
Con su pasado monástico, su ubicación en plena ruta del Camino de Santiago y un número no despreciable de viejos viñedos colgados en empinadas laderas, Álvaro Palacios debió de ver en el Bierzo un pequeño Priorat, esta vez de proximidad atlántica, pero con los ingredientes necesarios para construir una gama de vinos en clave borgoñona.
Empezando por Pétalos del Bierzo (14 €, 350.000 botellas), su vino de entrada de gama o "vino regional" como le gusta denominar a Álvaro Palacios. Aunque en su elaboración se empelan algunas uvas de viñedos como Las Lamas y Moncerbal la mayor parte de la uva se compra a proveedores locales.
Sigue un vino de villa, Corullón (50 €, unas 35.000 botellas), en el que pueden llegar a confluir hasta 200 pequeñas parcelas de mencía, y alrededor de un 8% de variedades blancas; y continuando con varios vinos de paraje y viñedo. De los cinco que se lanzaron al mercado inicialmente, dos (San Martín y Fontelas) han desaparecido. Todos son mencías, en algunos casos con porcentajes mínimos de alicante bouschet y de uvas blancas presentes en sus respectivos viñedos.
Las Lamas (165 €, unas 6.000 botellas) es una súper mencía de libro, muy jugosa y con fruta muy expresiva; mientras que Moncerbal (140 €, en el entorno de 6.000 botellas) es menos voluptuoso y tiene un carácter más sápido y mineral.
El más alto de gama, La Faraona (1.000 €, unas 1.000 botellas) reproduce el modelo de L’Ermita en Priorat y procede de un viñedo situado a más de 900 metros. Hay pautas comunes con sus compañeros, pero ofrece una expresión más vibrante y fresca y distintiva.
Hay un nueva parcela desde la cosecha 2023. Al Chelo Procede de una viña de 0.30 hectáreas situada en el paraje de Valdafoz que se solía destinar a Corullón. De esta primera añada se van a elaborar solo 1.000 botellas.