Desde que cayó en mis manos un libro fotográfico de perros de bodegas de California hace ya un montón de años y como dueña de perro que soy, he querido escribir sobre los compañeros más fieles de los productores de vino españoles; ésos que conocemos en nuestras visitas a viñedos y bodegas y que forman parte del día a día de quienes elaboran algunos de nuestros vinos favoritos.
A juzgar por esta serie de artículos veraniegos, el perro sigue siendo el “mejor amigo” de los bodegueros, pero no es el único. La llegada de la biodinámica ha transformado algunas propiedades vitícolas en auténticas granjas donde conviven caballos, mulas, burros, ovejas, vacas, gallinas, ocas, abejas… Y las caballerías han tomado especial protagonismo al sustituir a los tractores en las tareas de labrado.
Nuestro primer artículo, no obstante, es 100% perruno. Detrás de las imágenes que publicamos se ocultan algunas historias particularmente entrañables.
La gaditana Verónica Ortega es una de las jóvenes elaboradoras que más está dando que hablar en Bierzo. Hace solo dos meses visité su pequeña bodega de Valtuille de Abajo, una divertida combinación de tinajas, barricas y foudres, donde me recibió junto a su jack russell terrier de tres años.
Verónica se trajo a Enzo de Cádiz en la Navidad de 2017-2018. En realidad, era de su hermano, pero hicieron buenas migas durante las fiestas. “El día que volvía a Bierzo lo monté en el coche y le envié una foto a mi hermano cuando ya estábamos por Cáceres, en plan novios fugados”, cuenta la elaboradora.
Enzo no tuvo ningún problema en cambiar la playa por las viñas y por el frío del norte. “Le gusta la vida de bodeguero y vive la vendimia como una fiesta porque le encanta la gente y la actividad”, explica Verónica. Sociable como es, le acompaña a casi todas partes, viajes incluidos. “Soy incapaz de dejarlo en casa cuando salgo a tomar una cerveza porque disfruta más que yo cuando ve ambiente”, asegura la productora, quien reconoce que se ha convertido en un compañero inseparable. “Hace mi vida mucho más alegre y creo que él también es feliz de vivir conmigo porque le encantan los mimos y no se puede sentir más querido”.
Fino -el nombre es una muy buena pista- es un bonito labrador negro que tiene mucho que ver con la nueva aventura jerezana de Peter Sisseck que le ha tenido viajando con frecuencia al sur. Mientras los aficionados esperamos ansiosos el primer generoso firmado por el hombre que elabora el vino más caro de España, el autor de Pingus no dudó en llamar a su nuevo amigo con el nombre del que considera que debería ser el gran vino blanco español.
Fino es un regalo de Carlos del Río, propietario de Hacienda Monasterio, socio de Sisseck en el proyecto jerezano y gran amante de los perros. Parece ser que el cachorro fue todo un flechazo durante una de las visitas de Peter Sisseck a Jerez. El enólogo danés no dudó un momento en llevárselo a su granja de Ribera del Duero.
El equipo de Dominio de Pingus le describe como un animal muy sociable y cariñoso: le encanta tumbarse a los pies de su dueño y seguirle a todas partes. Sin embargo, las numerosas distracciones que ofrece la granja le animan también a hacer sus escapadas por la zona. Tras un par de sustos, el problema se ha solucionado con un localizador GPS en el collar que le permite seguir explorando a sus anchas.
La pasión por los perros del propietario de Pago de los Balancines (Extremadura) alcanza tintes profesionales ya que, de forma paralela al vino, Pedro Mercado se dedica a la cría de mastines. Para él la conexión con la historia y la naturaleza está presente tanto si habla de perros como de vinos. “Solo tiene sentido hacer vino si me enraíza en el lugar en el que estoy”, señala.
Al polivalente arquitecto madrileño le gusta recordar la importancia de esta raza en la protección del ganado que fue la base de la industria de la lana, el gran motor de la economía de Castilla. Solo así se entiende, por ejemplo, que Alfonso X el Sabio en el Tratado de la Mesta adjudicara al mastín el mismo sueldo que al pastor. Para Mercado, el mastín es una figura de equilibrio: “Permite una convivencia armónica entre los ganaderos y el medio natural porque evitan los ataques a los rebaños y a la vez consiguen que los depredadores no sean eliminados”.
No es extraño que su gama de vinos top esté dedicada a su raza favorita de perros. La Colección Mastines de Los Balancines incluye tres monovarietales de parcelas singulares que reflejan la expresión de tres variedades distintas que figuran en la botella como garnacha tintorera, garnacha salvaje y cabernet indígena. “En la tintorera, la primera que salió al mercado”, explica Pedro, “el protagonista de la etiqueta es Boj, mi mastín más querido, que murió hace un año”. Un bonito homenaje para un perro con el que Pedro reconoce haber tenido una conexión única: “Solo con mirarle me entendía. Enseñaba a los perros jóvenes a guardar la viña, protegía a los niños de forma instintiva, supo siempre recibir a las visitas con cariño y para mí era un compañero único en mis paseos entre cepas tomando muestras, mirando las hojas, haciendo mi trabajo...”
Para Telmo Rodríguez la convivencia con animales es un elemento natural en su vida. “En Remelluri siempre hemos tenido una tradición y una cultura de tener perros y estar con ellos en el campo”, rememora uno de los enólogos españoles más internacionales, creador junto a Pablo Eguzkiza de la Cía de Vinos y desde hace unos años de nuevo al frente de la bodega familiar de Labastida.
Pero si en Remelluri las razas más habituales han sido los labradores y bodegueros, él siempre se ha decantado por los fox terrier. “Son perros de mucho carácter que a primera vista no se sabe muy bien si son de raza o no. A mi primer fox terrier, Pluc, me lo llevaba cuando iba a a hacer surf; él se quedaba en la orilla y como no parecía de raza nunca intentó llevárselo nadie”.
Su mascota actual es Spoon (“cuchara” en inglés), una fox terrier de pelo liso que vive con él y su familia en Madrid, pero que le acompaña siempre que va a ver viñas. La foto superior está tomada en Gredos, pero en los últimos dos años me he encontrado también varias veces con Telmo y Spoon en Rioja. “Viajo mucho solo y Spoon me acompaña siempre que voy al campo”. La fox terrier es todo un carácter; le encanta ir junto a su dueño en el coche sin perder detalle del paisaje y la podéis ver correteando por el viñedo en este vídeo que acompañó el reportaje El hombre que resucita viñas de El País. “Lo de Spoon no es una pose; es que realmente siempre está por ahí”, dice Rodríguez.
En junio pasado aproveché un viaje a Bierzo para conocer el proyecto más personal de este joven elaborador asturiano en el pueblo de su bisabuela, Albares de Ribera. Blanco estaba desolado tras la muerte el día anterior de Uva, una golden retriever que se había convertido en su compañera inseparable durante los últimos tres años y con la que recuperó su afición por las caminatas de montaña. A quien no ha tenido nunca perro quizás le cueste entender la sensación de pérdida que produce la desaparición de una figura que participa en tantos momentos cotidianos y que regala a diario los más entusiastas recibimientos.
La buena noticia de este verano en casa de los Blanco ha sido la llegada, casi de casualidad, de Pepa, una border collie (en la foto superior solo tienes dos meses) que ya muestra su instinto de perro pastor: “Nos muerde los tobillos para que no nos vayamos”, cuenta Germán sorprendido. Se la ofreció un ganadero con el que se encontraron haciendo una ruta de montaña en Asturias. A Germán le gustó la idea de que fuera un perro de trabajo y no de criadero y, por supuesto, de una raza diferente porque confiesa que le resultaría imposible reemplazar tan rápido a Uva. “La familia está entusiasmada; yo voy un poco más despacio, pero en cualquier caso es un gran momento. Solo que, como aún no tiene todas las vacunas, Pepa se perderá esta vendimia”, nos cuenta.
Uno de los grandes embajadores de las garnachas de Gredos y el 50% de Comando G, Dani Landi tiene una fiel compañera en Lili, una galga muy maltratada que su mujer Lara rescató de la perrera y que se ha convertido en “la princesa de la casa”. Aunque “a veces con más privilegios que el resto, porque llega a ocupar todo el sillón de la casa”, Dani está encantado de que su hijo crezca a su lado y se la lleva a las viñas siempre que puede.
“Me encanta verla correr y husmear, y me hace compañía. Te avisa de la llegada de cualquier persona o movimiento en el bosque y hasta parece que entiende de viticultura. Nos sentamos juntos a observar la viña mientras bebemos agua durante el descanso de la jornada. Y cuando hace calor, Lili escarba en la tierra y se hace su agujero para tumbarse a la sombra justo debajo de una cepa”.
En Comando G creen en el equilibrio de la naturaleza desde una mirada holística donde los animales conviven con la viña y las personas. Por eso tienen dos yeguas con las que labran las viñas desde hace seis años y una burra catalana que les regaló Pepe Raventós por su décimo aniversario. Para ellos, el uso de animales es importante en viñas cuya orografía no permite la entrada del tractor, pero también porque compactan menos la tierra. Daniel está convencido de que “las vides son seres sociales sensibles a su entorno. Los sonidos de los pájaros, insectos y otros animales están en su frecuencia habitual, pero no así los tractores”.
Toda una referencia de las garnachas de Aragón junto a su padre gracias a sus numerosas asesorías, Jorge Navascués es más conocido hoy por haber asumido la dirección técnica de Contino en Rioja, aunque estamos seguros de que sus nuevos Mancuso darán mucho que hablar en el futuro. El primero de sus vinos propios, sin embargo, fue un tinto asequible de garnacha, Cutio, que lanzó en la cosecha 2011 y en cuya etiqueta se le veía catando con su boxer Woody en lo alto de una montaña.
“Siempre me han gustado los perros, pero mis padres no me dejaban tener uno en un piso, así que cuando con 21 años compré el terreno donde vivo ahora, compré también a Woody”. La elección de la raza fue cosa de su mujer Sara que siempre había tenido boxers. “Woody era el mejor analizador de uvas. Un día frente a una batería de variedades blancas, solo comió las que pasaban de 12% vol. de potencial y al resto ni se acercó”.
En casa siempre han tenido un macho y una hembra. Syrah, la compañera de Woody, estuvo un día vigilando a Jorge mientras prensaba un depósito y no se movió de allí hasta que salió y se cercioró de que estaba bien. Los sucesores de Woody y Syrah son también boxers porque, según explica Jorge, “ahora que tenemos niños resultan una raza fantástica porque son muy juguetones”. Queen es la hembra y Listán el macho en recuerdo de las muchas asesorías que llevó con su padre en Canarias. Cuando apareció el Cutio Blanco en la cosecha 2015 se mantuvo la misma línea de diseño, pero quien aparecen esta vez en la etiqueta son su mujer Sara catando con Queen. No hay mejor forma de mostrar que “los perros son parte de nuestra familia”.
Todas las fotografías que aparecen más arriba nos las han enviado los productores salvo la de Telmo Rodríguez y Spoon que la tomé durante una visita a sus viñedos de Gredos. Carlos Gonzalez Armesto es el autor de las fotos de Peter Sisseck.