En 2007 me mudé de España a Estados Unidos. Durante un periodo de tiempo considerable, viví en diferentes ciudades del país pero hace tres años me instalé en Washington. Además de ser una ciudad bonita y tranquila, en la capital americana conviven etnias diferentes y muchos aficionados al vino con gustos sofisticados. Es también un lugar con una destacada actividad comercial y un mercado clave tanto para vinos nacionales como del resto del mundo. Los vinos españoles son ahora una baza importante para muchos negocios locales que quieren ofrecer a sus consumidores productos con personalidad y a buen precio.
Los habitantes de Washington son los que más vino consumen del país, con 25,7 litros por habitante en 2013. Ni siquiera California, un gran productor de vino, con 14 litros por persona, llega al nivel de los residentes de la capital. Tampoco la gran Nueva York, que con 11,9 litros por habitante, ocupa el puesto 14 en consumo.
Atendiendo a estas cifras, no es disparatado pensar que se puede encontrar casi cualquier vino en la capital estadounidense, sin importar su origen. La amplia oferta y el gran volumen de empresas que operan con vino garantizan una experiencia variada y feliz, incluso para buenos conocedores. Además, el gran número de restaurantes con cocinas de todo el mundo es el escenario ideal para disfrutar de vinos de todo tipo de estilos y origen.
No hay duda de que Washington ha experimentado un boom gastronómico en los últimos años. Chefs de renombre mundial como Daniel Boulud, David Chang y Gastón Acurio, entre otros, han abierto restaurantes en la ciudad o están pensando en instalarse en la capital en un futuro cercano. A ellos se unen cocineros locales con talento que están redefiniendo el panorama culinario de la ciudad, como Aaron Silverman, un joven y prometedor chef cuyo Rose’s Luxury fue elegido mejor restaurante de EE UU por la revista Bon Appétit.
Junto a este grupo de restauradores de renombre hay un número creciente de profesionales del vino, como los cinco Master Sommeliers que trabajan en establecimientos de la zona o la escuela de estudios de vino dirigida por Jay Youmans MW, que atrae a gran cantidad de estudiantes. La pasión y el interés por el vino crecen de forma exponencial y el tsunami de estudiantes de sumillería abarrota las calles de la capital. Además, el cercano estado de Virginia ha incrementado la calidad y reputación de sus vinos gracias no sólo al consumo local sino también al espaldarazo de prescriptores de fama mundial.
No se puede hablar de restaurantes en Washington sin mencionar a ThinkFoodGroup, la cadena dirigida por el chef asturiano José Andrés, uno de los restauradores más famosos en Estados Unidos gracias a su creciente número de establecimientos repartidos por el país. Tras más de 25 años en Washington, se acaba de naturalizar como ciudadano americano pero continúa siendo un embajador de los verdaderos sabores de España, que a veces son difíciles de encontrar porque se confunden con los latinos.
José Andrés es el artífice de algunas de las tendencias culinarias más vanguardistas de Estados Unidos y dirige proyectos de restauración pioneros en el sector. Algunos como Jaleo se basan en un concepto puramente español, pero hay otros como The Bazaar que fusionan platos españoles e internacionales. Gracias a José, muchos americanos han descubierto qué son las tapas.
Su contribución a la expansión, popularidad y aumento de la demanda de vinos españoles en EE UU se refleja en las cartas de vinos de sus restaurantes. Uno de los tres establecimientos que Jaleo tiene en Washington cuenta con una tienda de vinos, pero todos sus locales ofrecen marcas provenientes de toda la geografía española, con una gran variedad de estilos y precios. El restaurante ubicado en el centro de la ciudad ofrece un gran número de vinos por copas y cuenta además con la última tecnología para ofrecer información sobre los vinos de la carta. Sin duda, la marca Jaleo se asocia con España, sus gentes y su cultura.
Por contra, Minibar es un templo de vanguardia con espacio únicamente para 12 comensales y maridajes sofisticados entre los que siempre hay un par de referencias españolas. En el restaurante é by José Andrés de Las Vegas se sirven exclusivamente etiquetas españolas para acompañar el largo y sofisticado menú degustación.
Los trabajadores que diariamente se desplazan desde sus hogares en los vecinos estados de Maryland y Virginia elevan la población de Washington entre semana hasta el millón de personas. La zona metropolitana cuenta con 5,8 millones de habitantes, la séptima más grande del país, y es la sede de muchas empresas que compran y venden vinos españoles. Restaurantes como La Taberna del Alabardero, de marcada influencia española, el más reciente Estadio, o Boqueria en las afueras y Barcelona ofrecen excelentes cartas de vino y productos de España.
El canal Horeca también cuenta con empresas importantes como Elite, que distribuye una amplia gama de vinos españoles como los de Europvin y Aurelio Cabestrero. Bacchus y The Country Vintners son otros dos distribuidores importantes de productos españoles en la zona.
La mayoría de supermercados ofertan vinos de producción masiva tanto españoles como de otros lugares del mundo, pero hay excepciones como Whole Foods y Balducci’s que ofrecen una gama amplia de productos, muchos de ellos ecológicos. Wide World of Wines, Weygandt o Schneider’s of Capitol Hill son tiendas a tener en cuenta para vinos más exclusivos o especializados.
