En 1972, Marqués de Riscal se instala en Rueda, con el convencimiento de que era la región idónea para elaborar blancos de calidad en España en producciones relativamente elevadas. Apoyándose en la tecnología de frío y depósitos de acero inoxidable crea el modelo de blanco fresco y afrutado que es hoy el gran exponente de esta denominación. Su labor pionera incluye también la elaboración del primer monovarietal de verdejo, la plantación de sauvignon blanc en la región y la primera crianza moderna de un verdejo en barrica.
Marqués de Riscal cuenta con unas 230 hectáreas de viñedo propio y controla otras 300-350 hectáreas más para elaborar en torno a cuatro millones de botellas de vino blanco. Más recientemente se han adquirido 100 hectáreas en distintos puntos de la denominación destinadas a nuevas plantaciones. Todas sus viñas son de cultivo orgánico.
Luis, hijo del director técnico de la bodega de Rioja, Francisco Hurtado de Amézaga (y descendientes ambos del fundador), supervisa las elaboraciones en Rueda. Entre los trabajos más destacados de los últimos tiempos, se ha seleccionado una levadura autóctona con buena capacidad fermentativa en frío en uso desde la cosecha 2011. Los blancos de gama alta, Finca Montico, Marqués de Riscal Limousin y el nuevo Barón de Chirel, fermentaban con levaduras naturales.
La etiqueta más conocida y de mayor producción es el Marqués de Riscal Verdejo (unos 10 € en España), que refleja perfectamente el carácter de la uva local verdejo y da la medida de la capacidad de la zona para elaborar blancos de excelente relación calidad-precio. En similar horizonte de precio (12 €) existe también un monovarietal de sauvignon blanc que alcanza mayor notoriedad en añadas frescas.
Finca Montico (unos 16 €) aparece en la década de los 2000 y viene a ser el equivalente del tinto riojano Finca Torrea en Rueda: un vino de finca que, en este caso procede de una viña situada en terreno muy cascajoso en el municipio de La Seca y con rendimientos muy bajos para la zona (en el entorno de los 5.000 kilos por hectárea). Ofrece notable relieve de fruta, gran viveza y persistencia. El Marqués de Riscal Limousin (20 €) ha evolucionado notablemente en los últimos años para hacerse más delicado y armonioso gracias a la reducción de los tiempos de crianza y a la introducción de recipientes de roble de mayor tamaño (600 litros) para su envejecimiento.
Este vino también se ha beneficiado de la inclusión de un 30% de uvas procedentes de viñedos muy viejos de la zona de Segovia, en el extremo suroriental de la denominación. Gracias a sus suelos arenosos resistentes a la filoxera, aquí se encuentra la mayor concentración de viñedo viejo en vaso de Rueda.
Según Luis Hurtado de Amézaga, la verdejo de esta zona es mucho más voluminosa en el paladar y tiene también mayor acidez. De ahí que en la cosecha 2014 se decidiera usar algunos viñedos especialmente viejos para lanzar una versión blanca de la marca top de la compañía, Barón de Chirel (49 €). Se trata de un vino potente y envolvente con buena capacidad de desarrollo en botella. Sin embargo, se comercializa fuera de DO para, según cuenta Luis, “manifestar nuestro descontento hacia muchas cosas de la denominación”. Los desencuentros entre Riscal y el Consejo Regulador se remontan a 2014 cuando la bodega presentó una denuncia ante la Junta de Castilla y León por considerar que se estaban incumpliendo los controles de calidad en la calificación de algunos vinos.
En los últimos años Riscal ha intensificado su trabajo en la zona de Segovia. Destaca en particular la compra y plantación de una finca de más de 20 hectáreas en una de las escasas vetas de pizarra que existen en la zona.
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