Luis Cañas es una de las grandes firmas riojanas que se ha expandido a Ribera del Duero. El proyecto se inicia en 2008 en el municipio de La Aguilera (Burgos) para aprovechar la gran cantidad de viñedo viejo repartido en pequeñas parcelas que se encuentra en esta zona en la que no se llegó a realizar la concentración parcelaria. Otra característica es la gran variabilidad de suelos (arenosos, arcillosos, calcáreos, cascajosos) en extensiones de terreno relativamente pequeñas. La bodega cuenta con 20 hectáreas de viñedo en propiedad y se sirve de otras 90 de distintos proveedores.
Dominio de Cair es fruto de la amistad y la asociación de Juan Luis Cañas con Juan José Iribecampos, miembro de la familia propietaria del grupo siderometalúrgico Condesa. De hecho, el nombre de la bodega sale de la combinación de sus apellidos. En la actualidad Iribecampos ha reducido su capital al 3%, el grupo de Rioja Alavesa detenta el 51% mayoritario y el resto corresponde a una de las primeras inversiones chinas en bodegas españolas.
La gama de vinos arranca con Cair Cuvée (9 €, 9 meses barrica), un coupage de tempranillo y en torno a un 15% de un merlot cultivado a gran altitud en el municipio de Moradillo de Roa. El resto son monovarietales de tempranillo sujetos a una selección de viñedos en función de los rendimientos y edad de las cepas, de forma similar a como el grupo opera en Rioja. Cair (14 meses roble francés y americano, unos 18 €) se elabora con cepas de 40 a 50 años y máximo de 3.500 kilos por hectárea, y Tierras de Cair (unos 32 €, 24 meses en roble francés) con viñedos de más de 70 años y rendimientos de menos de 2.000 kilos. Son riberas equilibrados que buscan un buen contrapunto de acidez, con taninos que se benefician de un cierto desarrollo en botella y profundidad y complejidad creciente a medida que se asciende en la escala.
El top de la bodega y alter ego del Hiru riojano es Pendón de La Aguilera, que se ha estrenado en el mercado con la cosecha 2009 y superará los 200 € en tienda, con 25 € por botella destinados a fines sociales en la región. El nombre procede de la cercana loma del Pendón, coronada por una cruz y a la que las gentes del pueblo se solían dirigir en procesión con los dos pendones (estandartes) de la localidad. El vino parte de una selección de ocho viñedos muy viejos en los que la cata de uvas ofrece siempre una personalidad distintiva.
Las fermentaciones se realizan en acero inoxidable salvo en el caso de Tierras de Cair y Pendón que tienen lugar en tinas de madera. Todos los vinos hacen la maloláctica en barrica con excepción del tempranillo que va destinado a Cair Cuvée.
La oferta enoturística saca partido de las amplias y nuevas instalaciones y propone un vino de aperitivo en el campo seguido de la cata de algunas muestras de barrica. También se organizan cursos y distintos tipos de catas y degustaciones.