Durante cientos de años los holandeses han acompañado con cerveza sus borrelhapjes, pequeños aperitivos con nombres tan curiosos como Bitterballen, Frikandel o Kaasstengels. Pese a su popularidad, a la mayoría de turistas españoles que visitan Amsterdam probablemente les parezcan más bien unas “pequeñas tapas grasientas”.
La cerveza es la reina indiscutible en Amsterdam pero los consumidores se muestran cada vez más interesados en el vino, tanto que ya se importan 12 millones de cajas al año (unos 144 millones de botellas), la mayor parte proveniente de Francia. Pero los tiempos están cambiando y los vinos franceses van perdiendo la popularidad de antaño frente a países del Nuevo Mundo al alza como Chile o Sudáfrica, según un estudio realizado en 2015 por Vinexpo y el IWSR. Ante esta oportunidad ¿por qué no se está llevando España su parte del pastel?
“Creo que España nunca ha comunicado bien qué es lo que hace que sus vinos sean especiales. Su estrategia ha sido más bien la de decir “yo hago lo mismo” pero a un precio más bajo. 30 años con esta estrategia puede ser realmente aburrido y hoy muy pocos consumidores en Amsterdam son conscientes de que hay vinos españoles increíblemente buenos en el segmento de seis a 10 euros”, comenta el experto holandés en marketing digital Emilio Sáez van Eerd.
Hay tres factores clave que el consumidor holandés tiene en cuenta a la hora de elegir un vino: precio, sostenibilidad y marca. Con lo competitivos que son los vinos españoles en precio y las 80.000 hectáreas de viñedo ecológico del país (la mayor extensión mundial) no es extraño imaginar que el vino español tiene un gran futuro en Holanda.
Para disfrutar del vino en Amsterdam hay que ser selectivo. Aquí está nuestro listado con opciones de distintos precios; una lista que incluye supermercados, tiendas, bares de vinos y restaurantes.
A los que anden más ajustados de presupuesto les recomendamos supermercados como Albert Heijn o Jumbo. Sus estanterías están organizadas en función del estilo y sabor y no por el lugar de procedencia, una práctica que cada vez es más popular en Holanda. Según Emilio Saez van Eerd, esto beneficia notablemente a referencias de regiones menos conocidas que antes se veían relegadas a la sección de “otros vinos”. En Albert Heijn encontramos Mesta (4,99 €), un tempranillo ecológico de Cuenca, moderno, agradable y de muy buena relación calidad-precio.
Buscar aquí establecimientos de Albert Heijn en el país.
Si os apetece disfrutar de un vino después de dar un paseo o pasar la tarde en el Vondelpark, esta tienda de vinos está justo a la vuelta de la esquina. El ambiente recuerda al de una librería: las viejas maderas oscuras y el personal atento y conocedor convierten la elección de una botella en una experiencia de lo más agradable. Este auténtico paraíso para wine lovers abrió sus puertas coincidiendo con la aprobación de la famosa clasificación de Burdeos en 1855. Me decanté por un Fino Eléctrico de Toro Albalá (8,50 € la botella de 50 cl.), una auténtica ganga de Montilla-Motiles elaborada con pedro ximénez; un blanco opulento y de maravilloso textura que es una auténtica delicia.
Wilemsparkweg 158, Amsterdam +31 20 679 62 31.
Un nuevo bar de vinos en Tweede van der Helststraat que encantará a los aficionados al vino. Lo primero que resulta evidente cuando uno entra aquí es que los holandeses beben vino blanco como si fuera agua (las estadísticas de la patronal británica CBI confirman que las ventas de vino blanco en Holanda superan a las de tinto). Los nuevos propietarios han renovado la decoración pero todavía pervive un cierto clasicismo. Aquí solo se sirven vinos naturales con el menor número posible de aditivos.
Tweede van der Helststraat 3, Amsterdam, +31 20 233 8642.
Una pequeña gema situada en una de las calles más antiguas y estrechas de Amsterdam. Siempre hay más de 50 vinos por copas y muchos más por botella. A los que estén interesados en añadas antiguas les recomiendo el Cims de Porrera Classic 1997 (135 €) del que tienen unas cuantas botellas; 20 años después muestra la compleja mineralidad de un priorat maduro. El bar esta relativamente cerca de Dam Square y se puede ir paseando así que es perfecto para tomar una copa de vino y relajarse después de hacer turismo por la ciudad.
Nes 37, Amsterdam +31 20 422 33 18.
La chef Maripaula se hizo un nombre en San Sebastián y ahora presenta su cocina del norte de España en el corazón de Amsterdam. Aquí siempre se ven clientes tomando vinos espumosos, una de las tendencias al alza en Amsterdam, aunque el 90% del crecimiento de este segmento en Holanda tiene que ver con el prosecco y no precisamente con el cava, según datos de 2015 publicados por Drinks International.
Herenstraat 22, Amsterdam +31 20 420 29 46.
¿Recibir vino directamente en tu hotel? ¿por qué no? Amsterdam tiene un clima muy húmedo con alta influencia del mar con inviernos bastante amables y veranos no muy calurosos, pero sí que llueve bastante, así que en esos días que no apetece salir, nada mejor que pedir vino online. Aunque las ventas de vino por internet solo representan un 3% del total del mercado holandés, se espera que sigan creciendo en el futuro. Wine in Blank está especializada en vinos premium. Recomendamos su caja de Rioja versus Ribera del Duero con tres botellas de cada región para hacer una comparativa en toda regla. ¿Quién ganará la batalla?
