Hace diez años rioja, la sangría y jerez eran los únicos vinos de origen español que se conocían en Rusia. En concreto el jerez tenía más que ver con Crimea, donde existen productores que elaboran vinos encabezados con palomino y otras variedades locales (cercial, aligoté, kokur…) a los que denominaban sherry. Pueden ser dulces, semi-dulces, semi-secos o secos y son evidentemente una imitación del jerez aunque existen ejemplos de notable calidad.
España representaba entonces el 3,6% de todas las importaciones de vino a Rusia, mientras que en la actualidad copa el 20% del total del mercado y en 2014 fue cuarto en la lista de exportadores sólo por detrás de Francia, Italia y Georgia.
El mercado ruso tiene un gran potencial de crecimiento y los vinos foráneos están aún lejos de copar la mitad del consumo de vino en la antigua Unión Soviética que era de 21 litros por habitante y año. Puede decirse que el sector se ha estado desarrollando a buen ritmo en los últimos años. En 2014 además se popularizó un cierto boom de bares de vinos tanto en Moscú como en San Petersburgo. Con aperturas casi semanales en ambas ciudades durante el pasado otoño, los nuevos negocios se esforzaron en presentar cartas de vinos originales y a precios bastante razonables. En un intento de diferenciación, los sumilleres buscaron etiquetas de orígenes poco conocidos hasta entonces, sobre todo Portugal y Grecia, pero también España y Austria.
Aunque no todos los proyectos sobrevivieron, sí dieron forma a una nueva tendencia y, lo más importante, estimularon y dirigieron la curiosidad de los consumidores hacia nuevas vinos y países. Hasta no hace tanto, las etiquetas consideradas “no clásicas” (que no fueran francesas, italianas o rioja en el caso de España) espantaban a los consumidores, en parte porque la gran mayoría eran vinos muy baratos y poco interesantes.
Históricamente, los vinos franceses han sido los más populares y mejor conocidos en Rusia. La creciente apertura de restaurantes italianos a lo largo de los últimos 15 años también ha puesto de moda a los vinos de ese país que, probablemente ahora, sean los que mejor se conocen. Esta fuente de cultura, sin embargo, no funciona en el caso español, ya que no hay muchos restaurantes especializados en comida española. Incluso los bares de tapas de Moscú sirven prosecco junto al cava.
Casi todos los restaurantes de primer nivel incluyen las tres o cinco marcas españolas más reputadas como Vega Sicilia, Pingus y L’Ermita. Aunque resulte extraño, son los vinos más caros lo que están más asentados en el mercado.
El consumo de vino en Rusia no se ha reducido pese a la caída de la moneda, aunque sí atraviesa un período de reestructuración algo complicado. Los burdeos clásicos y los súper toscanos están siendo gradualmente sustituidos por vinos de Borgoña. Piamonte y, en menor medida, Priorat y Ribera del Duero.
La situación es más complicada para los vinos de precio medio y bajo, y es difícil predecir qué ocurrirá en el futuro. Todos los sumilleres o responsables de bares de vinos buscan etiquetas españoles de buena relación calidad-precio para incluir en sus cartas. En la mayor parte de los casos, 8 de cada 10 aproximadamente, estamos hablando de riojas, no sólo porque sea el vino español más conocido en el mundo, sino también porque su Consejo Regulador es el que realiza mayor número de campañas e inversiones en promoción. El resto de la lista se suele completar con vinos de Bierzo, Penedès, Utiel-Requena o Yecla y otras zonas que buscan satisfacer la curiosidad y ansias de nuevas regiones de los wine geeks. El creciente interés por regiones menores españoles se puede cuantificar también por la asistencia creciente a catas regionales o salones globales como el que organiza la Guía Peñín en Moscú.
El Asador. Prácticamente, el único restaurante español de verdad en Moscú (no es ni un bar de tapas ni un lugar en el que simplemente se estila comida española). Su propietario se enamoró de la cocina vasca hace unos diez años y decidió abrir un restaurante dedicado a la gastronomía del norte de España. Cuenta con la lista más amplia de riojas de la ciudad, desde un Faustino VII a La Montesa, Beronia, o un Artadi Viña El Pisón, junto con un par de txakolis.
Bolshaya Ordynka, 45/8, Moskva, Rusia
+7 495 953-15-64
Gastropub Lo Picasso. Un proyecto mucho más reciente con un nombre un tanto extraño y carta de vinos prácticamente centrada en etiquetas españolas. El formato en realidad es más de “cerveza y tapas”, de modo que la lista incluye marcas muy conocidas y fáciles de beber.
+7 (495) 988 26 56
Vinnyi Rynok (Wine Market). Una de las mejores tiendas de vino en Moscú. No está especializada en vinos españoles, pero ofrece una muy buena selección. Su director es un gran apasionado de todo lo que viene de España, en especial los vinos generosos. De ahí que el lugar fuera elegido para realizar la presentación más grande que haya habido hasta la fecha sobre vinos de Jerez en Rusia y que fue impartida por David Feijoo, director del ICEX en Moscú y educador de Jerez. En el establecimiento además se pueden catar muchos vinos españoles por copas, no sólo riojas y riberas, sino otros mucho menos conocidos como por ejemplo un somontano de Bodegas Pirineos.
Komsomolskiy Avenue, 14/1-2, Moscú, Rusia
+(7)499-246-64-66
Wine Religion. Muy interesante tienda y bar de vinos con una excelente carta y cocina creativa. Todos los vinos a la venta en la tienda se pueden consumir en el restaurante. El sumiller responsable trabaja también en un bar de vinos de Londres, de modo que la lista tiene un cierto “acento inglés” que se refleja también en su buena selección de vinos españoles.
Michurinsky Prospekt, 16, Moscú
+7 499 753-23-40