Bodega Comando G Viticultores Gredos | Spanish Wine Lover

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BODEGAS

Bodega de gran trascendencia para entender el reciente boom de las garnachas de Gredos, la región que se extiende a lo largo de los valles del Alto Alberche, Alberche y Tiétar y en la que confluyen tres provincias (Ávila, Madrid, Toledo), tres comunidades autónomas (Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha respectivamente) y tres denominaciones de origen (Cebreros, Vinos de Madrid y Méntrida).

Detrás de Comando G están dos personajes clave en el resurgimiento de Gredos: Dani Landi y Fernando García. Su compromiso con la región es total: “Queremos saber hasta dónde podemos llegar con la variedad y con el terruño”, dicen, tras recuperar viñedos extremos en altitud y accesibilidad.

Vinifican con raspón, realizan extracciones tremendamente suaves (la idea es “tocar lo menos posible”) y apuestan por crianzas en barricas de gran tamaño, fudres o recipientes de hormigón. La filosofía es claramente borgoñona y clasifican sus vinos como de región, pueblo, paraje (premier cru) y viña (grand cru).

El nombre de la bodega evoca su época de infancia con la famosa serie de dibujos animados Comando G en la que cinco jóvenes defienden la Tierra de las amenazas del espacio exterior. La “G”, de Gredos, garnacha y granito, les venía que ni al pelo y se estrenaron en la cosecha 2009 con La Bruja Avería (el nombre de otro programa infantil de la época).

La cosecha 2022 ha marcado una reestructuración importante en la gama con cambios en algunos vinos para completar su particular pirámide borgoñona, y el lanzamiento de otros nuevos a medida que el proyecto se va centrando más en Cebreros, la DO que tiene la totalidad de sus viñedos en la sierra de Gredos y que cuenta con una clasificación que reconoce los vinos de municipio, paraje y parcela.

La excepción serán sus viñedos del valle del Tiétar en el municipio de Las Rozas de Puerto Real, que pertenece a la comunidad de Madrid y donde se ha producido un auténtico corrimiento de escala en la cosecha 2022. Si la “bruja” que funcionaba en los últimos años como vino de municipio bajo el nombre La Bruja de Las Rozas se ha quedado en La Bruja (55.000 botellas, unos 26 € en España) para convertirse en su etiqueta regional, Las Rozas 1er Cru es ahora un vino de municipio con el nombre de Rozas a secas (unas 10.000 botellas, 48 €). Además del próximo nuevo premier cru bajo la marca Mingogil, en la punta de la pirámide se mantiene Las Umbrías (175 €). Fue el primer vino de parcela que elaboró Comando G, a partir de una viña de media hectárea plantada en 1951 en lo alto del llamado monte de los Corzos, a 995 metros de altitud. Los característicos suelos de granito incluyen aquí algo de arcilla roja. Es una zona particularmente húmeda que siempre da un perfil fresco y crujiente con marcado carácter herbal.

El trabajo de Comando G en la provincia de Ávila y dentro de la DO Cebreros se concentra en tres municipios y dos valles: El Tiemblo, en el valle de las Iruelas, y Villanueva de Ávila y Navatalgordo, en el valle del Alto Alberche.

Del primero sale su único vino de suelo de pizarra, Las Iruelas. Esta etiqueta perteneció al proyecto personal que Dani Landi Viticultor mantuvo de forma paralela hasta la cosecha 2019 pero que finalmente se integró en Comando G en la añada 2020. Respecto a los otros vinos de Landi, El Reventón, que procedía también de suelos de pizarra, se elaboró por última vez en la cosecha 2022. Y los viñedos que cultivaba en el Real de San Vicente (Toledo, Castilla-La Mancha) para elaborar etiquetas ya clásicas como Las Uvas de la Ira o Cantos del Diablo se han integrado en un nuevo proyecto conjunto con Curro Bareño (Fedellos de Couto en Galicia) bajo el nombre de Vitícola Mentridana.

Volviendo a Las Iruelas (195 €), es el único vino de Comando G en El Tiemblo: una hectárea plantada en 1963 a 1.010 metros de altitud. Su evolución en las últimas añadas tiene mucho que ver con el trabajo de suelos realizado por el experto chileno Pedro Parra que ha llevado a identificar tres áreas que se vendimian por separado y que pueden o no formar parte del coupage final en cada nueva añada.

El dúo tiene mucha más presencia en Villanueva de Ávila, que se ha convertido en su nuevo centro de operaciones, y donde han completado todos los escalones de la pirámide borgoñona empezando por el nuevo tinto de municipio Villanueva (48 €, menos de 3.000 botellas) que arranca en la cosecha 2022. Es una mezcla de viñedos propios y de proveedores con una media de altitud cercana a los 1.000 metros. El premier cru es La Breña (unos 100 €), de un paraje cercano a Rumbo al Norte, que se ha venido elaborando desde 2018. Las viñas más viejas son de 1962 y la altitud 1.050 metros. Los parcelarios son los dos vinos top de la bodega: Tumba del Rey Moro y Rumbo al Norte, ambos por encima de los 300 €.

Tumba del Rey Moro es una viña de media hectárea y gran inclinación plantada en 1960 con las cepas intercaladas entre robles, castaños e higueras. La altitud (1.100 metros) y su carácter sombrío marcan un estilo de una garnacha de tanino ligeramente herbáceo pero de gran persistencia.

Rumbo al Norte es ese mítico viñedo en el que las viñas conviven con enormes rocas de granito y que debe de ser “la foto” de Gredos que más se repite en la cabeza de los aficionados de medio mundo. Plantado en 1950, es una parcela de apenas 0,3 hectáreas, también con orientación norte y que alcanza los 1.075 metros de altitud. Es una zona muy extrema en la que ha desaparecido la mayor parte del viñedo. El marco de plantación es tan estrecho que en la parte superior ni siquiera entra el caballo. Los rendimientos rara vez superan 1.500 kilos por hectárea y la vendimia se hace casi siempre en octubre. Es un vino de sensaciones afiladas que muestra el carácter desnudo del granito, pero de porte aéreo y con interesantes desarrollos aromáticos.

El último municipio en el que está presente Comando G es Navatalgordo (Ávila), que se caracteriza por la alta presencia de cuarzo en los suelos y los pHs bajos de los vinos. Allí elaboran su correspondiente vino de pueblo (47 €) con viñedos cultivados a una altitud media de 1.000 metros, un primer cru que se estrena en la cosecha 2022 bajo el nombre Peñadelamora y los parcelarios El Tamboril que se elaboran en versiones blanca y tinta. El viñedo de El Tamboril es el más alto de los que cultivan, a 1.200 metros, y el tinto siempre tiene unos taninos más perceptibles y marcados.

VINOS CATADOS DE ESTA BODEGA

La Bruja Avería 2013 Tinto
Las Umbrías 2012 Tinto
Tumba del Rey Moro 2012 Tinto
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