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BODEGAS

Bodegas Cuevas Jiménez, más conocida en el sector del vino como Ferratus, es el proyecto de María Luisa Cuevas, una mujer fuerte, emprendedora y de energía desbordante oriunda de la Ribera del Duero, pero sin trayectoria previa en el mundo del vino. Su familia, de hecho, se dedica al negocio del hierro, lo que explica el nombre de la bodega.

Abogada de formación, inició su carrera profesional en Madrid, pero no se acercó al mundo de vino hasta unos años después de haber regresado a Aranda del Duero. Todo empezó con un curso de internacionalización de vinos que despertó su interés; luego llegaron las catas, visitas a productores y finalmente el proyecto de una bodega propia que arrancó en la cosecha 2003, en pleno boom de la zona. Era la época en la que, según recuerda María Luisa, “todo se vendía” y numerosos viticultores estaban dando el salto a la elaboración.

Su primera dificultad seria se convirtió en una gran oportunidad. En su primera vendimia, uno de sus proveedores no cumplió con su acuerdo de venta de uva y, en su búsqueda desesperada por conseguir alguna partida de calidad que pudiera sustituir la viña perdida, surgió la oportunidad de hacerse con casi tres hectáreas en el pago de Santa Cruz, uno de los parajes con más renombre del municipio burgalés de La Horra. La uva era tan diferente del resto que había entrado en bodega que, en lugar de elaborar un solo vino como tenía previsto, decidió hacer dos: Ferratus y el top Ferratus Sensaciones.

Hoy la bodega produce unas 150.000 botellas al año, aunque tiene capacidad para alcanzar las 250.000, que es el objetivo de futuro de Cuevas. A las viñas de La Horra se sumó en 2018 una finca de 17 hectáreas situada en San Juan del Monte, un municipio poco conocido de la Ribera situado al oeste de Aranda, entre Zauzar y Peñaranda de Duero. Lo más interesante es que se trata de un viñedo de brotación tardía (una buena receta contra las heladas primaverales) situado a 920 metros de altitud.

Para el resto de la uva se sigue trabajando con proveedores. María Luisa se encarga personalmente de supervisar el trabajo de campo, el contacto con los viticultores y los muestreos en vendimia. Considera que para sentir la viña hay que estar en el campo. “Si no sientes la viña, no puedes hacer buen vino”, opina.

En los últimos tiempos ha reorganizado la gama y añadido nuevas referencias. En la cosecha 2011 creó el tinto de entrada de gama Ferratus AØ (“Acero”, entre 80.000 y 100.000 botellas, 9 € en España, 12 meses en roble francés), y a partir de la cosecha 2016 ha renombrado su Ferratus de siempre como Ferratus Origen (unas 20.000 botellas, 22 € en España, 14 meses en roble francés) y ha incluido una alusión a las viñas viejas en la etiqueta. Este tempranillo, que es el tinto central del proyecto, se sigue elaborando con uvas de proveedores repartidos en municipios como Quintana del Pidio, Gumiel de Izán, Gumiel de Mercado o Montejo de la Vega. En las añadas que no elabora el top Ferratus Sensaciones (pasó en 2013 y 2016), Origen se beneficia de sus uvas.

La gama alta de la bodega está compuesta por Ferratus Sensaciones (algo más de 6.000 botellas, 30 € en España), su tinto de terruño del Pago de Santa Cruz que combina raza y concentración con una textura elegante, y el nuevo Ferratus Fusión (2.200 botellas, €28), que se presenta en una original botella serigrafiada. En este caso, la atención está más en conseguir el tipo de uva adecuado para realizar una fermentación en barricas de 500 litros y obtener un tinto voluptuoso y atractivo.

También se elabora un rosado con un leve paso por barrica (10 €). De perfil estructurado y fiel al espíritu de la zona, resulta perfecto para sustituir a un tinto en los meses más cálidos del año.

Todos los vinos están elaborados con tempranillo. La incorporación del asesor francés residente en la Ribera del Duero, Emmanuel Ivars, al frente de la elaboración, le ha permitido a María Luisa dar un salto hacia el estilo de vinos elegantes y con menos peso de la madera que buscaba.

La última novedad es un blanco de albillo mayor (unos 18 €, algo más de 6.000 botellas) que refleja muy bien el perfil de esta variedad de intensidad aromática moderada, pero que responde bien a la crianza y que trabajan combinando acero inoxidable y madera

Interesante también su nueva estrategia para acercarse a los distribuidores con un portfolio más amplio. Ha comenzado a importar un champagne, al que seguirá un blanco de Borgoña.

La bodega se puede visitar de lunes a sábado pero hay que reservar previamente. Los primeros sábados de mes hay cata de vino y chocolate.

VINOS CATADOS DE ESTA BODEGA

Ferratus 2020 Rosado
Ferratus Origen 2017 Tinto

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