Natural de San Vicente de la Sonsierra, José Gil es un joven viticultor que tras finalizar el grado superior de enología se incorporó en 2012 al negocio familiar gestionado hasta entonces por su padre y su tío.
Bodegas Olmaza es la típica bodega familiar en la que todos hacen de todo. De hecho, no tienen distribuidores formales y es habitual que hagan ellos mismos el reparto de vino. Solo producen lo que dan sus 35 hectáreas de viñedo, todas en vaso incluidas las nuevas plantaciones. La mayor parte están ubicadas en la parte alta de San Vicente, pero también en Briones y Labastida. Es significativo que las viñas más viejas se destinen a su tinto de maceración carbónica, que es el vino del que están más orgullosos y que consideran más representativo.
José, que tiene cinco hectáreas suyas, compró en 2011 un viejo calado contiguo al de Benjamín Romeo en la parte alta del pueblo y en 2013 empezó a hacer sus primeros pinitos fermentando con raspón en cubas de plástico, pero hasta la cosecha 2016 no ha lanzado formalmente su proyecto al mercado. La producción en esta primera añada no llega a las 2.000 botellas pero espera poder ir creciendo en el futuro.
Se ha estrenado con tres tintos que llevan su nombre, todos ellos elaborados con tempranillo y con porcentajes de entre el 10 y 15% de viura. Hay un vino de municipio que se vinifica en acero inoxidable (1.000 botellas, 18 €) y dos de parcela que fermentan en barricas abiertas de 500 litros: La Cóncova y El Bardallo. De estos últimos se han hecho 300 botellas de cada uno que se venden a 34 €. Ambos viñedos están a menos de un kilómetro de distancia pero tienen perfiles muy distintos. El Bardallo es una finca de 25-30 años plantada en una ladera con orientación noreste sobre suelos arcillo-calcáreos. La Cóncava es una viña de 60 años en orientación sur, pero está expuesta al viento del norte y, por tanto, muy aireada. Los suelos son algo más arenosos y los racimos menos compactos que los que se consiguen en El Bardallo.
José Gil se declara un entusiasta del vino y un gran defensor del viñedo en vaso (“es el que mejor se adapta a esta zona y de hecho, San Vicente es uno de los pueblos con más viñedo tradicional”). Los modelos de elaborador en los que se mira son Contador, Artadi y Artuke.
