España, cuarto productor europeo de cerveza, es un país muy cálido y un paraíso para esta bebida que se consume en gran cantidad: en 2015 más de 37 millones de hectolitros de los cuales 35 son de producción nacional, según datos de Cerveceros de España y el Ministerio de Agricultura.
En nuestro país triunfa la cerveza tipo lager o rubia como se llama popularmente aquí. Es ligera y se suele consumir bien fría, generalmente en compañía de los amigos y con tapas. Pero cuando se quiere impresionar o quedar bien se sigue recurriendo al vino y, en este sentido, se ha considerado tradicionalmente a la cerveza como una bebida inferior.
El mercado español está dominado por seis grandes compañías en manos de empresas familiares (Mahou-San Miguel, Heineken España, Damm, Hijos de Rivera, Compañía Cervecera de Canarias y La Zaragozana) que apenas han permitido la entrada parcial de grupos multinacionales y que hacen que el sector esté especialmente concentrado y ofrezca pocas opciones al consumidor.
Pero en los últimos años se han producido cambios importantes. Los modelos del norte de Europa, esos países fríos que no producen vino, y de Estados Unidos han propiciado la búsqueda de cervezas de calidad, con diferentes estilos y potencias, que pueden ser consumidas de diferentes maneras, maridadas con platos potentes o elegantes y encajar en momentos de consumo para los que las cervezas ligeras no están pensadas.
Las cervezas artesanas se diferencian de los productores industriales en sus bajos niveles de producción (menos de cinco millones de litros, según la Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes) y por la mayor diversidad y carácter de sus productos, capaces de conectar con un sector de consumidores más exigentes.
Las microcervecerías artesanas españolas han pasado en menos de diez años de un par de docenas a más de 400. Este crecimiento se debe a múltiples factores: el interés por un producto desconocido de autor, la globalización de la gastronomía que favorece el maridaje de platos exóticos con cervezas de estructura, y también aspectos económicos. No es una sorpresa que semejante boom haya coincidido con los años de crisis salvaje en los que el paro ha superado el 25% de la población activa. Muchos jóvenes desempleados han decidido apostar por un sector en alza con un riesgo económico moderado en el que se puede trabajar con una materia prima, la malta, que no es tan sensible al deterioro como por ejemplo las uvas en el caso del vino.
A la vista de este nuevo nicho de mercado, los productores industriales buscan también su trozo del pastel –y sabemos que cuando los grandes tienen hambre, quieren toda la tarta para ellos– tratando de replicar a los cerveceros artesanos con nuevos productos a menudo decepcionantes por su falta de personalidad, o adquiriendo pequeñas cerveceras para abrir su mercado, como es el caso de la compra de la compañía americana Founders por parte de Mahou-San Miguel, aunque Founders sean en realidad más macro que micro.
Creada en 2014, la Asociación Española de Cerveceros Artesanas Independientes (AECAI) reúne a más de 40 productores. Sus cervezas deben estar elaboradas con materias primas naturales: agua, malta de cebada o trigo, lúpulo y levadura, sin la adición de otros productos que añadan aromas o sabores artificiales.
Existen dos grandes grupos de cervezas, la más popular de fermentación baja (lager), y la de fermentación alta (ale). Entre las dos la lager es, sin duda, la más consumida. Resulta fácilmente identificable por su color transparente, rubio y brillante, seca en boca por la ausencia de azúcar, ligeramente amarga, fácil de beber y muy refrescante. Las cervezas ale tienen generalmente más cuerpo, son muy aromáticas por el alto contenido en lúpulo y algunas de ellas ofrecen un marcado sabor dulce. El color puede variar del ámbar ligero para las cervezas elaboradas con trigo al negro profundo en el caso de las stout al más puro estilo británico.
Las microcervecerías españolas suelen elaborar cervezas ale para grifo y botella y en algunos casos se trabaja también en formato en lata. La oferta suele ser bastante variada con algunas microcervecerías ofreciendo más de 15 tipos de cerveza. El abanico va desde las refrescantes pale ale a las potentes IPA y APA, o las robustas porter y stout (ver texto de apoyo inferior para una explicación de los diferentes estilos), sin olvidar cervezas de doble y triple fermentación.
Otro grupo es el de las cervezas estacionales, elaboradas en momentos puntuales del año para celebrar fiestas como la Navidad o que incluyen en su composición materias primas frescas que no están disponibles el resto del año como calabaza o cerezas.
Una curiosidad específica de España son las cervezas sin alcohol; hay que tener en cuenta que somos el primer consumidor de esta categoría de Europa, con el 15% del mercado copado por la cerveza “sin”.
Arriaca. Una de las más jóvenes y exitosas, está situada en la provincia de Guadalajara lo que ofrece a su maestro cervecero la posibilidad de proveerse del magnífico cereal local. Sus cervezas han conseguido colocarse en muy poco tiempo entre las mejores de España con varios premios internacionales como el Gold Beer Idol de la República Checa que se ha llevado este año su exclusiva Imperial Russian Stout. Increíble ver una cerveza española ganado premios en el corazón de la Europa cervecera.
Además acaban de iniciar la comercialización de dos cervezas artesanas en lata, su aromática y ligera Session IPA y una poderosa Imperial Red IPA con notas muy caramelizadas destinada a acompañar platos muy especiados. Arriaca es pionera en España en la elaboración de cerveza artesana en lata. Completan su gama con una refrescante lager rubia, una cerveza cremosa de trigo, la IPA también en lata y botella, y la profundamente oscura porter. Además elaboran una magnífica cerveza de centeno, un tipo poco habitual entre los artesanos españoles, con un paso de boca muy austero y seco.
Villa de Madrid La ciudad de Madrid es bien conocida por la calidad de su agua además de ser uno de los motores económicos y comerciales del país. Por eso no es extraño que algunas de las mejores microcervecerías se hayan establecido en la zona. De reciente creación, Villa de Madrid se está haciendo un rápido hueco en el mercado y acaba de lanzar Chula Sin, la primera cerveza artesana sin alcohol, fresca y muy aromática, elaborada sin estabilizantes ni conservantes y con una calidad muy por encima de lo habitual en esta categoría. Villa de Madrid también elabora una cerveza negra estilo dry stout, así como de los tipos IPA, pale ale, pilsner, y la Cheli de trigo; todas ellas con un estilo muy americano y fáciles de beber. Para los amantes de las emociones más fuertes, acaba de sacar su Ziva 2.0, una Belgian strong ale de 10% vol. y bastantes IBUs.
Cervezas La Cibeles. La fuente de la diosa Cibeles, uno de los monumentos más populares de Madrid, da nombre a una de las microcervecerías pioneras en la elaboración de cerveza artesana de alta calidad en España. Elaboran una amplia gama desde la ligera pale ale hasta la oscura y densa barley wine de 9% vol. Una de las mejores es David’s ale, con la firma del maestro cervecero David Castro que ofrece notas de caramelo y toffee y resulta muy golosa en boca. Otra muy sorprendente es Rauch, elaborada con malta tostada con la turba que se utiliza para el whisky escocés con aromas de carbón vegetal. Si la Castaña o la Imperial IPA con 70 IBUs destacan por su cuerpo y carácter, tampoco hay que dejar de probar las cervezas estacionales que Castro elabora en momentos puntuales del año.
Cervezas La Virgen es una de las microcervecerías madrileñas más sólidas. Además de su amplia gama de productos honestos y de calidad, cuentan en sus instalaciones con un pub donde se puede disfrutar de la cerveza mientras comes unas buenas tapas, algo que todavía no es muy habitual entre los elaboradores españoles. Sus cervezas está elaboradas con agua de Madrid sin pasteurizar y sólo con productos naturales. La imagen es potente y actual y no hay un solo evento cervecero en el que no esté presente su foodtruck con los típicos perritos y hamburguesas.
Aunque comercializan sus productos en botella y barril en más de 700 puntos de venta, recomendamos la experiencia de probarlos directamente desde sus grifos en el brewpub. Entre su amplia oferta, llaman la atención nombres muy divertidos como Madrid Lager, Jamonera, o 360, todas ellas con características diferentes. También elaboran una amplia gama de cervezas estacionales y especiales que hay que no hay que dejar de probar a lo largo del año siguiendo la línea de nombres impactantes; Veraniega, Castañas, Carajillo Stout, Cañonera, Märzen o Trigo Limpio.
La Socarrada produce dos millones de botellas de unas cervezas absolutamente diferentes a lo que nos tienen acostumbrados los pequeños productores. Situada en Xátiva, cerca de la ciudad de Valencia, entre las montañas y el mar Mediterráneo, aprovecha esta circunstancia para darle a sus cervezas una personalidad única. La Socarrada con un estilo Bockbier está elaborada con romero y miel de romero, triple malta y doble fermentación. Su singularidad viene dada por los aromas florales característicos del romero y las sensaciones frutales. Igual de sorprendente es Er Boquerón, la única cerveza del mundo elaborada con agua del mar Mediterráneo; es una pilsner refrescante de doble fermentación sin gas añadido y sin filtración. Su tercera cerveza es Toro, envejecida en barricas de Jerez procedentes de la bodega de Osborne que han contenido vinos de Pedro Ximénez. Utilizan maltas tostadas para conseguir un bonito color cobrizo y es delicada y compleja de aromas.
En Madrid las tiendas La Buena Cerveza (Pelayo, 5) y Labirratorium (Blasco de Garay, 21) son ya clásicos para los amantes de lo artesano. Naturbier (Plaza de Santa Ana, 9) es un típico restaurante que elabora sus propias cervezas desde 1986 en el corazón de Madrid. Si lo que quieres es acompañar la cerveza con unas tapas, puedes ir a Irreale (Manuela Malasaña, 20), El Pedal (Argumosa, 33), o The Toast Tavern (Guzmán El Bueno, 34) sin olvidar el pub de Cervezas La Virgen.
En Barcelona, lo mejor es ir a Biercab (Muntaner, 55) o Ale & Hop (Les Basses de Sant Pere, 10) si además quieres tomar unas buenas tapas con cerveza artesana.
Otras opciones destacadas de nuestra geografía son Olhöps (Sueca, 21) en Valencia, un bar de cerveza artesana de grifo, y La Jerónima (Jerónimo Hernández, 14) en Sevilla, ideal para probar un montón de cervezas artesanas de Andalucía.
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