Parte del equipo técnico de Bodegas San Alejandro en Calatayud, Jorge Temprado tiene proyecto propio en la región, aunque fuera de DO, desde la cosecha 2021. Su base: La Vilueña, el pequeño pueblo que le vio nacer.
Su abuelo materno cultivó viñas durante muchos años y siempre le animó a ser viticultor. Ha empezado desde cero, plantando cinco hectáreas de viña entre 2018 y 2022 tal y como se hacía antes: en vaso y secano, aunque con una densidad algo más alta para poder conseguir alrededor de un kilo de producción por cepa. Ha utilizado selecciones de garnacha de Vitis Navarra, tras el concienzudo trabajo de recuperación de biotipos llevado a cabo por este viverista, y también ha incluido algo de macabeo. Trabaja en suelos de pizarra sobre una capa de arcilla. Para labrar utiliza un tractor oruga y realiza el resto de tareas a mano.
La idea es complementar esta viña propia con parcelas viejas de la zona que pueda comprar o a las que pueda acceder en el futuro. De momento, ha empezado a cultivar un viñedo viejo en una localidad vecina que tiene la particularidad de estar plantado con la variedad minoritaria derechero de muniesa.
En elaboración vinifica con 100% de raspón. Realiza maceraciones de alrededor de dos semanas y cría en barricas usadas en el bajo de la casa familiar. Ha arrancado con menos de 1.000 botellas pero el objetivo es alcanzar las 10.000.
A su único vino hasta el momento lo ha bautizado con la palabra que se utiliza en su pueblo para referirse al dedo pulgar. Cuqueiro es un tinto fresco y fragante, con notas de fruta roja y peso de hierbas aromáticas. Sabroso, muy fácil de beber y con un leve toque cítrico y vibrante.
