Casi todo lo que surge de este joven proyecto nacido en la subzona de Clariano, en Valencia, se sale de lo ordinario. Desde los muy particulares nombres de sus vinos y el original diseño de las etiquetas a los estilos, formas de elaboración y variedades con las que trabajan.
Creada en 2011, Fil.loxera es fruto de la ilusión de tres amigos con larga experiencia en el sector del vino en Valencia: la pareja formada por Pilar Esteve y José Ramón Domenech, y Joan Llobell. El nombre alude al hecho de que, al igual que la plaga de la filoxera cambió radicalmente el mundo del vino, este proyecto ha marcado un antes y un después en sus vidas. “Pasamos de hacer lo que nos dejaban a hacer lo que queríamos: los vinos de aquí con las variedades de la zona para ver qué daban de sí”, explica José Ramón.
De unos inicios muy modestos con unos pocos miles de botellas han pasado a producir unas 40.000 botellas al año. La bodega, que está en la propia casa de Pilar y José Ramón, ha ido colonizando cada vez más espacio mientras que el vino embotellado lo guardan en un almacén alquilado.
Las decisiones de elaboración se toman entre los tres socios. Cada uno aporta sus viñedos al proyecto y trabajan además con algunas parcelas arrendadas. La gran mayoría están en el municipio de Fontanars dels Alforins, salvo unas pocas parcelitas de Pilar en Villena, a unos 10 kilómetros de distancia. En total son algo más de 17 hectáreas, casi todas en vaso. Las más antiguas pueden superar los 60 años. Una de las más especiales, con árboles frutales intercalados entre las cepas, les ha permitido recuperar la variedad arco. “Es una uva de ciclo muy largo que aguanta muy bien los calores del verano y que envera cuando el tiempo empieza a refrescar. A veces le cuesta llegar incluso a los 12 grados. En la lista de la cooperativa local aparecía como variedad no recomendada”, explica José Ramón.
La descubrieron en 2013 y ahora está en proceso de autorización junto a la ullet de perdiu, otro hallazgo de Fil.loxera y Cía. de la que José Ramón destaca su elevada acidez capaz de arreglar cualquier vino. “Estas variedades se han cruzado en nuestro camino; no es que hayamos querido hacer vinos de variedades raras porque estuviera de moda”, especifica Pilar.
Donde sí han buscado llamar la atención es en la presentación de sus vinos, con nombres fuera de lo común que, al menos en los tres vinos con los que arrancaron el proyecto, reproducen citas bíblicas del Antiguo Testamento.
La gama empieza con Beberás de la Copa de tu Hermana (13 €, unas 6.000 botellas). Es un macabeo (alrededor del 45%) ensamblado con variedades blancas como malvasía (o subirat parent) y verdil además de un pequeño porcentaje de monastrell con prensado directo y vinificado en blanco. Se cría ocho meses en una combinación de acero inoxidable (70%), roble francés y barrica de acacia. El estilo es muy particular ya que mezcla notas frutales con toques tizosos y minerales.
Sentada Sobre la Bestia es el vino de mayor producción (13 €, 18.000 botellas). Con la monastrell como variedad central, ofrece un perfil mediterráneo de fruta madura y notas balsámicas. Se complementa con tempranillo, garnacha tintorera, graciano y un porcentaje muy pequeño de malvasía. Las variedades fermentan por separado y la crianza, de unos ocho meses, se hace también en una combinación de recipientes (barrica, tina y acero inoxidable). Con un ensamblaje similar pero más seleccionado se elabora El Cordero y las Vírgenes (27 €, 3.000 botellas), un tinto que se cría 24 meses en barrica.
La gama más sorprendente de la bodega es la que se centra en variedades ancestrales en proceso de recuperación y que se aglutina desde la cosecha 2016 bajo el nombre Bienvenidos al Extraordinario Mundo de la Mujer Caballo. El paralelismo con el mundo del circo busca comparar estas uvas dejadas de lado con las personas apartadas por la sociedad por sus malformaciones y aspecto físico diferente pero que brillaban en la pista circense. La presentación es idéntica para los tres vinos de esta gama que se identifican con un color diferente en cápsula y etiquetas. La naranja se corresponde con un blanco elaborado con pieles que combina las variedades valencí (60%), moscatel romano (10%) y otras sin identificar. La azul es de arco, esa variedad tinta de ciclo largo y gran acidez que es capaz de ofrecer una visión fresca, vibrante y radicalmente diferente del Mediterráneo. Con 4.000 botellas, es el vino de producción más generosa de la serie. Con el lacre verde se elabora la ullet de perdiu (ojito de perdiz), una variedad tinta quizás algo menos expresiva pero con sorprendente acidez. Los precios de estos tres vinos se sitúan en el entorno de los 24 € en España.
Para el equipo de Fil.loxera el trabajo continúa en los viñedos. Ahora han descubierto un clon antiguo de graciano que están intentando recuperar. El suyo es uno de los proyectos imprescindibles para descubrir los nuevos perfiles de las regiones mediterráneas en España.
