Tras su experiencia elaboradora en la Sierra de Gredos, los enólogos madrileños Curro Bareño y Jesús Olivares han desarrollado gran parte de su carrera profesional en Galicia. Fedellos, que quiere decir travieso en gallego, arranca oficialmente en la añada 2013 en la Ribeira Sacra, con vinos en Abeleda, en la parte orensana de la DO y en el valle del Bibei, el río que marca la frontera con Valdeorras. Pero la salida de la DO en la cosecha 2016 y la creación de un nuevo proyecto, Peixes, en Viana do Bolo, una zona sin DO situada aguas arriba del Bibei, cambia su visión y les permite dejar de mirar los dos lados del Bibei como dos regiones diferentes.
Gracias a su mayor altitud, el valle del Bibei sirve muy bien a la filosofía de elaborar vinos frescos y elegantes al alargar el ciclo vegetativo. Esta idea se refuerza con la búsqueda de viñas en orientaciones de mañana que evitan una insolación excesiva y donde se consigue una mejor sanidad al secarse antes el rocío de la noche.
Hoy se surten de uvas de Valdeorras, Ribeira Sacra y Viana de Bolo. Todos los vinos se comercializan fuera de DO y la elaboración se realiza en una cueva tradicional del antiguo barrio de bodegas de Seadur, una parroquia del municipio de Larouco. Allí utilizan muchas de las técnicas aprendidas en Gredos: fermentaciones espontáneas con raspón, encubados largos sin apenas extracción de 45 a 60 días en tintos y unos cinco días en blancos y envejecimiento en maderas usadas.
La gama de vinos se ha ampliado en los últimos años con vinos como As Xaras (5.000 botellas. 16 €), en el mercado desde 2019. Es una mencía elaborada con uvas de Chandoiro y Larouco cultivadas en ambos márgenes del Xares, afluente del Bibei, que combina viñas jóvenes a 650 metros y viejas a 550 metros de altitud sobre suelos graníticos y metamórficos de esquistos con cuarcita.
Los clásicos de siempre incluyen el tinto Lomba dos Ares (18 €, unas 6.000 botellas) y el blanco Conasbrancas (18 €, 4.000 botellas). En ambos casos se utilizan las mismas viñas, todas de entre 60 y 80 años, situadas en distintas parroquias del municipio de Manzaneda a lo largo del Bibei y con mezcla aleatoria de variedades. Lomba se apoya fundamentalmente en mouratón, mencía, alicante bouschet (garnacha tintorera en España) y grao negro, y Conasbrancas en dona branca, godello y colgadeira. En este último han ido refinando la elaboración, reduciendo y seleccionando la cantidad de pieles que utilizan en el vino. La bodega elabora otro blanco de viñas viejas de similar edad sobre suelos de esquisto pizarroso y gneis en el Bibei: Testorio (1.000 botellas, 26 €), pero en esta ocasión las uvas proceden de una única parroquia de Manzaneda denominada Soutipedre.
Otro clásico es el Bastarda (30 €, 5.000 botellas), el nombre local de la variedad merenzao o trousseau, que procede de la mezcla de viñas jóvenes y viejas cultivadas en el valle del Bibei, pero exclusivamente en suelos graníticos.
Se han atrevido también con un tinto con dominio de sousón, la variedad tinta más estructurada de la zona, con la que elaboran Camándula (15 €, 3.000 botellas), el tinto más tánico de la gama y más necesitado de botella: Las uvas vienen de Córgomo en el valle del Sil (Valdeorras), donde dominan los suelos de pizarra y aluviales con canto rodado. También de Córgomo y con suelos similares es Eixe (27 €, 3.000 botellas). Su objetivo es recuperar el espíritu de los vinos tradicionales anteriores a la filoxera en los que, según los escritos de José Miramontes de 1860, predominaban las variedades, merenzao, albarello o brancellao y negreda, en este caso viñas de menos de 20 años en espaldera.
Jugoso y estructurado, Os Bidueiros (21 €, 4.000 botellas) es un tinto que elaboran desde la cosecha 2018 con uvas de Seadur, el municipio situado a caballo entre el Sil y el Bibei donde se ubica la bodega. La originalidad, y lo que le da un perfil muy diferente, es la presencia de casi un 50% de sumoll, la uva catalana que llegó a la zona en un momento concreto y de la que se conserva algo de viña, y que se mezcla con garnacha tintorera y mencía.
Los vinos de Peixes proceden de la zona de Viana do Bolo, con viñedos cultivados en bancales ente los 600 y 800 metros de altitud, en condiciones más frías y extremas para el cultivo, con alto riesgo de heladas y mayores dificultades para la maduración. Aquí se cultivan variedades tintas (mencía, gran negro, mouratón, tintorera, bastardo) y blancas (godello, dona blanca, palomino) en pequeñas parcelas plantadas en vaso sobre suelos muy brillantes por su alta proporción de mica. Son viñas por encima de los 70 años.
Hay dos tintos. Peixe da Estrada (16 €, 13.000 botellas), que mezcla uvas tintas con en torno a un 10% de blancas con mayoría de suelos graníticos, y Peixes da Rocha (20 €, 3.000 botellas), con una selección de las parroquias más altas y frías.