Una de las impulsoras en el trabajo con la garnacha en el centro de España sobre la base de la bodega familiar situada en Méntrida (Toledo), Jiménez-Landi cuenta con 20 hectáreas de viñedo en propiedad y cultiva otras cinco en régimen de arrendamiento. El viñedo se reparte entre el paisaje de dehesa y monte bajo que caracteriza los alrededores del municipio de Méntrida donde se ubica la bodega y el relieve accidentado de El Real de San Vicente, la única localidad de la DO Méntrida que se enmarca en la Sierra de Gredos. La diferencia de altitud es importante: entre 550 y 650 metros las viñas del valle frente a los 750-850 metros de las que se cultivan en la montaña. En ambas zonas dominan los suelos graníticos con arena en superficie.
La elaboración se realiza en una vieja casa solariega cuya parte más antigua data del siglo XVI. Cuenta con una cueva tradicional que actualmente se destina a botellero, pero que antiguamente albergaba las clásicas tinajas de la zona. El proyecto actual es heredero del giro que emprenden en 2004 los primos José y Dani Jiménez-Landi (Comando G, Dani Landi Viticultor) y que José ha continuado en solitario.
La garnacha es la variedad dominante, pero la syrah forma parte habitual del coupage de los vinos de entrada de gama. Las fermentaciones se realizan con levaduras naturales en depósitos de acero inoxidable y tinos abiertos de madera. El raspón no se utiliza o se hace de forma moderada en los vinos de entrada de gama, pero se incluye en su totalidad en los tintos de El Real de San Vicente. Para la crianza se emplea solo roble francés en recipientes de gran formato que van de los 500 a los 3.000 litros.
Con una producción media de 100.000 botellas anuales, la gama arranca con tres referencias de excelente relación calidad-precio que incluyen algo de syrah en el coupage y ofrecen una muy buena puerta de entrada a la variedad y la zona dentro del estilo de tintos fragantes y de extracciones moderadas. Bajondillo (45.000 botellas, 7,5 €) y El Corralón (30.000 botellas, por debajo de los 10 €) proceden del paraje La Dehesa cercano a la bodega. El primero se cría en hormigón y lleva un pequeño porcentaje de cabernet sauvignon y el segundo combina la crianza en foudres y barricas. Sotorrondero (15.000 botellas, 14,5 €) también procede de la parte baja de Méntrida y lleva entre un 30 y un 50% de raspón.
La gama alta se centra exclusivamente en El Real de San Vicente y sus garnachas viejas y en altitud. Arranca con el evocador vino de pueblo Piélago (7.500 botellas, 25 €) y se cierra con el tinto de parcela Ataulfos (2.500 botellas, 45 €).
La bodega propone a sus seguidores formar parte del grupo Amigos de Jiménez-Landi para visitar sus instalaciones, asistir a salones en los que participe la firma, comprar los vinos de forma preferente o tener su propia barrica.