Freixenet es uno de los mayores productores de espumosos del mundo y el número uno indiscutible del cava con más 114 millones de botellas de producción anual. El grupo mantuvo la esencia familiar basada en la filosofía de sus fundadores, Pere Ferrer y Dolors Sala (innovación en enología, comercio y comunicación, internacionalización, esfuerzo y ambición por ser los mejores) hasta la entrada del grupo alemán Henkell como accionista mayoritario en 2018.
El matrimonio Ferrer Sala lanzó su primera botella al mercado en 1914 bajo la marca Freixenet. En realidad el nombre era el diminutivo de la finca familiar de Freixeneda por el que se conocía también a Pere Ferrer. Con su genio comercial y la sensibilidad de su esposa, la marca se colocó en el segundo puesto del ranking del cava español en tan solo 22 años. También se construyó la bodega en el Barrio de la Estación de Sant Sadurní d’Anoia, que hoy sigue siendo la sede del grupo.
Tras el parón de la Guerra Civil, la empresa retoma el crecimiento con la incorporación al negocio del hijo menor, José Ferrer Sala, quien renueva instalaciones, red comercial y publicidad. En los años sesenta llega al equipo José Luis Bonet, actual presidente del grupo. Es entonces cuando se relanza el cava Carta Nevada, que contó con una potente distribución y una campaña publicitaria basada en la ‘Burbuja Freixenet’, que dio gran fama a la marca, sobre todo en España.
Gracias a su gran apuesta tecnológica, Freixenet fue el primer productor de espumosos en refrigerar el mosto para vinificarlo a temperatura controlada. Como resultado, nace en 1974 Cordón Negro, un cava de apariencia sofisticada y precio ajustado elaborado con tres tipos de dosage distintos: Brut, Seco y Semi Seco.
Además de los líderes en ventas -Carta Nevada (6,5 €) y Cordón Negro (elaborado con parellada; 7 €)- y del Brut Barroco (tres uvas clásicas, 24 meses de crianza y unos 9,5 €), la llamada colección de cuvées de prestige se ha ampliado notablemente en la última década. Las propuestas más originales son, probablemente, las que recuperan variedades autóctonas: el cava de postre Malvasía (elaborado con vino de malvasía envejecido 20 años como licor de expedición; 12 €), el Monastrell Xarel.lo vinificado en blanco (15.000 botellas; 109 €) y el blanc de noirs Trepat, elaborado con uvas procedentes de la Conca de Barberà (12 €).
La gama Elyssia da entrada a variedades foráneas, pinot noir en su rosado (10 €) y chardonnay y pinot noir junto a las locales en el Grand Cuvée (13 €). El elenco se cierra con el Cuvée DS, el gran reserva que rinde homenaje a la fundadora y se elabora con las tres uvas clásicas sólo en los mejores años (150.000 botellas, 15 €) y el top Reserva Real, con 30 meses de crianza y vinos de reserva en su coupage (26 €).
Las últimas novedades tienen tintes más festivos y comerciales como los nuevos Freixenet Ice pensado para consumir con hielo o espumosos sin alcohol.
La gran oferta enoturística de las cavas ubicadas en Sant Sadurní d’Anoia incluye un amplio programa de visitas. La tradicional; otra con niños (que pueden emular a los mayores catando mostos antes de que fermenten), la específica para escuelas o un recorrido a la carta para los que quieran profundizar más en el mundo del cava. Uno de los atractivos es el tren turístico que recorre la gran bodega.
La última novedad es la inauguración de Tannic by Freixenet en Barcelona, un espacio gastronómico que ofrece todos los vinos del grupo, tanto para su cata como para su compra. El objetivo es que el concepto se extienda a nivel mundial.
Otras bodegas del grupo Freixenet que continúan la tradición de las burbujas son Gloria Ferrer en California, Sala Vivé en México, y en España Segura Viudas y Castelblanc.