El sirimiri, esa lluvia fina y constante que ayuda a fijar el color verde en los paisajes del País Vasco, es una presencia habitual en Lezama, una localidad alavesa entre las estribaciones del Gorbea y la Sierra de la Demanda, que marca la frontera con Castilla y León.
A mitad de camino entre Bilbao y Vitoria, por estas tierras de bosques verdes y montañas continuas, han pasado a través de los siglos arrieros, viajeros y hasta soldados de las guerras carlistas, que acudían al caserío Bideko, construido en el siglo XVII y regentado desde 1870 por Ponciano Gotxikoa, a cobrar sus sueldos y llenar el estómago con los guisos caseros de su mujer Madalena.
Hoy en día, y siguiendo la tradición familiar de Ponciano y Madalena, los hermanos Javier y José Cruz Guinea, continúan dando de comer y beber a quienes se acercan hasta este precioso caserío, al que se añadió durante su restauración hace unos años una carpa exterior para celebrar bodas que está resultando muy útil en estos tiempos de pandemia, al igual que la terraza.
En los fogones, Javier cocina con maestría platos del recetario tradicional como la merluza en salsa verde con almejas y kokotxas o el rabo estofado además de especialidades de temporada como los perretxikos en primavera o los hongos de otoño. Postres caseros como la panchineta rellena de mandarina y el pastel de chocolate y avellana con helado artesano forman parte también de la carta, que se complementa con un variado, abundante y muy recomendable menú del día (18,15 €) y un menú de fin de semana (50 €).
En la sala está José Cruz, co-propietario de la bodega Bat Gara, integrada en la DO Arabako Txakolina, que disfruta abriendo botellas antiguas de su txakoli Uno a aficionados al vino interesados en apreciar las diferencias entre añadas de este vino con muy buen recorrido en botella. Además de los txakolis de Bat Gara, José Cruz cuenta con unas 200 referencias, principalmente de Rioja Alavesa, pero también de otras zonas españolas más un puñado de vinos extranjeros.
Para quien quiera aprovechar el día en plena naturaleza antes de venir a comer o cenar a Bideko, el Valle de Ayala y el cercano Valle de Arrastaria tiene lugares de gran belleza como el cañón de Delika, el Salto del Nervión (el más grande de España, con 222m de altura) y el embalse de Maroño. Y por supuesto, viñedos de txakoli.Y.O.A.