Es el segundo proyecto de la familia Moro en la Ribera del Duero, fundado en 2007 en Castrillo de Duero (Valladolid) y con el que pretendían ofrecer una imagen más moderna y sofisticada de la región. Desde un punto de vista vinícola se quería hacer un tipo de tintos de perfil algo más atrevido apoyándose en 50 hectáreas de viñedo propio del clon local de tempranillo (tinto fino) que la familia siempre defendió desde Bodegas Emilio Moro.
La mayor parte del viñedo propio se sitúa en torno a la bodega entre los 780 y 850 metros de altitud y suelos con proporciones variables de arcilla y limo. Las instalaciones, modernas y funcionales, incluyen una sala semisubterránea de crianza de 70 metros de largo y capacidad para 2.000 barricas.
La gama de vinos se inicia con la línea de relación calidad precio Hito que incluye un rosado de tinto fino como no podía ser de otra manera (10.000 botellas, unos 6 €) y un tinto de aire juvenil con un breve paso por barrica (300.000 botellas, 7,5 €). Cepa 21 (200.000 botellas, 17 €) es el tinto centra de la firma y el que refleja el estilo de la bodega. Se elabora a partir de viñedos seleccionados de Castrillo de Duero, Pesquera de Duero y Nava de Duero buscando suelos de alternancia calizo-arcillosa y con textura pedregosa. Si se compara con Emilio Moro, su equivalente en la bodega madre, el estilo en Cepa 21 es algo más maduro (más presencia de fruta negra) y torrefactado.
En los últimos tiempos se quiere marcar de forma más clara la diferenciación entre las dos bodegas y para ello Cepa 21 ha pasado a embotellar todos sus vinos en botella borgoña.
La gama se cierra con el top Malabrigo (5.000 botellas, 48 €) procedente de una parcela de orientación norte y fuerte exposición al viento pero cuyos suelos pedregosos ofrecen un interesante contrapunto de cara a su maduración.
Desde el punto de vista enoturístico, Cepa 21 cuenta con un espacio gastronómico en el que se puede elegir entre cocina tradicional o de vanguardia bajo la supervisión del chef Alberto Soto. Está abierta además a la celebración de grandes eventos y su oferta enoturística incluye la realización de distintos tipos de catas, algunas de ellas con referencias de Emilio Moro, visitas al cercano Museo del Vino y al castillo de Peñafiel, o talleres específicos durante la vendimia.