Fundada en 1998 por un grupo de empresarios riojanos, algunos involucrados en el sector del vino, Bodegas Altanza surge con la idea de especializarse en la elaboración de reservas y grandes reservas de calidad y perfil moderno con la variedad tempranillo.
Para ello, los socios construyeron desde cero una nueva bodega a las afueras de Fuenmayor. Funcional y amplia, está equipada con prensas verticales y grandes depósitos de fermentación de acero inoxidable para los reservas, pero gradualmente van introduciendo otros de tamaño más pequeño para elaboraciones seleccionadas. La gran nave de crianza cuenta con unas 7.000 barricas de roble francés además de tinos de madera para redondear algunos vinos.
Aproximadamente un 25% de la uva se compra a proveedores de Fuenmayor, Lapuebla de Labarca y la comarca del Najerilla pero Altanza cuenta con un puñado de viñas viejas en Fuenmayor así como con una gran viña propia de 300 hectáreas, dividida en diferentes parcelas, de la que se surte para la mayor parte de sus vinos. Ubicada en Murillo de río Leza, a 20 minutos de la bodega, la finca Valvarés está plantada principalmente con tempranillo, pero una parte está reservada para la sauvignon blanc. Fue un empeño de Carlos Ferreiro, el enólogo de la bodega, quien decidió apostar por esta variedad foránea ya en 2007. Hasta la añada 2017 el Altanza blanco joven (100.000 botellas, 7,90 €) se mezclaba con viura pero desde que el Consejo Regulador aprobó su uso como monovarietal ese año, este vino, muy popular en las barras riojanas, se elabora exclusivamente con sauvignon blanc.
En las instalaciones de Altanza, que se despojó de su antiguo nombre Lealtanza en 2018, se elaboran entre 1,3 y 1,4 millones de botellas. La casa exporta el 50% de su producción a 50 países, principalmente en Asia, donde la marca está muy bien posicionada, y centro América.
La gama de vinos de Altanza es amplia y se divide en tres líneas diferenciadas: vinos Jóvenes, vinos Esenciales y vinos Singulares. Además del blanco de sauvignon, los vinos jóvenes incluyen el semidulce La Niña de Mis Ojos (25.000 bot, 7,25 €) y dos rosados: el tradicional de sangrado Altanza Rosado (16.000 bot, 6,15 €) y Alma Bohemia de Altanza (16.000 botellas, 7,85 €). De color provenzal, este último pertenece a la gama Singulares y se hace prensando el tempranillo y la viura.
La gama Esenciales es la más importante en cuanto a producción y se reserva para las categorías clásicas de Rioja. Incluye Edulis Crianza (460.000 botellas, 7,90 €), Altanza Reserva (200.000 botellas, 14,25 €), el primer vino que hizó la bodega, y Altanza Gran Reserva ( 20.000 botellas, 18,50 €). Todos ellos son tempranillos y se crían en barricas francesas, excepto el Gran Reserva que permanece durante su envejecimiento en una combinación de madera francesa y americana.
Alta Expresión se elabora solo con viñas propias y engloba los vinos de corte moderno, con perfiles más maduros y sedosidad en boca. Fácilmente identificable con su botella con hombros, Valvarés de Altanza (55.000 botellas, 10,95 €) siempre estrena barrica francesa nueva y exhibe aromas de fruta roja y negra madura y notas de vainilla de la madera. Altanza Familia (35.000 botellas, 19,90 €) es un tempranillo de viñas de entre 40-45 años con tirilla de Reserva y notas compotadas de fruta negra, higo y cuero y volumen en boca. Altanza Club (50.000 botellas, 22,90 €) era una referencia exclusiva para los clientes socios de la bodega pero ahora el vino de sus 183 barricas, siempre nuevas, se vende en abierto. Es un tempranillo 100%, también etiquetado como Reserva, que mezcla uvas de viñas de 40 o más años en Fuenmayor y Lapuebla y se cría 18 meses en barricas guardadas en una bodega subterránea exclusiva para el Club y con maloláctica en tinos. Potente y carnoso, es un vino con estructura y dominio de notas tostadas y balsámicas.
Singulares es la gama que se reserva para los vinos de producción reducida y más exclusivos. La Colección de Artistas Españoles (14.000 botellas, 49 €) es una edición limitada que se elabora solo en añadas excelentes. Cada año se dedica a un artista clásico diferente -Miró, Sorolla o Velázquez son tres de las seis existentes hasta ahora- que se elige en función de la personalidad de la cosecha. Se vende solo en estuche de madera, sale a la venta a los 10 años y según David Sáez de Ojer, director de la bodega, es “el mejor de nuestros reservas”.
Uva por Uva (2.127 botellas, 68 €) y Altanza Battonage (2600 botellas, 15 €) son los otros dos vinos de edición limitada. El primero es un tempranillo de la parcela Tomillares en Valvarés que tiene una fermentación larga en barrica (unos 25 días) y se cría en barricas usadas. Sigue el estilo de fruta madura y taninos amables de la casa, pero despliega notas de fruta roja más vibrante y notas herbales que le aportan frescor. Battonage mezcla viura de viñas viejas con sauvignon blanc plantado a 600 metros. Etiquetado con la tirilla de crianza, el vino reposa 14 meses en barrica francesa de segundo año con trabajo de lías diario durante los dos primeros meses de crianza. Fresco y complejo, es un vino que crecerá y se engrandecerá tras un periodo de reposo en botella.
Junto a Roberto Amillo, coleccionista y gran entusiasta del vino de Jerez, Altanza cuenta con una pequeña bodega con 20 botas en el barrio de Santiago de la ciudad andaluza y ha lanzado una gama de de jereces de producción muy limitada que incluye un amontillado, dos palos cortados, un oloroso y un PX (todos de soleras viejas), además de dos vermuts y un brandy. Todos los vinos se venden en botellas de 50cl que recuerdan a las de perfume y sus precios oscilan entre los 50 € y los 150 €.
La bodega ha invertido en crear un completo programa de enoturismo, y ofrece diferentes visitas y catas así como la posibilidad de alquilar parte de sus instalaciones, incluido el agradable y tranquilo claustro, para reuniones de empresa y comidas.