Ubicada en la provincia de Lleida y con 3.000 hectáreas de viña, Raimat es una de las fincas vitícolas más grandes de Europa y conforma por sí misma una subzona dentro de la DO Costers del Segre cuya creación en 1986 impulsó de manera decisiva.
Raimat es la obra de un visionario. Manuel Raventós no solo propagó la cultura del cava heredada de su padre en Codorníu, sino que quiso tener un gran viñedo del que abastecerse y donde volcar sus ansias de experimentación. En 1914 compró una gigantesca y árida finca leridana en plena zona de influencia de los Monegros. Plantó árboles y cereal para preparar el suelo, construyó más de 100 kilómetros de acequias para llevar agua desde el Canal de Aragón, tuvo que hacer frente a varias plagas… También reconstruyó el viejo castillo en ruinas y creó una colonia de más de 100 casas para los trabajadores y sus familias, con su correspondiente iglesia y escuela.
La bodega originaria fue edificada en 1918 por Joan Rubió i Bellver, discípulo de Gaudí, conforme a la estética de las “catedrales del vino” tan características del periodo modernista en Cataluña, aunque introdujo una innovación importante: fue el primer edificio de España en el que se utilizó hormigón armado. Ochenta años más tarde, Domingo Triay firmó las actuales instalaciones escondidas en el talud de una colina y con una integración total en el paisaje.
En los primeros años la mayoría de las plantaciones estaban copadas por variedades tradicionales para la producción de espumosos (macabeo, xarel.lo y parellada). Pero en la década de 1970 entran las grandes uvas internacionales (cabernet sauvignon, chardonnay, merlot, pinot noir) y comienzan a aplicarse técnicas vitícolas californianas: plantaciones en espaldera, uso de cubiertas vegetales…
Desde entonces la lista de variedades se ha ampliado notablemente, incluyendo opciones tan exóticas como la albariño, variedades mediterráneas como la garnacha blanca y tinta, o la omnipresente tempranillo, aunque la cabernet en tintos y la chardonnay en blancos son, probablemente, las más destacadas. Esta última participa también en algunos cavas de la gama alta de Codorníu, incluidos los Ars Collecta entre los que destaca el Cava de Paraje Calificado La Pleta.
La sostenibilidad es una de las grandes piedras angulares de la propiedad. Todo el viñedo está certificado en ecológico, se trabaja activamente para la reducción de emisiones de CO2 y se priorizan las energías renovables. La propuesta enoturística se ha complementado recientemente con la creación de Raimat Natura, un espacio de más de 700 hectáreas con presencia de viña en el que conviven más de un centenar de especies de flora y fauna con presencia destacada de las aves. Se puede recorrer a pie, en bici eléctrica o sobrevolar en globo. El centro de interpretación cuenta con su propio restaurante donde se pueden probar con los vinos de la casa.
La gama actual, íntegramente ecológica, incluye más de 20 referencias entre cavas, blancos, rosados y tintos. Tras los entrada de gama agrupados bajo la marca Clamor, hoy se elaboran monovarietales de garnacha blanca, albariño y chardonnay en blancos, y cabernet (el Raimat al uso y El Silenci del Molí), garnacha y tempranillo en tintos. La marca Abadía, una de las de más solera de la casa, se destina a ensamblajes: de chardonnay y albariño en la versión blanca, y cabernet y tempranillo en la rosada y tinta. Vall d’Anima, con etiquetas inspiradas en los azulejos de las paredes del castillo, también apuesta por el coupage, pero en este caso de chardonnay y albariño en blanco, garnacha tinta y pinot noir en rosado, y garnacha tinta y cabernet en tinto. El top de gama es el blanco Raimat 100, un vino conmemorativo del centenario elaborado a partir de chardonnay y xarel.lo.
En cavas, la gama arranca con un brut nature que combina chardonnay y xarel.lo, y dos Reservas: el xarel.lo brut La Fred de Ponent, que se elabora con las viñas de zonas más frescas, y el brut nature El Cim del Turó, que combina chardonnay y pinot noir.
Los vinos pueden adquirirse en la tienda online del grupo.