Esta es una bodega atípica en la Ribera del Duero. Fundamentalmente porque sus propietarios la han concebido más como un capricho para hacer el tipo de vino que quieren que como un negocio sujeto a los beneficios de su cuenta de resultados. Lo más sorprendente es lo tarde que pueden salir los vinos al mercado debido a los largos envejecimientos en botella que practican.
Originaria de Francia, la familia Mirat lleva asentada en España desde hace varias generaciones. Desde principios del siglo XIX han desarrollado una intensa actividad industrial en el sector textil, el ganadero y sobre todo en el de los abonos y fertilizantes. La bodega se funda a finales de los noventa para lanzar su primera añada en la cosecha 2000. Se parte de un concepto bordelés de trabajar con un primero y un segundo vino a los que, en cosechas excepcionales, se añade un Gran Reserva.
La bodega está asentada en Langa de Duero, uno de los primeros pueblos de la Ribera soriana y cuenta con 20 hectáreas propias de tempranillo que se plantaron una parte entre 2004 y 2009 y las últimas 11 en 2011. Además, tiene acuerdos con viticultores del propio municipio y otros pueblos cercanos como Bocigas de Perales o Miño de San Esteban para hacerse con uvas de viñedos viejos de calidad que están en la base de sus tintos más importantes. Los suelos, en general, son franco-arenosos y de cascajo, junto con algunas parcelas de suelos calizos muy pobres. La mitad del viñedo propio se plantó con una selección masal realizada en 2006.
La bodega está dimensionada para producir unos 200.000 kg, pero la horquilla de uvas que procesan al año se sitúa entre los 120.000 y 150.000 kg. En las vinificaciones separan siempre la viña vieja de la propia. El primer vino fermenta en tinas de madera y el segundo en depósitos de hormigón. Realizan de forma habitual vinificaciones por separado de algunas parcelas y pagos para ver su evolución. La filosofía es realizar maceraciones de unos 30 días y crianza en madera de entre 16 y 18 meses. Se trabajan mucho las lías, ya sea en depósito o en barrica, porque consideran que es la mejor gestión para los taninos potentes de Ribera del Duero. La dirección técnica corre a cargo de Emmanuel Ivars, enólogo francés asentado en la Ribera, y además cuentan con el asesoramiento del flying winemaker también francés Georges Pauli.
La exigencia de calidad es muy alta y no dudan en dejar de elaborar en ciertas añadas. De hecho, Ivars define perfectamente la filosofía de la casa cuando dice que en Valdeviñas produce “el vino que no te permiten hacer en otras bodegas”.
El primer vino es Mirat, un reserva de viñas muy viejas con bastante presencia de suelos de arcilla del que se elaboran entre 10.000 y 20.000 botellas en función de la añada y que se vende en el entorno de los 45 €. Tinar de Mirat Selección (entre 20.000 y 40.000 botellas, 25 €), el segundo vino, puede llegar a tener hasta un 70% de uvas de sus viñedos. Existe un Gran Reserva que solo se elabora en añadas que consideran excepcionales y que suele ser habitualmente una selección de parcelas y barricas. Con las viñas que no alcanzan el nivel de los vinos top se elabora una gama inferior bajo la marca Torrelanga que incluye un blanco de albillo, un rosado y un tinto crianza.