Propiedad desde el año 1999 del grupo empresarial Bergé, Castillo de Cuzcurrita es una de las bodegas más desconocidas, pero también con mayor encanto de Rioja. Pocos productores pueden presumir de contar con su propio castillo, aunque en este caso no se trata de una adaptación del concepto francés del château vinícola, sino una fortaleza con su propia Torre del Homenaje construida entre los siglos XIV y XV y que fue restaurada y acondicionada como residencia a mediados del siglo XX. Más encanto aún desde el punto de vista vitícola tiene el viñedo plantado en 1982 dentro del murete del recinto al más puro estilo de los clos borgoñones. Son siete hectáreas cultivadas en ecológico desde 2016.
El municipio de Cuzcurrita está en el extremo occidental de Rioja, una zona fría y extrema en la que se consiguen vinos de corte fino y buena acidez aunque puede costar alcanzar la maduración y hay años que se acaba de vendimiar a principios de noviembre. La calidad de las cosechas no siempre está en línea con las del resto de la denominación. La enóloga Ana Martín Onzaín, quien asesora enológicamente desde la primera añada 2000 considera, por ejemplo, que 2013 fue una de sus mejores cosechas.
En total, se trabaja con 16 hectáreas propias y otras 10 arrendadas con las que se elaboran unas 190.000 botellas al año. El resto de los viñedos se encuentran en el mismo municipio, algunos de ellos en las laderas cercanas como el llamado El Monte, una parcela centenaria donde las vides se abren camino entre las rocas y de la que procede el nuevo top de la bodega Tilo (90 €) que se ha elaborado por primera vez en la cosecha 2013.
Desde 2005 se trabaja en la nueva bodega edificada junto al castillo, muy espaciosa y manejable, con depósitos troncocónicos pequeños para vinificar por parcelas, depósitos de hormigón para homogeneizar vinos y barricas a una sola altura.
Se apuesta por etiquetas genéricas y solo se trabaja la tempranillo, que es la variedad tinta que mejor madura en la zona. El tinto por excelencia es Señorío de Cuzcurrita (180.000 botellas, 18 €), mientras que Cerrado del Castillo (unas 6.000 botellas, 35 €) se elabora con una parcela del viñedo que rodea el castillo y solo sale al mercado en las mejores cosechas. El 40% del vino se destina a exportación. Se realizan visitas guiadas de lunes a sábado en castellano, inglés y francés. Los amantes del arte podrán disfrutar también de la colección de arte contemporáneo expuesta en sus instalaciones.