Fundada en 1969 por viticultores de Elciego (Rioja Alavesa), la bodega nació con el nombre Cepas de Elciego para convertirse posteriormente en Larrea Rabanera y Cía, y, en 1978, con la entrada de nuevos inversores, cambiar su titularidad a Viña Salceda. La familia navarra Chivite se hizo con la propiedad en 1998. En 2017, la bodega pasó a manos de Perelada, junto con el resto de activos del grupo navarro.
La bodega se orientó, como la mayoría de firmas riojanas que se desarrollaron en los años setenta, hacia los indicativos tradicionales de envejecimiento: crianza, reserva y gran reserva, a los que se añadió el reserva de gama alta Conde de la Salceda, título de la familia Rivas, originaria de Rioja Alavesa, que estuvo implicada en el proyecto.
Con la llegada en 2023 de David González, enólogo con larga experiencia en Rioja tras su paso por Gómez Cruzado, se reestructura la gama introduciendo un blanco de crianza sobre lías.
Vinos de paraje
Sin embargo, la gran aportación de González es el desarrollo de una gama de vinos de paraje centrada en mostrar terruños específicos de Rioja y de la que, hasta la fecha, se han presentado tres tintos. La Rellanilla (15 €) es un vino de pueblo que se comercializa con el indicativo de “viñedo en Laguardia” y que conecta con la tradición frutal de los vinos de cosechero de Rioja Alavesa; un tempranillo con solo seis meses de crianza, envejecido en su mayoría en hormigón y con apenas un 30% en fudre.
El valle del Alto Najerilla, zona de suelos rojos y arcillo-ferrosos en la margen derecha del Ebro, está representada por Cabezaparda 2023 (38 €). Se trata de una garnacha del triángulo formado por los municipios de Badarán, Cordovín y Cárdenas, con una pequeña aportación de raspón y un perfil fragante y jugoso, pero también firme. La opción de tinto serio con potencial de guarda procede de la Sonsierra, donde dominan los suelos arcillo-calcáreos.
Pico Palomares (45 €) es un ensamblaje de tempranillo y graciano elaborado a partir de una selección de uvas de municipios situados a los pies de la sierra, en la margen izquierda del río: Labastida, San Vicente, Ábalos, Baños de Ebro, Laguardia o Elvillar. La base son 15 viñedos cultivados en suelos muy blancos de los que suelen escoger los más destacados en cada nueva añada. Es un vino profundo y elegante, con un importante aporte de frescura de la graciano.
Estos dos últimos vinos llevan los nombres de picos importantes de la región; el primero en la Sierra de la Demanda, que delimita la DOCa por el sur; y el segundo, en la de Cantabria, que hace lo propio en su vertiente septentrional. Hay un blanco en preparación que completará la gama de parajes.
Viña Salceda se abastece de unas 150 hectáreas entre viñedo propio, arrendado y de compra a proveedores. El viñedo propio incluye las 25 hectáreas que rodean la bodega, así como una finca de 6,5 hectáreas en Laguardia de la que sale La Rellanilla. La producción anual es de unas 700.000 botellas.
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