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L’Enclòs de Peralba

Camino de Can Mota, s/n. 08770 Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona)

L’Enclòs de Peralba

Leonard (Leo) y Roc Gramona, hijos de Xavier y Jaume Gramona respectivamente, son primos y encarnan la sexta generación de productores de vinos tranquilos y espumosos de esta familia en el Penedés.

Mientras que Leo se formó como ingeniero y trabajó en el mundo de la consultoría corporativa, Roc ha seguido los pasos de su padre haciendo vendimias en distintas regiones vinícolas del mundo (Sudáfrica, Australia, California, Montilla…) e incluso como especialista en técnicas de poda de respeto (ha sido director de la Escuela Catalana de Poda). Cuando sus padres sugirieron que se incorporaran al negocio familiar antes de cumplir los 30 años, los jóvenes pusieron una condición: querían hacer sus propios vinos. La respuesta de los mayores fue: sí, pero no dentro de Gramona.

Así nace L’Enclòs de Peralba, el proyecto de Roc y Leo que apuesta por variedades locales, por la recuperación de la viticultura menos productivista anterior al boom de los espumosos y que quiere reflejar la diversidad de suelos y paisajes de una comarca que se extiende desde la montaña de Montserrat hasta el Mediterráneo. Los viñedos,  tanto propios como ajenos, se cultivan de manera orgánica o biodinámica

El nombre es una declaración de intenciones en sí mismo. “Enclos” es el equivalente catalán del francés “clos” y “peralba” hace alusión a la piedra blanca de alto componente calcáreo que se encuentra en la parte alta de Sant Sadurní d’Anoia y con cuyas viñas arrancó el proyecto. 

Los primos apuestan por fermentaciones espontáneas sirviéndose de pies de cuba en blancos y elaboraciones en barrica abierta para los tintos, en los que buscan un perfil fresco y trabajar con aportaciones variables de raspón. Vinifican cada parcela por separado y envejecen en toneles, fudres y hormigón. En los viñedos de terceros incluyen el nombre del viticultor en la etiqueta. No quieren producir más de 50.000 botellas anuales.

Los vinos

La colección arranca con un fresquísimo e impecable ancestral de malvasía de Sitges (menos de 5.000 botellas, 18 €) y dos vinos de entrada de gama, los Vi Fi de Masia, que mezclan distintas variedades y zonas del Penedès: xarel.lo. garnacha blanca y malvasía en el blanco (unas 9.000 botellas); y cariñena, garnacha y sumoll en el tinto (unas 6.000 botellas). Ambos se venden en el entorno de los 16-18 € en España.

El resto son expresiones parcelarias de distintas zonas del Penedès procedentes de viñedos propios o de terceros. La gama de blancos incluye Tres Feixes (3.700 botellas, 22 €), una garnacha blanca de una de las zonas más altas de la DO, el Pla de Manlleu, dentro de la provincia de Tarragona. La viña, a 550 metros de altitud, fue plantada en 1939 por la familia Molist en suelos arcillo-calcáreos. Es un blanco equilibrado, con carácter de fruta blanca y hierbas mediterráneas que envejece en barrica de 500 litros y una parte en hormigón. Otro vino de viticultor es Els Presseguers (los melocotoneros, unas 4.000 botellas, 22 €). Es un xarel.lo del Ordal, de una viña cultivada a 450 metros con vistas a Montserrat en un paraje empinado; un blanco muy fresco, serio, aromático y de gran potencial que envejece nueve meses en fudre de 34 hl y barricas de diversos usos de 500 litros.

De viñedos propios están El Tòfol (3.800 botellas, 29 €) y Betzinera (2.300 botellas, 29 €). El primero procede de una viña vieja de macabeo de la familia plantada en 1969 en el paraje de Font de Juí sobre suelo arcilloso-limoso-calcáreo y con orientación norte. Betzinera destaca por su acidez y notas especiadas. Es también un viñedo de Font de Juí, pero de xarel.lo, situado junto a la fuente que da el nombre al paraje. Su antiguo propietario también tenía la gasolinera del pueblo; de ahí el nombre del vino (betzinera es gasolinera en catalán). Estos dos viñedos solían destinarse al espumoso III Lustros pero han pasado a ser propiedad de L’Enclòs de Peralba. El de xarel.lo, de hecho, se había descartado ya para espumoso porque tendía a concentrarse en exceso.

En tintos, la gama incluye Soldons (menos de 1.000 botellas, 27 €), una cariñena de la parte central del Penedès, plantada en 1972 y cultivada por Josep Mitjans en el paraje El Curtei; y la garnacha tinta de viña propia Els Escorpins (unas 1.300 botellas, 38 €), procedente del paraje de Mas Escorpí en Sant Sadurní d’Anoia. Este último vino envejece 12 meses en barricas usadas de 500 litros. Los primos consiguieron reclamar la parcela antes de que la familia la reinjertara con otras variedades. Hoy es un perfecto ejemplo de una garnacha mediterránea, expresiva y evocadora. 

La bodega también elabora un Nat Cool en línea con la iniciativa de Dirk Niepoort de potenciar un estilo de vino refrescante y muy fácil de beber. En la característica botella de litro que distingue a estas elaboraciones, la propuesta de L’Enclòs de Peralba es un brisado de xarel.lo vermell y malvasía, fresco y energético, que se comercializa bajo la marca Pistoles (algo menos de 2.000 botellas, 18 €). El nombre alude a un sistema de poda utilizado en el Penedés en el que la forma de los brazos de la vid recuerda a una pistola.

La última novedad es La Peça Coll de Guix (unos pocos cientos de botellas, 35 €), fruto de una colaboración con Pardas para mostrar dos interpretaciones de la variedad tinta sumoll a partir del mismo viñedo. Así, Roc y Leo se alían a la bodega de referencia en el trabajo con esta cepa en el Penedès reforzando su apuesta por unas variedades locales que, en los últimos años, llevan la voz cantante en los vinos de calidad de la región.

Todas estas etiquetas se comercializan como vino de mesa. La única excepción es La Xocolata del Lloro (23 €), un brisado de malvasía que se elabora en colaboración con Martí Albet, de Albet i Noya y sale como DO Penedès. Bajo este mismo sello aparecerá próximamente un vino del Garraf.