SWL.

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Barrialto

Palomar, 12, 11540, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, España

Barrialto

Más conocido por ser el creador de dos de los vinos del colectivo Mayetería Sanluqueña, Rafael Rodríguez, tercera generación de viticultores, combina su profesión como aparejador con su pasión, que es el cultivo del viñedo y con la elaboración de vinos blancos artesanos y sin encabezar bajo la marca Barrialto.

Mientras estudia un master en enología a distancia, va poco a poco construyendo su sueño y en 2019 se instaló en una antigua tasca en el Barrio Alto de Sanlúcar —de ahí el nombre— que él ha ido transformando en bodega en sus ratos libres. “Es un proyecto de horno, más que de microondas: todo va lento y hay que estar encima,” matiza.

En su pequeño espacio tiene viejas botas que guardan nuevos vinos blancos como su Barrialto Aranzá (1.750 botellas, 10 €), nombrado por el lugar donde se cría el vino (en Sanlúcar, mucha gente pronuncia las dos palabras como una) y por la medida agraria tradicional de la zona.

Su primera añada en el mercado es 2018. Es un palomino de más de 60 años que se cultiva en tres hectáreas de la finca La Palma, en el pago Balbaína, y que pertenece a un amigo viticultor de su familia. Los suelos de esta parte de la viña son albariza de tosca cerrada, más dura que la de barajuelas y con menos diatomeas, y suele dar vinos con volumen. Para su elaboración, Rafa fermenta la uva de forma espontánea en antiguas botas de manzanilla donde permanece seis meses hasta su embotellado. Con agradables notas de manzanas, cítricos y cierta salinidad, es un vino placentero y fácil de beber.

Dentro de su gama “tradicional”, además de Barrialto Aranzá, Rafa elabora Lambuzo, un palomino con velo de la añada 2018 que saldrá al mercado “pronto, pero sin prisas”. El nombre es una palabra gaditana que hace referencia, según Rafa, a la gente que le gusta comer entre horas. Procede de una finca junto a Casabón, de dónde sale uno de sus vinos para Mayetería Sanluqueña, y tiene un punto extra de sapidez y estructura sobre su vino de entrada de gama.

La gama “rebelde” incluye otros tres vinos, todos ellos de muy pequeñas producciones, apenas 600 botellas cada uno, que están todavía reposando en bodega. Rafa los distingue por su método de elaboración. Barrialto Sobre Lías es una sola bota que mezcla uvas de Balbaína, con suelos de tosca cerrada, y de Maína, con albariza de barajuelas y que reposan con sus lías tres meses. Embotellado en julio, es un vino blanco con menos de 12% vol que combina intensidad y sapidez. Barrialto Sobremaduro es una bota que procede de uvas vendimiadas a finales de septiembre en una microparcela en Hornillos. Barrialto Orange (2019 será su primera añada) pasó cuatro meses con pieles antes de prensarlo. De momento lo mantiene en la bota a 14% y no ha criado velo de flor. Su idea es aguantarlo 24 meses antes de lanzarlo al mercado.

Barrialto no admite visitas como tal, pero seguro que si algún aficionado se pone en contacto con Rafa, le enseñará su pequeña bodega sanluqueña que ha arreglado con tanto mimo.