Dicen que es el mejor tablao flamenco del mundo y que el magnetismo de su escenario ayudó a lanzar las carreras artísticas de figuras como Antonio Gades, Diego El Cigala o José Mercé, pero para los aficionados al vino, El Corral de La Morería es el lugar que mantiene viva la historia y el legado de los vinos de Andalucía con una impresionante y bien cuidada colección de vinos viejos.
Lo mejor de todo es que El Corral de la Morería no los custodia como un museo sino que cualquier mortal aficionado, como usted o como yo, puede disfrutar de estas joyas de arqueología vínica en el local que ocupan desde hace unos 60 años en el barrio de Las Vistillas en Madrid. Como dice Luis Vida, periodista, miembro de Los Generosos y gran conocedor de estos vinos, “esto es la fiesta del fin del mundo porque nos estamos bebiendo lo que ya no existe”.
En este negocio familiar, Juan Manuel Del Rey, premio nacional de gastronomía 2017 a la mejor dirección de sala, es quien gestiona el día a día, acompañado por el chef David García en la cocina y el cordobés Santi Carrillo como sumiller. Su madre, la bailaora y coreógrafa Blanca Del Rey, se encarga de la dirección artística y su hermano Armando controla el tablao. “Nuestra función es hacer feliz a la gente y en el Corral de la Morería combinamos tres elementos [gastronomía, vino y espectáculo] que nos hacen únicos”, explicaba Del Rey a Amaya Cervera en este artículo que publicamos sobre jereces viejos.
Hay dos espacios diferenciados para disfrutar del Corral de la Morería: la cocina de temporada en el Tablao que se puede combinar con el espectáculo de flamenco, y dos menús —Temporada y Evolución (65 €) y Raíces (49 €)— en el restaurante gastronómico Corral de la Morería, con capacidad únicamente para ocho comensales. La calidad de la propuesta gastronómica supera con creces el precio (el restaurante tiene una estrella Michelin) y el talento del cocinero vasco, formado con Martín Berasategui, destaca en platos como la ostra amontillada en salsa verde, los tallarines de calamar con un toque picante y caldo de chipirón, el pichón asado o la deliciosa y original versión de la intxaursalsa, una crema con nueces que García transforma en esponjoso postre.
Tanto en el tablao como en el espacio más exclusivo, los comensales tienen a su disposición más de 400 referencias de generosos y 300 de otro tipo de vinos. También hay tres tipos de maridaje: Armonía 9 vinos (35 €), Armonía Premium 9 vinos (65 €) y Armonía Súper Premium 9 vinos (110 €). La selección en este último es apabullante y realmente única: en nuestra visita, que coincidió con la Sherry Week, probamos entre otros una manzanilla La Gitana embotellada en 1965, un Oloroso Pedro Domecq La Raza embotellado en 1970 y dos vinos de La Inglesa, una finca en la Sierra de Montilla que cuenta con botas y soleras creadas en el siglo XIX como las que contienen el Fino Pasado o el extremo y rotundo Amontillado La Inglesa Sacristía Bota 0, una saca especial para El Corral de la Morería con una preciosa historia detrás que Santi Carrillo, un gran apasionado y buen conocedor de los vinos generosos, cuenta con verdadero cariño.
Del Rey y Carrillo ponen mucho énfasis en la conservación y servicio de los vinos, que catan antes de llevarlos a las mesas de los comensales. Algunos se sirven por copas con un Coravin, pero los embotellados antiguos se rellenan con gas argón y se reencorchan para que la aguja del Coravin trabaje sobre un corcho en perfecto estado. Todo el cuidado del mundo para engrandecer el vino en una casa donde conviven el embrujo del flamenco y la alta gastronomía. Y.O.A.