Barcelonés afincado en Londres desde 2006, Álvaro Ribalta acaba de sumarse al reducido grupo de Masters of Wine españoles tras aprobar la última prueba de este duro periplo: un trabajo de investigación (research paper) que, en su caso, ha versado sobre un tema de tanta actualidad como son los espumosos elaborados por el método tradicional en la región catalana del Penedès.
Tras estudiar ingeniería mecánica en Barcelona, Ribalta se trasladó a Londres para aprender el idioma y vivir nuevas experiencias. Gracias a su trabajo de camarero entró en contacto con el vino y comenzó a formarse en los cursos del WSET.
Durante un tiempo compatibilizó el trabajo en St. John, restaurante con una estrella Michelin, con la realización de un máster de ingeniería. “Ahí fue cuando me di cuenta de que lo que me gustaba de verdad era el vino”, recuerda. De hecho, llevó el trabajo de fin de máster a su terreno al centrarse en una planta embotelladora de vino en Italia.
Con su camino ya enfilado, fue enlazando distintos trabajos en empresas del sector hasta que en 2014 se incorporó a Indigo Wines, importadora especializada en pequeños productores y con una cuidada selección de vinos españoles, donde desde 2018 ejerce como director de desarrollo de negocio.
Estudiar el Master of Wine surgió de forma natural, ya que sus excelentes calificaciones en el Diploma WSET le valieron una beca para cursar de forma gratuita el primer año del programa.
A diferencia de otros candidatos españoles, el idioma no fue nunca un obstáculo para él. “Lo más complicado fue aprender a levantarme y encontrar la motivación para seguir adelante. Es muy difícil pasar todos los exámenes a la primera, especialmente las pruebas de cata donde solo hay un 10% de aprobados”, explica. Cree que lo mejor de este duro proceso ha sido poder conocer a tanta gente diferente. “Mis compañeros de estudio se han acabado convirtiendo en amigos. Yo he sido el séptimo MW del grupo de trabajo y tres aprobaron a la primera. Además, entras en contacto con personas de todo el mundo, lo que te permite tener contactos a nivel global”. También ha aprendido (“aunque para eso no hace falta ser MW”, puntualiza) que siempre hay alguien que sabe más. “Hay que tener humildad; el mundo del vino es muy amplio y hay muchos expertos en campos diferentes. Pero si tienes la intención, puedes aprender cada día”.
El nombramiento de Álvaro como MW contribuye a dar más presencia a España dentro del prestigioso Institute of Masters of Wine. Se suma a una lista integrada por Pedro Ballesteros MW, Fernando Mora MW, Andreas Kubach MW y Almudena Alberca MW, y a los MW residentes en España Norrel Robertson, Jonas Tofterup MW y David Forer MW.
Lo primero que le hemos preguntado a Ribalta tras conseguir el título ha sido qué le falta al vino español para mejorar su imagen en los mercados internacionales. Y esto es lo que nos ha dicho: “El producto, la variedad y la calidad los tenemos. Cuesta que nos tomen más en serio; aunque si la solución fuera más fácil, ya la habríamos implementado hace tiempo. Países más pequeños y con menos variedad ocupan más espacio que nosotros en las cartas de vino. ¿Por qué España no puede ir justo detrás de Francia? En Reino Unido, España está al mismo nivel que Austria. No tienen tanta variedad de climas y terruños, pero lo han hecho muy bien desde el escándalo que tuvieron en los ochenta gracias a un trabajo de marketing excepcional que ha ayudado a potenciar la presencia de vinos centroeuropeos. España está también a la par que Alemania o Grecia, donde se produce mucho menos vino. España sigue siendo el good-value for money”.
Desde abril, además, tendremos a Álvaro Ribalta MW en España, ya que espera instalarse definitivamente en Cataluña. ¡Enhorabuena y feliz regreso!