Estamos en Septiembre. Probablemente el mes favorito de los santanderinos: el veranillo de San Martín que trae los últimos días de playa, los turistas nos han dejado y se pueden encontrar paraísos escondidos, se puede aparcar en el Sardinero y… las mareas se despendolan, llenando el mar de surferos en busca de la ola perfecta.
Los que tienen la suerte de seguir allí, pueden disfrutar de todo esto y de los restaurantes y bares santanderinos, en los que ya prácticamente no es necesario reservar ni pelearse a codazos por un hueco en la barra. Los cántabros exiliados disfrutamos de ello cuando volvemos a casa: los paseos por la playa, las vistas desde el Faro de Cabo Mayor, unas rabas al mediodía, las compras en el centro, el mercado de la Esperanza, donde las pescaderas aún te hablan a voz en grito…
Y… ¿dónde vamos los wine lovers para disfrutar del vino en Santander? A continuación, la lista de imprescindibles:
Santander se nos quemó en 1941, 48 años después de otro gran desastre, la explosión del vapor Cabo Machichaco. Además de la tragedia en sí, el resultado más visible hoy en día es que sólo nos queda una pequeña parte del Santander antiguo, alrededor de las calles Del Medio y Arrabal y la Plaza del Este. Pocas calles, pero llenas de sabor y encanto. Y ahí precisamente podemos encontrar la tienda de vinos por excelencia.
Un lugar coqueto, con historia y sabor, fundada por Philippe Cesco y capitaneada hoy por Jean Marcos, propietario junto a su hermano Juanjo. Él es un entusiasta incondicional del vino español. En el altillo de “La Ruta” reúne a amigos y clientes para descubrirles vinos de ayer y de hoy, de aquí y de mucho más allá, explicados desde la sencillez y el tono tranquilo de Jean y de algún otro invitado ilustre.
La fama de La Ruta del Vino traspasa las fronteras de Cantabria, seguramente por la selección de sus vinos procedentes de todo el mundo, incluyendo las zonas más recónditas de España y, por supuesto, los vinos de Cantabria. Da igual que busquemos un vino para un regalo, un descubrimiento o nuestro vino de siempre. Estará en La Ruta del Vino. Lo mejor: dejarse aconsejar por Jean y disfrutar de la sorpresa.
C/ Arrabal 18. 39003 Santander
Tel.:+34 942 216 503
La Cigaleña arrancó como bodega tradicional, de la mano de un abuelo; avanzó de la mano de un padre, que la afianzó entre la parroquia santanderina y se estableció como lugar de peregrinación en manos de Andrés Conde, el nieto. Andrés es un hombre discreto del que todos dicen que es tan amante del vino como generoso a la hora de compartir consejo y enseñanzas.
Su bodega tiene poca competencia en España y hoy día su cocina vira hacia estilos actualizados que dan pie a Andrés para sacar a escena los vinos que más le conmueven: la Francia más natural y apegada a la tierra, los pequeños viticultores internacionales, el Jerez, los españoles de ayer, hoy y mañana… Una joya poco habitual en una ciudad tan pequeña como Santander.
Calle Daoiz y Velarde, 19. 39003 Santander
Tel.: +34 942 21 30 62
Creo en el vino por copas más que en ninguna otra estrategia de venta y creo que cuando hay un establecimiento que se lo pone fácil a la gente y además tiene una barra llena de cosas riquísimas, el vino brilla y nos hace especialmente felices a los wine lovers.
Imaginad un solomillo a la plancha tocadito por un trocito de foie, sobre un pan crujiente y con un toquecito de cebolla caramelizada… O una tortilla de patatas poco cuajada, que casi nos hace llorar de alegría, o un queso riquísimo, o un pincho de bonito increíble… Pues ahora imaginad para acompañar todo eso una pizarra de vino por copas donde elegir lo que os apetezca: riesling alemán, malbec argentino, algo de Burdeos… Y Bierzo, Priorat, Rioja, Ribera, Valdeorras, Madrid… ¡Lo que queráis! ¡Cuántas noches santanderinas nuestra cena transcurre en la barra del Catavinos seguida por un helado de Capri!
Calle de Marcelino Sanz de Sautuola, 4. 39003 Santander
Tel.: +34 601 35 07 72
El viento Sur es el viento cálido que trae de cabeza a los santanderinos y los días de Sur son especiales: hace viento, calor y sol y la bahía tiene otro color. Y ese paisaje es el protagonista de Días de Sur, un local que nos gusta por muchos motivos: comida aparentemente sencilla pero sorprendente, vinos bien elegidos, por botellas y por copas, un servicio encantador y… un menú y carta de vinos que cuenta historias de cada vino e ingrediente.
Para mí, siempre es un ejemplo en mis cursos para restauradores, tanto por su carta como por cómo mueve los vinos en la sala.
Calle Hernán Cortés, 47. 39003 Santander
Tel.: +34 942 36 20 70
Todo comenzó en una bodega familiar, en la que reposaban incunables españoles de añadas ya centenarias. Desde allí, Rodrigo Prieto arrancó una aventura increíble en sus ratos libres: dar a conocer estos vinos y ponerlos en valor. Desde su bodega puede hace llegar a todos los rincones del mundo auténticos tesoros de la historia del vino español, imposibles de encontrar en los circuitos tradicionales.
Rodrigo habla con auténtico cariño de estos vinos e insiste en que en España contamos con vinos clásicos que se codean con los dioses franceses e italianos como Barolo, Borgoña o Burdeos, por citar sólo algunos.
Podría escribir un libro con los viajes de sus vinos desde el Valle de Pas hasta Hong Kong, Londres o Brasil: particulares en busca del vino de su año de nacimiento, casas de subastas, restaurantes o grupos de cata. La diferencia, según él mismo cuenta, reside en la garantía absoluta que él ofrece sobre los vinos, la confianza y cercanía con la que trata a sus clientes y un factor esencial: las condiciones únicas de almacenamiento de vinos que se dan en el norte de España.
Está claro que Cantabria no entra en los circuitos habituales del enoturismo (todavía…). Sin embargo, nuestra tierra cuenta con dos Indicaciones Geográficas Protegidas en dos auténticos paraísos: Vino de la Tierra de Liébana y Vino de la Tierra Costa de Cantabria. La primera está ubicada en el Valle de Liébana y la segunda comprende los viñedos situados entre el mar y la cota de los 600 metros de altitud, exceptuando los municipios del VdT de Liébana.
En Castillo Pedroso, a las puertas de los valles pasiegos, se nos instaló hace ya ocho vendimias una pareja vasca entrañable, que arrancó una bodega que da gusto visitar. Asier y Miriam elaboran vinos blancos de los que el Nuevo Mundo denomina de clima fresco, con albariño, godello y riesling en un paraje del que uno no se quiere marchar nunca.
Si a unos vinos de grado moderado, nariz divina, frescor y suavidad en boca, les unimos la conversación de los anfitriones que no se cansan de hablar de su aventura cántabra, unas tablas de pizarra con anchoas y quesos de los de verdad y un paisaje de colinas cubiertas de altas viñas, uno nunca quisiera marcharse de Bodegas Sel d’Aiz.
Bº Cotorral s/n, 39699 Castillo Pedroso
Tel.: +34 629 473 755
