Como gran centro económico y político de Noruega, en Oslo confluyen el mundo de los negocios, la banca, la industria y el tráfico marítimo. La población está aumentando a un ritmo récord y ahora mismo puede considerarse la capital europea con un crecimiento más rápido. Sus habitantes tienen fama de reservados y precavidos, pero sólo hay que salir de copas con un par de noruegos para cambiar radicalmente esta imagen.
Debido al alto precio del alcohol en los restaurantes –y al tiempo inclemente que aguarda en el camino, los noruegos suelen tomar habitualmente una bebida en casa antes de salir. El arte del vorspiel, una especie de pre-fiesta, se ha ido sofisticando desde los días de la prohibición allá por los años veinte. Los lobbies anti-alcohol han presionado al Gobierno para que la compra de bebidas alcohólicas sea lo más cara y complicada posible, lo que ha obligado a los consumidores a hacerse con vinos baratos importados de países vecinos.
2015 es un año interesante para los aficionados noruegos, ya que el gobierno de centro-derecha, elegido en 2013, ha expresado su intención de modificar algunas de las restricciones vigentes sobre bebidas alcohólicas como por ejemplo permitir que las micro-destilerías vendan directamente sus productos o que los establecimientos del monopolio noruego, el Vinmonopolet, amplíen sus días de apertura.
Para el restaurador Henrik Dahl Jahnsen, que compitió en el campeonato nórdico de sumilleres el año pasado, estas nuevas medidas unidas al boom de restaurantes y bares de vino en Oslo están permitiendo un giro hacia una cultura del vino más liberal y ecléctica.
Locales como Taco Republica (Torggata 30 Tel: +47 400 57 665), especializado en nada menos que ¡vinos naturales y tacos!, están empezando a proliferar como champiñones. Lo mejor es que no hace falta gastar una fortuna para salir, que es la imagen equivocada que todo el mundo tiene de Oslo, explica Dahl Jahnsen.
En la cocina noruega abundan los pescados y mariscos frescos procedentes de las limpias y frías aguas del Océano Atlántico. A medida que la cultura del vino avanza en el país, cada vez más consumidores prefieren combinar estos platos con vinos españoles de influencia atlántica como es el caso del albariño, cuenta Jahnsen. Hasta hace tres años habría sido mucho más habitual acompañarlos de un espumoso o incluso de un tinto riojano tradicional.
Si vives en Oslo y te interesan los vinos españoles o si vas a visitar la capital noruega, estos son los cinco lugares que cuentan con la mejor selección de vinos españoles en la ciudad:
Antes de sumergirse en la vida nocturna de Oslo se impone un pequeño vorspiel. El Vinmonopolet de Vika (accesible en tranvía) es casi un lugar de culto entre los amantes del vino escandinavos. Su selección de etiquetas curiosas en todos los rangos de precios no tiene parangón y es incluso mucho más amplia en su apartado de envío a domicilio. Entre las 747 referencias de vinos tintos y 214 de blancos españoles se encuentran botellas tan interesantes como Finca Montepedroso 2014 (134 coronas, 15 €, 75 cl.), la nueva bodega en la DO Rueda del grupo riojano Familia Martínez-Bujanda que produce un blanco con cierto recorrido en botella con la variedad autóctona Verdejo. Quienes prefieran explorar territorios más desconocidos deberían probar el Terra de Cuques 2012 de Terroir al Limit (309 coronas, 34 €, 75 cl.), un blanco del Priorat con pedro ximénez que sabe más a piedra y notas minerales que a fruta.
Bryggegata 9
+47 045 60
Un lugar para disfrutar de la cocina mediterránea en una atmósfera rústica y sin pretensiones. Los habituales piden jamón serrano, que viene directamente de un productor artesano del suroeste de España y que se sirve en air baguette, una especie de masa etérea claramente inspirada en el Tickets Bar de Barcelona. La carta de vinos, muy pensada para acompañar cada plato específico, cambia a diario. Ahora mismo se puede probar un Ossian 2013 (520 coronas, 57 €, 75 cl.), un blanco denso de Verdejo que procede de viñas viejas en vaso cultivadas en la provincia de Segovia, en el área más oriental de la DO Rueda, pero que se comercializa como VT Castilla y León.
Fredensborgveien
+47 467 77 212
Un bistró muy popular y de andar por casa con un toque rústico. En verano es el lugar ideal para deleitarse con platos de ingredientes ecológicos, todos ellos de procedencia local. No hay que perderse las excelentes salchichas al chipotle que se sirven con chucrut y puré de verduras de raíz. A este plato picante le va muy bien un tinto ligero y fácil de beber como el Tragolargo 2013 (420 coronas, 46 €, 75 cl.) que elabora el gran Rafa Bernabé en Alicante.
Dronningsgate 27
+47 223 33 430
La Champagneria es precisamente lo que sugiere su nombre: un bar de fusión franco-española centrado en tapas y vinos espumosos. Con vistas a la muy comercial calle de Frognerveien, los clientes pueden consultar la carta de vinos y sus largas verticales de Krug y Dom Pérignon. Por suerte, no hay que ser un magnate del petróleo para disfrutar de burbujas más modestas. El Barranco Oscuro Brut Nature Espumoso 2013, elaborado por el pionero de los vinos naturales en España, es completamente diferente: procede de la poco conocida variedad vijiriega que despliega sabores muy poco habituales.
Frognerveien 2
+47 219 488 02
Siempre muy recomendado por los sumilleres noruegos, este acogedor local atrae tanto a turistas como a los habitantes de Oslo, seducidos por su amplía y siempre cambiante selección de vinos por copas. Hace muy poco se podía tomar por ejemplo La Bota de Amontillado Nº 37 de Equipo Navazos (135 coronas, 15 €/15 cl.), posiblemente uno de los mejores vinos de Jerez que se hayan embotellado nunca en La Guita, en Sanlúcar de Barrameda. Una experiencia realzada por las notas que llegan de un viejo tocadiscos de vinilo situado en un rincón.
Markveien 58
+47 980 95 420