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Oxer Bastegieta

01300 Laguardia ( Álava)

www.oxerwines.com
Oxer Bastegieta

Una de las nuevas caras de Rioja, Oxer Bastegieta es un vasco viajado que reparte su tiempo entre el txakoli de la bodega familiar de Bizkaia y sus muy particulares vinos de Rioja.

Su primer contacto con el vino se produce en 1999 cuando su padre le pide que elabore un txakoli para el restaurante familiar de Kortezubi (Bizkaia) a partir de una hectárea de viña plantada en sus inmediaciones. Poco después, Bastegieta descubre Rioja al cursar un máster de viticultura y enología en Laguardia. El paisaje, marcado por la imponente presencia de la Sierra de Cantabria, le cautiva de tal manera que fija su residencia en este municipio de Rioja Alavesa en 2009.

Al año siguiente compra El Artillero, un viñedo situado a 600 metros de altitud en Elvillar, del que nació su primer vino en esta denominación. Hoy, Oxer cultiva 4,8 hectáreas repartidas en 16 parcelas localizadas en los municipios de Leza, Navaridas, Elciego, San Vicente de la Sonsierra, Laguardia y Elvillar además de Camprovín, en el valle del Najerilla. La de Laguardia, donde ya ha plantado una parcela siguiendo el modelo keyline de adaptarse a la orografía del terreno (una de las técnicas utilizadas en permacultura) será donde edifique una bodega propia en el futuro. También está empeñado en plantar chardonnay y pinot noir de forma experimental en un viñedo que ha adquirido en altitud en las faldas de la Sonsierra.

Bastegieta lidera uno de los proyectos más atípicos y personales de Rioja, empezando por las etiquetas de sus vinos, que conforman un universo único y sorprendente. Trabaja estrechamente con Calcco, un premiado estudio de diseño de Logroño, al que pide que lleve al papel los poemas, canciones e imágenes que les envía.

Gama de txakolis

Junto al txakoli familiar Marko (12 €), ilustrado con las pinturas rupestres de las cercanas cuevas de Santimamiñe, su apuesta personal en Bizkaia es Marko Gure Arbasoak (“nuestros ancestros” en euskera, 28 €, 12.000 botellas), un coupage lleno de tensión y acidez en el que dominan la hondarrabi zuri zerratia (petit courbou) y hondarrabi zuri junto a un 20% de izkiriota ttipia (petit manseng). El vino, que comienza la fermentación en acero inoxidable y la acaba en barricas usadas de 500 litros donde permanece unos siete meses, aporta una nueva dimensión al concepto de txakoli trabajado en madera. Le acompaña Marko Late Harvest (900 botellas, 30 €), una interesante experiencia de vendimia tardía con uvas recogidas a mediados de noviembre, que produce en años puntuales. En ambas etiquetas se rinde homenaje a las aves de la reserva de la biosfera del Urdaibai donde se ubican los viñedos. La primera incluye una referencia a una canción de Mikel Laboa inspirada en poemas onomatopéyicos del folklore vasco y la segunda un verso del poema El Cuervo de Edgar Allan Poe.

También en Kortezubi elabora Terlegiz (1.200 botellas, 40 €), que mezcla 40% hondarribi zuri zerratia, 40% hondarribi zuri, 10% izkiriota ttippia y 10% izkiriota handia (gros manseng) de las viñas más viejas y tiene una crianza de siete-ocho meses en foudres. Otros vinos de pequeñas producciones son Marko Skin (1.000 botellas, 23 €) con ocho días de contacto con pieles y Marko Loretxoak (1.000 botellas, 30 €) con una crianza bajo velo en botas jerezanas.

Los vinos de Rioja

El proyecto de Rioja se acerca a las 20.000 botellas. Con uvas de Lapuebla de Labarca y Laguardia en suelos de canto rodado elabora su tinto de entrada de gama Matalaz (9.600 botellas, 22 €), que hace una maceración semicarbónica en tinos grandes donde también se cría durante unos seis meses. En blancos arranca con el blanco de viura, garnacha blanca y malvasía Iraun (“perdurar” en euskera, unas 1.900 botellas, 33 €) que se elabora con las uvas blancas del viñedo El Artillero y sigue la línea de trabajo de su txakoli pero combina la crianza en madera con ánforas y en el futuro quizás alguna bota jerezana. 

La etiqueta de Suzzane (4.600 botellas, 42 €), escrito con dos zetas, evoca la relación de Bastegieta con las mujeres y se inspira en una canción de Leonard Cohen. Dentro de la botella, una fantástica garnacha de Cárdenas, vivaz, mineral y con gran profundidad.

Kalamity (unas 2.600 botellas, 115 €) es una combinación de lo mejor de El Artillero con lo mejor de Cárdenas. “La idea es combinar las notas tizosas y de tinta de Rioja Alavesa con las flores y la mineralidad de la parte de Rioja Alta situada al sur del Ebro,” explica Oxer. La etiqueta se inspira en las estampas mexicanas de los muertos “porque todos tenemos una calamidad dentro”, según Bastegieta. En este caso, la cita que figura en la etiqueta es de la obra atribuida a Shakespeare El reinado de Eduardo III. En 2022, Oxer lanzó también la primera añada de Kalamity blanco (2.800 botellas, 115 €), que mezcla uvas blancas de las mismas viñas que el tinto junto con cepas más jóvenes de maturana blanca y garnacha blanca. La añada 2023 es todo frescura, pureza y elegancia a partes iguales; a ciegas, podría confundirse con Borgoña fácilmente.

Tartalo (1.500 botellas, 130 €) es un tinto parcelario que busca frescura, elegancia y fluidez y proviene de un viñedo viejo de tempranillo, con algo de viura y graciano, a 600 metros de altitud en el Barranco de San Julián, en suelos calcáreos. Fermenta en distintos recipientes y luego se cría en barricas usadas de 600 l. En la etiqueta se ve a Tartalo, un cíclope de la mitología vasca, que evoca el mundo espiritual.

Otros vinos tintos del extenso portfolio de Bastegieta en Rioja son Ahari (3.400 botellas, 35 €), que mezcla uvas de Elvillar y Laguardia en un estilo más clásico; Mantonni (1.800 botellas, 55 €) con viñas más jóvenes plantadas alrededor de su casa y mezcladas con uvas de otros pueblos de Rioja Alavesa y Buruzagi (900 botellas, 95 €), principalmente garnachas viejas de Camprovín con algo de monastel y uvas blancas a 800 m de altitud. Finalmente, Otto (2.000 botellas, 35 €) es un clarete que mezcla uvas de Camprovín, en suelos arcillo-ferrosos, con fruta blanca y tinta de Rioja Alavesa, y que se cría en barricas de 600 l durante 10 meses.

En DO Toro, Bastegieta gestiona 2,5 hectáreas de viñedo viejo, principalmente tempranillo y algo de albillo mayor, plantado en suelos arenosos con cuarzo con las que elabora Kuusu (3.800 botellas, 95 €). Profundo y con notas florales y de violeta, es más ligero y fresco que el estilo habitual de la zona. Como el resto de sus vinos, fermenta con levaduras de la viña, y en este caso, se cria en barricas de 500 y 600 litros durante 10 meses.