SWL.

SWL.

Cisteller

Camí El Sot, s/n, 08739 Subirats (Barcelona)

cisteller.wine
Cisteller

Cisteller es el proyecto iniciado en Penedès en 2022 por Jessica Madigan y Sergi Canals a partir de algunas de las viñas familiares de este último. El nombre es un homenaje al negocio del bisabuelo de Sergi. Originario de Badalona, Josep aprendió el oficio de cestero con 14 años. En 1920 se trasladó a Sant Sadurní d’Anoia, justo cuando comenzaba la efervescencia de las burbujas catalanas, para abrir el primer taller de cestería del municipio. El abuelo Ramón empezó a adquirir distintas propiedades vitícolas, fue socio de la bodega de cava Canals & Domingo y luego fundador junto a su hijo, Pere Canals, de Castell de Sant Antoni. El suyo era un modelo de cava de négociant a partir de vino base que compraban a terceros. Entonces vendían las uvas de sus viñas.

Sergi estudió en la universidad Rovira i Virgili de Tarragona junto a otros jóvenes productores de la región como Roc Gramona. En 2013 decidió hacer una vendimia en Estados Unidos con el punto de mira puesto en estudiar en la Universidad de Davis, donde conoció a Jessica en 2015. Durante varios años, viajaron juntos o por separado para adquirir experiencia en distintas regiones vinícolas del mundo. El periplo los llevó por Australia, Nueva Zelanda, Alemania e incluso Rioja y, finalmente, de vuelta al Penedès, decididos a crear un proyecto apegado al terruño. La pandemia, sin embargo, truncó sus expectativas de construir bodega y empezar a elaborar en 2020. El logo que han creado se inspira en un azulejo con la figura de un cestero trabajando y dos pájaros al fondo que son ellos regresando a casa. 

Cisteller cuenta con 12 hectáreas en producción de un total de 20 en propiedad en la finca El Sot de Subirats y también compra uva a viticultores de los alrededores. Sus viñas están situadas en el extremo occidental de las montañas de Ordal, la prolongación del macizo del Garraf hacia el interior dentro de la cordillera litoral catalana. Con una altitud de entre 250 y 300 metros, dominan los suelos pesados, con margas a ras de suelo, roca caliza con abundantes fósiles y arcillas blancas frente a las arcillas rojas del valle. Todo ello se traduce en vinos de buena acidez y pH bajo. Cultivan todo en ecológico.

La idea original era centrarse en vinos tranquilos, pero las numerosas microvinificaciones de xarel.lo que realizaron para conocer mejor su variedad dominante, les hizo darse cuenta de tenían que pensar también en espumosos. De hecho, las burbujas representan ya algo más de la mitad de la producción y Cisteller ha sido la primera bodega del Penedès que ha nacido en el seno de Corpinnat -de hecho, iniciaron el proceso de adhesión antes de meter sus primeras uvas en bodega. En 2022, su cosecha inaugural, hicieron 10.000 botellas de vino tranquilo y 15.000 de espumoso. Su objetivo es acabar situándose en unas 50.000 botellas.

Filosofía

Madigan y Canals se acercan a los espumosos con mentalidad de vino tranquilo. Prensan con racimo entero (no tienen despalilladora), fermentan con pies de cuba, dejan sólidos en fermentación, minimizan los trasiegos y dejan los vinos mucho tiempo con las lías – la idea es tener una cierta autólisis en el vino base que, desde su punto de vista, afina y protege. No evitan ni provocan la maloláctica y sí valoran la estabilidad que ganan los vinos en este proceso. Suelen inyectar nitrógeno para prevenir la oxidación y realizan la segunda fermentación en julio, justo antes de la siguiente vendimia. Para ellos, la xarel.lo es una variedad mediterránea que da salinidad y concentración en los años de sequía. 

En Cisteller dan mucha importancia a las texturas. Son poco intervencionistas, pero consiguen vinos puros y precisos. Están convencidos de que “para hacer poco fuera, hay que mirar mucho dentro”. Por eso tienen un gran laboratorio que les permite realizar todas las analíticas que necesitan.

Los vinos

Su espumoso más conocido y de mayor volumen es Lucidity (€24), un ensamblaje de xarel.lo y macabeo con 24 meses de crianza en botella con el que quieren transmitir “el sitio” en el que se encuentran. Constituye la mejor tarjeta de presentación de su filosofía: un corpinnat muy seco, con cierta amplitud, burbuja muy integrada y sensaciones tizosas en final. En 2022 hicieron unas pocas botellas de Cisteller Courtship (28 €), un blanc de noirs de garnacha que retomarán en el futuro y para el que vendimian con las uvas a medio enverar. La gama se ampliará en el futuro con dos espumosos de larga crianza: uno de 30 meses y otro de 60 meses a partir de dos parcelas de xarel.lo y sumoll elaboradas en cofermentación.

La gama de vinos tranquilos tiene tres etiquetas con el sello de Penedés y una fuera de DO. Entre las primeras, destaca un xarel.lo (30 €) procedente de tres parcelas que se vinifican en tres tipos de recipientes: un viñedo de solana en madera de gran formato, un coster de zona umbría en acero inoxidable y un otero orientado al mar en hormigón. De esta forma, consiguen una interesante combinación de sapidez, jugosidad y concentración. Hay una malvasía de Sitges (35 €) especiada y vibrante, que modera la carga aromática de la variedad para centrarse más en su estructura ácida; y un tensionado xarello vermell (Cisteller Gris, 22 €) que vendimian tres semanas más tarde que la xarel.lo, vinifican en acero inoxidable y crían sobre lías. El nombre juega con la idea de un vin gris. Fuera de DO, Cisteller Verbena  (23 €) es un blanco alegre elaborado con la variedad italiana incrocio manzoni, de la que existen ejemplos previos en la zona a cargo de Can Ràfols dels Caus. El fondo de la etiqueta de Verbena tiene color, frente al blanco de los vinos con sello Penedès.