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Castillo de Sajazarra

Del Río, s/n, 26212, Sajazarra, La Rioja, España

www.castillodesajazarra.com
Castillo de Sajazarra

En el Castillo de Sajazarra, cuyos orígenes datan del siglo XV, se elaboraba vino de muy antiguo, como atestiguan los lagares, prensas y otros objetos que aparecieron en sus mazmorras cuando a finales de los años 60 del siglo pasado la familia Líbano Daurella compró la propiedad. Tras una cuidadosa restauración del edificio y el entorno, el castillo se convirtió en su residencia.

Los Líbano, emparentados con los propietarios de Roda en Haro, comenzaron a elaborar su propio vino en el castillo, primero para consumo propio, y más adelante de forma comercial. La bodega actual, a la que se accede a través de un puente romano sobre el río Ea, se construyó en 1973 en los jardines del castillo y está rodeada de viñedo.

Castillo de Sajazarra solo trabaja con viñas propias, de las que tiene 46,5 hectáreas en Sajazarra (85%), Galbárruli y Fonzaleche, tres de los pueblos más fríos y elevados (500-700 metros) de Rioja Alta, en las faldas de los montes Obarenes. Una parte de las fincas se cultivan en ecológico y el resto en producción integrada, intentando mantener un ecosistema equilibrado. Se autodefinen como viticultores, de ahí que su máxima, según reza en su web, sea “Menos bata y más bota”. Las variedades con las que trabajan en esta zona son principalmente tempranillo, seguido de graciano y una pequeña cantidad de garnacha. En fincas sin potencial para elaborar vino, se han plantado otros cultivos como trufa negra o cereal.

En la bodega, toda la uva que entra se despalilla y se trabaja con depósitos de acero inoxidable, hormigón y barricas de roble francés y americano, malolácticas naturales y batonages periódicos para hacer vinos de trago largo que no se filtran ni clarifican. Según la calidad y el destino, los vinos se crían en roble entre 18 y 30 meses en una nave semienterrada con mucha humedad, temperatura baja y música celta, clásica o culta que mece el vino de las 1.350 barricas que acoge la sala.

De la enología y gestión diaria se encarga Jabier Marquínez, un hombre inquieto y dinámico que es autor de dos libros sobre el vino en las Escrituras: La Biblia, primer tratado de viticultura y enología, basado en la Biblia católica y Wine in the Bible, una revisión del primer libro en inglés y basado en la Biblia protestante. Él supervisa la producción tanto en Rioja como en Alella, donde Castillo de Sajazarra cuenta con cinco hectáreas de viñedo propio para producir su gama In Vita.

Marquínez, que trabaja también como consultor en Ribera del Duero y hace embotellados en otras bodegas de Rioja, Rueda, Priorat y Galicia, es uno de los mayores expertos en elaboración de vino kosher en España, un proceso que requiere el cumplimiento de estrictos requisitos indicados en la Torah. De hecho, la bodega mantiene una sala especial cerrada con llave con las barricas de roble americano que guardan el vino que compran consumidores judíos de un centenar de países. Este tipo de vino supone alrededor de un 20% de la producción de Castillo de Sajazarra (unas 40.000 botellas). “El sello kosher es la primera norma ISO de la historia”, asegura Jabier Marquínez.

Aparte de los vinos kosher, Castillo de Sajazarra cuenta con dos gamas de vino en Rioja. Solar de Líbano es su línea clásica e incluye un Crianza (115.000 botellas, 7,50 €), con mayoría de tempranillo y un pequeño aporte de graciano y garnacha, y un Reserva (30.000 botellas, 11,50 €) también con mayoría de tempranillo y 30 meses de barrica americana usada, que presenta un perfil amable y tradicional.

Castillo de Sajazarra Reserva (30.000 botellas, 15 €) es un 95% tempranillo y 5% graciano en el que la mitad de las uvas provienen de un viñedo cultivado en ecológico. El primer año se cría en barricas nuevas mientras que el segundo se traslada a barricas usadas de roble francés y americano. Es un vino con más volumen y estructura y un punto balsámico.

En añadas muy buenas se elaboran también dos vinos de producción limitada. Digma Reserva (6.000 botellas, 31 €) es un tempranillo de dos viñas a 650 metros de altitud, Fuentenegra y Galdara, que fusiona la influencia atlántica de la primera con las mediterránea de la segunda dando lugar a un vino opulento, complejo y estructurado. Digma Graciano (2.000 botellas, 31 €) procede de una viña también en altura con rendimientos de menos de 5.000 kg/Ha que destaca por su finura y unos aromas cautivadores de lavanda y tinta china en un paladar con frescor y buena acidez.

La gama In Vita, procedente de las cinco hectáreas en suelos de granito y arena en el municipio de La Roca del Vallès (DO Alella), incluye un blanco y un rosado. In Vita Blanco (35.000 botellas, 6 €) se elabora desde 2006 y mezcla a partes iguales pansa blanca (xarel.lo) y sauvignon blanc, mientras que In Vita Rosado (8.000 botellas, 8 €), que combina garnacha y syrah, es un vino con cuerpo pero que invita al disfrute.

Castillo de Sajazarra no acoge visitas al público pero las viñas en el entorno de la bodega y el pueblo, considerado uno de los más bonitos de La Rioja, bien merecen una visita.