Fundada como cooperativa en 1962 en Miedes (Zaragoza), su nombre honra a San Alejandro, cuyos restos se encuentran en el convento franciscano de la misma localidad, mientras que su logo está inspirado en el relicario de la cofradía más antigua del municipio.
Como ocurre con la mayor parte de bodegas aragonesas centradas en el trabajo con la garnacha, los vinos están especialmente presentes en la exportación. Estados Unidos es un destino fundamental, ya que se elabora directamente para el gigante Gallo (Las Rocas de San Alejandro) y para el importador Eric Solomon (Evodia), aunque estas marcas se pueden encontrar hoy también en España y otros mercados.
San Alejandro se abastece de 950 hectáreas (1.250 parcelas) de viña que están en manos de 150 familias de la región. De ellas, 300 están ya certificadas en ecológico, lo que la convierte en la bodega con mayor extensión de viñedo orgánico de Aragón. En general, la bodega se beneficia de la gran altitud de los viñedos (entre 800 y 1.075 metros) que propicia maduraciones especialmente lentas, y de la gran diversidad de suelos que permite distinguir entre zonas arcillo-calcáreas, gravosas y de pizarra.
San Alejandro procesa unos cuatro millones de kilos de uva al año y elabora una media de 2,8 millones de botellas; el resto es bag-in-box y bolsas (pouches) de litro y medio que tienen su principal mercado en Noruega bajo la marca Marqués de Nombrevilla, una garnacha de montaña especiada y directa vinificada en joven. El 85% de la producción total se destina a la exportación.
Los vinos de entrada de gama se agrupan en torno a la marca Viñas de Miedes, que se elabora a partir de viñedos de hasta 35 años procedentes de suelos arcillo-calcáreos y que se destina a grandes superficies, alimentación y hostelería.
El universo garnacha se expresa con plenitud en los Baltasar Gracián (400.000 botellas toda la gama), que llevan el nombre del famoso escritor del Siglo de Oro nacido en Calatayud y ofrece una muy destacada (casi imbatible) relación calidad-precio en una gran parte de sus etiquetas a la venta por debajo de 10 € en España. Destaca El Político, un tinto de viñas viejas fresco, crujiente, expresivo y que pasa brevemente por cemento. El Héroe Viñas Viejas resulta algo más maduro y cremoso, mientras que para el crianza y el reserva se acompaña la garnacha con syrah. Notable relación calidad-precio también en el blanco de viura y garnacha blanca. El top de gama es Clos Baltasar (16 €), elaborado con viñas viejas de altitud de la Sierra Santa Cruz, algo de raspón en fermentación y crianza en huevos de hormigón y roble francés.
La reciente alianza con Bodegas Frontonio en la joint venture Cuevas de Arom ha permitido a la cooperativa adentrarse en gamas de precio más elevado. Todos estos vinos junto al Clos Baltasar se elaboran en una nave independiente enfocada a trabajar con mayor detalle y producciones reducidas.
En 2023 se lanza la nueva gama de vinos ecológicos Querencia, apoyada en otra nave de vinificación independiente, y que incluirá, por ejemplo, vino naranja y sin sulfitos. El objetivo es que la mayoría de las etiquetas de la bodega vayan adoptando progresivamente el sello orgánico.
San Alejandro es pionera del enoturismo en Calatayud. Cuenta con distintos programas de visitas que incluyen la entrada a la exposición Teatro de la Naturaleza y los Sentidos. El “Espacio Baltasar” consta de restaurante, sala de conferencias, un wine bar y un apartado dedicado al escritor aragonés. Este y otros rincones repartidos por distintas estancias y animados con murales y objetos decorativos dan una atmósfera particularmente desenfadada a la bodega.
