Pequeña bodega ubicada en San Vicente de la Sonsierra. El matrimonio formado por Abel Mendoza (en la viticultura) y Maite Fernández (en la enología) está detrás de algunos de los vinos más curiosos, escasos y buscados de Rioja, entre otras cosas por su escasa afición a moverse en el entorno de las guías y los centros mediáticos del vino. Puede decirse que encarnan a la perfección el concepto borgoñón del viticultor que trabaja con dedicación sus viñas y las traduce en vinos personales fruto de la interpretación de los diferentes terruños.
Fundada en 1988, cuenta con 17 hectáreas de viñas plantadas en diferentes terrenos de San Vicente y municipios circundantes que se cultivan en ecológico. La marca fundacional, asociada al primer vino de la bodega, un tinto joven, es Jarrarte, aunque hoy la mayoría de los vinos se comercializan bajo la etiqueta Abel Mendoza.
Destaca el gran trabajo con los blancos teniendo en cuenta la limitada extensión de su viñedo. En este capítulo elaboran monovarietales (entre 24 y 28 € en España) de viura, malvasía, garnacha, torrontés, tempranillo blanco y un coupage con todas las variedades. Todos ellos fermentan y se crían durante unos cinco meses en roble francés. Especialmente destacado es el Abel Mendoza Malvasía, con carácter cítrico y finos ahumados, con volumen en boca y buena combinación de matices dulces y ácidos. La garnacha blanca aporta sensaciones carnosas y abundante fruta blanca madura. El Abel Mendoza Torrontés, aunque algo más indefinido, tiene el valor de su carácter único y debe ser de los pocos si no la única muestra de monovarietal de esta variedad tremendamente minoritaria en Rioja.
Respecto a los tintos, la tempranillo es la base de la mayoría de ellos. Si en el Jarrarte con crianza de 12 meses en barrica (20 €) manda el aspecto de frescura frutal y viveza en boca, en el Abel Mendoza Selección Personal (34 €), se escoge la mejor parcela de tempranillo de cada añada, y en el Tempranillo Grano a Grano (44 €, sólo 2.000 botellas) una serie de partidas de distintas parcelas que se despalillan a mano y que suelen dar lugar a un tinto de especial profundidad y taninos de textura envolvente. Existe también un Graciano Grano a Grano (46 €), marcado por la vibrante acidez de esta variedad que aconseja esperar un cierto desarrollo en botella para su consumo.
Recientemente, Abel Mendoza ha lanzado Guardaviñas (25 €), un tempranillo sin sulfuroso añadido procedente de un viñedo biodinámico en San Vicente y criado parte en barricas nuevas de roble francés durante 11 meses y parte en depósitos de acero inoxidable.