Luis Valentín y Carmen Enciso trabajaron juntos muchos años en Bodegas Palacio, especialmente durante su periodo de modernización bajo la dirección de Jean Gervais y con el asesoramiento de Michel Rolland. Con la venta de la bodega al grupo Hijos de Antonio Barceló, decidieron iniciar un proyecto propio en 1998. Incluso la unión de sus apellidos funcionaba a la perfección para dar nombre a su vino.
Primero en instalaciones alquiladas y finalmente en su propia bodega en Ollauri, su modelo de vino ha estado siempre bien claro: Valenciso Reserva (25 €, cerca de las 150.000 botellas) es un monovarietal de tempranillo procedente de viñedos viejos de Rioja Alta en los que inicialmente se practicaba una viticultura sostenible o “razonada” y que ahora está inmersa en su conversión a ecológico.
Aunque se compran uvas a dos viticultores, la bodega cultiva directamente en ecológico 27 hectáreas que se extienden en torno a la bodega en Ollauri y en un radio de una decena de kilómetros, fundamentalmente en Briones, Rodezno, Zarratón, Haro y Villalba, la zona más fresca y alta. Aproximadamente la mitad son hectáreas propias, mientras que el resto se gestiona mediante contratos de alquiler con un mínimo de 15 años de duración y opción de compra.
La elaboración se realiza en depósitos de hormigón que constituyen una de las características diferenciales de la bodega. De éstos se valora una extracción mucho menor en comparación con el acero inoxidable y el hecho de que no haya pérdidas de color durante la fermentación maloláctica.
En la crianza manda el roble francés aunque en la cosecha 2011 se ha introducido una parte de roble del Cáucaso que según sus propietarios aporta frescura y viveza al vino, mitiga la presencia del roble y se traduce en un estilo más moderno.
Merece la pena probar las ediciones especiales 10 Años Después (60 €, en torno a las 4.000-5.000 botellas), una versión tinta con crianza especialmente prolongada en depósito de hormigón (cuatro años y medio) y barrica (otros cuatro años) que consigue una sorprendente frescura, vitalidad y longevidad. Hasta el momento han salido a mercado las cosechas 2005, 2007, 2008, 2010 y 2012 y la 2014 está en preparación.
Entre las elaboraciones de producción limitada destaca el Valenciso blanco (20 €, cerca de las 10.000 botellas), fermentado y criado en barricas de roble del Cáucaso, que incorpora garnacha blanca junto a la viura habitual, de forma que se consigue una textura algo más untuosa sin perder definición y acidez.
La bodega también elabora un graciano (37 €, no más de 3.000 botellas) en añadas muy concretas y un rosado (17 €) del que se elaboran unas 5.000 botellas y que en la cosecha 2016 cambió de estilo para convertirse en un sangrado de tempranillo que fermenta en acero inoxidable a muy baja temperatura y que se trabaja intensamente con lías.
Su apuesta por el hormigón les ha llevado también a lanzar un tempranillo criado únicamente en este material bajo el nombre de Valenciso Cemento (unos 20 €, 10.000 botellas).
25 años después de su fundación, Valenciso se ha ganado un espacio propio en el universo riojano que huye de modas y etiquetas. Desde una filosofía de mezcla que comparte con los clásicos, es capaz de ofrecer modernidad en la copa. Una auténtica especialista en interpretar los valores clásicos de Rioja con claves del siglo XXI.
